lunes, 28 de julio de 2014
El italiano Vincenzo Nibali gana el Tour de Francia 2014.
Ian Austen. The New York Times. 27-07-2014
Paris__ Vincenzo Nibali emergió este domingo de un Tour de Francia marcado por el clima inclemente y las casi crueles eliminaciones de otros ciclistas favoritos, como el primer italiano ganador de la carrera en 16 años.
Hasta cierto punto, Nibali se benefició de la poca fortuna de otros. Chris Froome, el campeón defensor de Bretaña, abandonó temprano la carrera de tres semanas luego de tres choque en medio los miserables lluvia y frío que algunas veces hizo parecer la prueba como si se corriera a principios de primavera. Luego Alberto Contador, quien ha ganado el Tour tres veces aunque su título de 2010 le fue retirado por dopaje, cayó en un hueco y se fracturó la pierna, también en un día húmedo y frío.
Pero Nibali, 29, quién compite por Astana, no obtuvo la victoria por coincidencia. Él ganó cuatro etapas del Tour. Tres de ellas en cada uno de los pasos de montaña que el Tour atravesó este año: los Vosges, los Alpes y los pirineos. Todas las victorias fueron decisivas.
Además de esto, Nibali se puso la malla amarilla en 19 de las 21 etapas.
Para los entusiastas de la historia del ciclismo, un grupo que incluye al ganador del Tour, Nibali se ha convertido en el primer ganador de la prueba desde Eddy Merckx, ampliamente reconocido como el ciclista más grande, en adjudicarse cuatro etapas de prueba sin tiempo. Nibali tambien se unió a un selecto grupo de seis ciclistas, que también incluye a Merckx, que ha ganado las tres grandes pruebas de ciclismo, el Tour, la Vuelta a España y el Giro de Italia.
La victoria de Nibali llegó en una ruta del Tour que rompió muchas tradiciones. Tomando en cuenta la cobertura televisiva en vivo, Christian Prudhomme, comentarista de ciclismo de la televisión francesa hasta que se convirtió en director del Tour hace siete años, dejó a un lado las rutinas usuales de la primera semana consistentes principalmente de etapas planas, que se deciden con embalajes. En su lugar colocó caminos cortos pero de empinadas cuestas; carreteras tortuosas y angostas; y hasta vias deformadas de piedras. Las etapas de montaña fueron acortadas pero se mantuvo su dificultad al eliminar largas secciones a través de los valles, con lo cual se enfatizaba en las cuestas. Y hubo solo una etapa contra reloj.
"El Tour de Francia de este año fue una gran carrera, muy diferente de los Tours que hemos tenido en el pasado", dijo Nibali el sábado en la noche. "Fue como si hubiese sido hecho a la medida para mí. Fue muy dificil desde el comienzo".
Sin embargo todas las dificultades terminaron el domingo. Luego de volar desde la región de Dordogne para salir cerca de París, los ciclistas siguieron la tradición e hiceron un desfile ceremonial hacia Parias y las siguientes nueve vueltas en los Campos Elíseos, por momentos llevaban un paso que ni siquiera retaría al amateur más modesto.
Si la mayoría de los 137.5 kilómetros de la etapa fueron irrelevantes, el final le dio a los velocistas del Tour su última y más prominente oportunidad de mostrar sus talentos. El ciclista alemán Marcel Kittel ganó la etapa en 3 horas, 20 minutos 50 segundos.
De vuelta en el día de descanso del Tour, hace casi dos semanas, Nibali recordó a marco Pantani, a quién sucedió como el último italiano en ganar el Tour. A pesar de su rica herencia ciclística, Italia tiene pocos representantes entre los ganadores del Tour. Luego de 101 ediciones del Tour, solo ocho italianos, incluído Nibaldi, se han puesto la malla amarilla en la meta de París. Pantani sucedió a Felice Gimondi quién ganó su Tour en 1965.
Pantani, quien principalmente se mantiene concentrado y quien estudia a fondo sus carreras, es el opuesto de Pantani en muchos aspectos. Pantani, cuya fortaleza estaba en las montañas, era a menudo impulsivo. Su vida personal también fue trágica. Mientras era investigado por acusaciones de dopaje en 2004, Pantani fue hallado muerto por sobredosis de cocaína en la habitación de un hotel en Rimini, Italia, tenía 34 años.
"La madre de Pantani me había ofrecido una de sus mallas amarillas, para que si ganaba este Tour, le llevara una de mis mallas amarillas a ella", dijo Nibali el día de descanso.
Al ser siciliano, Nibali es extraño para el ciclismo italiano, un deporte que se practica principalmente al norte del país, poarticularmente en Toscana. Nibali empezó a practicar ciclismo con su padre, Salvatore, quien regentaba una tienda de alquiler de videos. Juntos veían videos de los grandes del ciclismo. Francesco Moser, una estrella del ciclismo italiano de los años '70 y '80, se convirtió en su ídolo.
Era obvio que el talento y el entusiasmo de Nibali por el ciclismo eran mayores que lo que ese deporte le podía ofrecer en Messina y el resto de Sicilia. Cuando Nibali tenía 15 años, sus padres lo enviaron a entrenar con un equipo juvenil de ciclismo en la zona baja de Toscana de Mastromarco por diez meses.
Nibali, quien se hizo profesional en 2005, pasó buena parte de su carrera en el equipo italiano Liquigas, ahora Cannondale. Pero el año pasado fue atraído por Astana, un equipo patrocinado por un consorcio gubernamental de negocios original de Kazakhstan utilizado como vehículo por Alexander Vinokourov, un ciclista kazako quien sigue como gerente del equipo. Ellos le pagan a Nibali tres millones de euros anuales, excepcional para un ciclista.
Como el dinero es abundante en Astana, la asociación de Nibaldi con ese equipo ha atizado la quizas inevitable especulación de que pudiera estar envuelto en dopaje. Vinokourov arrojó resultados positivos para dopaje de sangre luego de una contra reloj en el Tour de 2007, fue suspendido y permanece impenitente.
El sábado, Nibali ofreció respuestas conflictivas a preguntas sobre dopaje. Cuando le preguntaron si estaba limpio, Nibali sonrió y replicó: "Es un gran placer para mí hablarles de todos los sacrificios que he hecho para llegar aquí. Estoy muy orgulloso de lo que he logrado".
Pero por otro lado, Nibali aprobó que se retuviesen muestras de dopaje para pruebas posteriores y atribuyó su triunfo, en parte, a un programa que monitorea los parámetros sanguíneos de los ciclistas, el pasaporte biológico, para señales de anormalidades que eluden las pruebas convencionales de dopaje. "Se ha logrado mucho progreso y ahora tenemos los resultados", dijo
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 23 de julio de 2014
Nadine Gordimer, la novelista que se ocupó del Apartheid, fallece a los 90 años.
Helen T. Verongos. The New York Times. 14 de julio, 2014.
Nadine Gordimer, la escritora surafricana cuyas ambiciones literarias la llevaron al corazón del apartheid para crear un cuerpo de ficción que le valió el Premio Nobel en 1991, falleció el domingo 13 de julio en Johannesburg.
Su familia anunció su muerte en una declaración.
Ms. Gordimer dijo que originalmente no escogió al apartheid como tema en sus tiempos de joven escritora, pero halló imposible escarbar en la vida surafricana sin toparse con la represión. Y una vez que los nacionalistas Afrikaneers llegaron al poder en 1948, las estructuras del sistema de apartheid empezaron a levantarse a su alrededor y no pudo ignorarlas.
"No soy política por naturaleza", dijo Ms. Gordimer años después. "No supongo, que de haber vivido en otra parte, mi escritura hubiese reflejado tanto la política".
Pera haya sido por accidente geográfico o por investigación literaria, ella encontró sus temas en las injusticias y crueldades de las políticas de división racial de su país, y no dejó ni un ápice de la sociedad surafricana sin explorar, desde las calientes y superpobladas vecindades y pequeños botiquines de los pueblos negros hasta las parrilladas a orillas de las piscinas, fiestas de cacería y cocteles de la sociedad blanca.
Mediante el trabajo de Ms Gordimer, los lectores internacionales conocieron los efectos humanos de la "barrera del color" y las leyes punitivas que sellaban sistemáticamente cada avenida de contacto entre razas. Sus libros son ricos en terror: El miedo por las fuerzas de seguridad tocando la puerta a media noche es real, y la libertad imposible. Hasta el prisionero político liberado de la cárcel es inmediatamente rearrestado luego de experimentar la breve ilusión de regresar al mundo.
La crítica ha descrito la totalidad de su trabajo como una historia social constituyente narrada a través de retratos dibujados minuciosos de los personajes que los representaron.
Ms. Gordimer contó poco de su propia vida, prefirió explorar las tortuosidades de la mente y el corazón de sus personajes. "La verdad descansa en el significado de los detalles", dijo una vez.
Pero algunos críticos vieron en su ficción un tema de liberación tan personal como político, donde se reflejan sus sinsabores al crecer bajo la mirada posesiva y controladora de una madre atrapada en un matrimonio infeliz.
Ms. Gordimer fue autora de más de dos docenas de trabajos de ficción, incluyendo novelas y colecciones de cuentos además de ensayos personales, políticos y crítica literaria. Su primer libro de historias, "Face to face" ("Cara a cara"), apareció en 1949, y su primera novela, "The Lying Days", en 1953. En 2010, ellá publicó "Telling Times: Writing and Living. 1954-2008", un pesado volumen de su colección de no-ficción.
Novelas censuradas y un Nobel
Tres de los libros de Ms. Gordimer fueron censurados en su propio país en algún momento durante la era del apartheid, 1948-1994, comenzando con su segunda novela "A World of Strangers", publicada en 1958. Trata de un joven británico, recién llegado a Suráfrica, quién descubre dos planes sociales distintos que no puede conectar: uno en los poblados negros , al cual estaba relegado un grupo de amigos; el otro en el mundo blanco de privilegios, disfrutado por muchos otros que él conoce.
"A World of Strangers", fue censurada por 12 años y otra novela, "The Late Bourgeois World" (1966), por 10: lo suficientemente prolongado para ser fatal para la mayoría de los libros, notó Ms. Gordimer. "The Late Bourgeois World" tiene que ver con una mujer que enfrenta una difícil decisión cuando su ex-esposo, un traidor a la resistencia anti-apartheid, comete suicidio.
La tercera novela censurada fue una de sus más conocidas, "Burger's daughter", la historia de la hija de una familia de revolucionarios que busca su propio camino luego que su padre se convierte en un mártir de la causa. Estuvo vetada en Suráfrica por solo unos meses luego que fue publicada en 1979, en parte porque entonces su autora era conocida internacionalmente.
Ms. Gordimer nunca fue detenida o perseguida por su trabajo, aunque siempre hubo riesgos por escribir abiertamente sobre el régimen represivo que imperaba. Una razón pudo haber sido su habilidad para dar voces en perspectivas lejanas de la propia, como las de los nacionalistas coloniales que habían creado el sistema de opresión institucionalizada que fue llamada el "grand apartheid" (de la palabra Afrikaans equivalente a "apartness") cuando se convirtió en ley.
Su habilidad para deslizarse dentro de una vida completamente diferente de la suya la llevó a través de los límites blancos y negros para explorar otras culturas bajo la bota del apartheid. En el cuento de 1983 "A Chip og Glass Ruby", ella penetró en un grupo familiar indio musulmán, y en la novela "My Son's Story" (1990), ella escribió sobre un personaje de raza mixta. Ella ganó el Booker Prize en 1974 por "The Conservacionist", que tenía un protagonista blanco.
Mucho antes que se ganara la batalla contra el apartheid, algunos de sus libros indicaban la caída de este y un doloroso renacimiento nacional. En "July's People" (1981), ha aparecido una guerra violenta por la igualdad en los suburbios blancos, para salir de la minoría gobernante. En una inversión de papeles, July, un sirviente negro, lleva a sus empleadores, una familia blanca, a su villa aislada, donde puede protegerlos.
Ms. Gordimer escribió: "El decentemente pagado y exigido sirviente, vivía en su patio desde que se habían casado, le suministraron dos juegos de uniformes, uno de caqui para el trabajo rudo de la casa, y otro de algodón blanco para servir la mesa, tenía los miércoles y domingos alternados libres, le permitían que lo visitaran sus amigos y su mujer dormía con él en su habitación, él terminó siendo el escogido de cuyas manos dependerían sus vidas; la rana convertida en príncipe, el salvador, July."
En "A Sport of Nature" (1987), la esposa blanca de un lider negro asesinado, se convierte, con un nuevo esposo, en la triunfante primera dama de un país que se levanta de las ruinas del viejo orden.
Quizás de manera sorpresiva, los libros de Ms. Gordimer no fueron el producto de alguien que creció en un hogar donde se discutía sobre politicas raciales. En su mundo, dijo Ms. Gordimer, las minorías blancas vivían entre negros "como la gente vive en un bosque, entre árboles".
Ella dijo que no fueron los problemas de su país los que determinaron el rumbo de su escritura. "Por el contrario", ella escribió en un ensayo, "fue el proceso de aprender a escribir lo que me hizo sumergir a través de la superficie del estilo de vida surafricano".
Nadine Gordimer nació en un hogar judío el 20 de noviembre de 1923, en Springs, un pueblo minero de la provincia ahora conocida como Gauteng (antiguamente era parte de la vasta area del noreste conocida como Transvaal). Su padre, Isidore Gordimer, era un relojero que se vio forzado por la pobreza a emigrar desde Lituania, estableció su propia joyería. Su madre, la antígua Nan Myers, se había mudado con su familia desde Bretaña y nunca dejó de pensar en ella como hogar.
El suyo era un matrimonio infeliz.
"Sospecho que algunas veces ella se enamoraba de otros hombres", dijo Ms. Gordimer en una entrevista de 1983 para The Paris Review, "pero mi madre nunca habría soñado con tener una amorío".En su lugar ella ponía toda su energía, algunas veces a un grado exagerado, en criar a Nadine y su hermana mayor, Betty.
Ms. Gordimer, recordaba que de niña era una orgullosa petulante que amaba danzar y soñaba con convertirse en bailarina. Pero su madre insistía en que dejara de bailar, porque elle tenía el pulso acelerado. Cuando tenía 10 años, su madre la sacó del convento donde estudiaba, le explicó a su hija que participar en carreras y en natación podía ser dañino para ella.
Años después, Ms Gordimer dijo que se enteró que el pulso acelerado era el resultado de una tiroides agrandada, y que eso no suponía el peligro que su madre sospechaba. Ella llegó a creer que su supuesta enfermedad tenía relación con la atracción de su madre por el romance.
"La primera persona por quién ella se sentía atraída era nuestro médico familiar", le dijo ella a The Paris Review. "No hay duda. Estoy segura de quera completamente inconsciente, pero el hecho de que tuviese esta hija delicada, por la cual ella podía estar llamando constantemente al doctor, en aquellos días los doctores hacían visitas a los hogares, y había té y largas conversaciones, la hacía mantener mi 'enfermedad' de esta manera".
La niñez reflejada en la ficción.
Los eruditos y críticos han encontrado hilos de la niñez de Ms. Gordimer incrustados en su ficción. John Cooke en su libro "The Novels of Nadine Gordimer: Private Lives/ Public Landscapes", vió "la liberación de los niños de inusuales madres posesivas", como un tema central en el trabajo de Ms. Gordimer. Novela tras novela. escribió él, "las hijas aprenden que para dejar de verdad 'la casa materna' hay que dejar 'la casa de la raza blanca'".
A Ms. Gordimer le tomó años desprenderse de la casa de su madre.
Al ser retirada de la escuela, Ms. Gordimer dijo que se convirtió en una "pequeña vieja mujer", que estudiaba con un tutor y acompañaba a su madre a compromisos sociales. El antídoto para su aislamiento era la lectura, dijo ella.
En 1945, asistió a la University of the Witwatersrand en Johanesburg y evolucionó hacia lo que ella llamaba "enfermería bohemia" de la universidad de la vida, al estudiar literatura y decidir seguir una vida en la escritura.
Con la excepción de un viaje a lo que ahora es conocido como Zimbabwe, no fue hasta que tuvo 30 años que salió fuera de Suráfrica.
En 1949, Ms. Gordimer se casó con un dentista, Gerald Gayron, y tuvieron una hija, Oriane. El matrimonio terminó en divorcio en 1952. Dos años después, se casó con Reinhold H. Cassirer, un negociante de arte quien había escapado de la Alemania nazi y era sobrino del filósofo Ernst Cassirer. Su hijo, Hugo nació en 1955. Reinhold Cassirer falleció en 2001, a ella le sobreviven su hija e hijo.
Ms. Gordimer habló poco de su vida personal en las entrevistas. Los periodistas notaban a menudo su impaciencia con ciertas preguntas personales, algunas veces describían su respuesta como desdeñosa e irritable.
Ella mencionó coqueteos en alguna ocasión. "Mi única preocupación fuera del mundo de las idea eran los hombres", ella dijo una vez, sin dar detalles.
Ella nunca escribió una autobiografía. "La autobiografía", dijo ella en 1963, "no se puede escribir hasta que uno está viejo, no puede herir los sentimientos de nadie, no puede ser demandada por libelo, o peor no puede tener contradicciones".
Sin embargo, ella fue el sujeto de una biografía en 2005, "No Cold Kitchen", que atrajo mucho la atención por la amarga discusión que tuvo con su autor, Ronald Suresh Roberts, un antíguo abogado de Wall Street que había crecido en Trinidad. Originalmente ella había autorizado la biografía y le garantizó el acceso a su vida, pero luego eliminó la autorización, cuetionó el manuscrito y acusó al autor de alterar la verdad. Las editoriales bajo contrato para publicar el libro, Farrar, Straus y Giroux en Estados Unidos y Bloomsbury en Bretaña, declinaron la publicación. (Ambas publicaban los trabajos de Ms. Gordimer)
La biografía fue publicada eventualmente por una editorial pequeña de Suráfrica y fue tema de conversación de la Suráfrica literaria por su acusación de que Ms. Gordimer había admitido la fabricación de elementos clave en un ensayo autobiográfico en The New Yorker en 1954. También presenta a Ms. Gordimer como una liberal blanca hipocrítica cuyas palabras enmascararon una actitud paternalista hacia la Suráfrica negra.
Cuando el comité Nobel reconoció a Ms. Gordimer con el premio de literatura en 1991, tomó nota de su activismo político pero observó, "Ella no permite que eso influya en su escritura".
Ese sentimiento fue algo que la caracterizó a lo largo de su carrera. En 1975, ella escribió en la introducción de sus "Selected Stories": "La tensión entre estar alejado y estar completamente involucrado; eso es lo que define a un escritor. Ahí es donde comenzamos".
En las últimas entrevistas, ella dijo que nadie podía vivir en una sociedad como la surafricana y permanecer aislado de la política. Mirando hacia atrás, le dijo a un entrevistador en 1994, "El hecho de que mis libros fueran percibidos como políticos fue porque viví mi vida en esta sociedad que fue muy alterada por el conflicto, por el conflicto político, el cual por supuesto en términos prácticos es un conflicto humano".
Ella nunca dejó de hurgar en la política, a pesar de su desdén por la polémica. Y libro a libro, ella se acercó hasta reconciliar su escritura con su personalidad política. Lo que ella no quería hacer, así lo dijo, era escribir al servicio del movimiento anti-apartheidm a pesar de su hondo rechazo por el sistema de gobierno. Con el paso del tiempo, ella reveló que había estado lejos de la pasividad cuando la política la tocaba personalmente. Ella enviaba mensajes; escondía amigos, incluyendo figuras de alto rango, que trataban de eludir a la policía; y secretamente llevó a otros a la frontera. Todas estas acciones aparecen en su ficción, desarrolladas por personajes mucho más valientes de lo que ella decía ser.
La gran victoria, el fin del apartheid, no es el fin de los pronunciados problemas morales que confrontan esos personajes. En "None to Accompany Me", publicada en 1994, el año cuando Nelson Mandela fue elegido presidente en la primera elección completamente democrática del país, una sutrama trata de un negro exilado político, Didymus Magoma, quién viene a casa solo para encontrar que no tiene espacio en la batalla en curso. A pesar de sus sacrificios, es ignorado por los lídetres post-revolucionarios en favor de su esposa.
Leer el trabajo de Ms. Gordimer es un recordatorio de que el lazo alrededor de Suráfrica es apretado por los ajustes, con leyes más estrictas seguidas las correspondientes espectativas atenuadas. Los críticos han dicho que el tono de la escritura de Ms. Gordimer fluctuó con el clima político, con un aire de esperanza dando paso a un sentido de frialdad mientras la violencia racial ganaba fuerza.
Los muros empezaron a derrumbarse
Algunos de sus momentos más dificiles llegaron en la década de 1970, cuando el movimiento de consciencia negra buscaba excluir a los blancos desde la trinchera por alcanzar la mayoría de votos. Ese período la sacó de muchos círculos de intelectuales y artistas y dejó su trabajo vulnerable a la crítica de muchos negros africanos, que sostenían que un autor blanco nunca podría contar una historia auténtica a través de los ojos de un personaje negro.
Ms. Gordimer respondió a esa acusación diciendo, "Hay cosas que los negros saben de los blancos que nosotros no sabemos de nosotros mismos, que escondemos y no hablamos de ellas en nuestras relaciones, y viceversa".
Al final, el gobierno estaba muy débil para reforzar sus leyes mientras combatía con la oposición armada en medio de una presión política y económica internacional. En 1990, Mr. Mandela fue liberado de prisión; en 1991, las leyes del apartheid fueron abolidas; en 1993, se aprobó una nueva constitución, y en 1994, los muros empezaron a derrumbarse con las elecciones.
Durante ese felíz período, cuando el partido Congreso Nacional Africano de Mr. Mandela recuperó su legalidad, Ms. Gordimer, quien había sido un miembro secreto, pagó su inscripción en persona y obtuvo el carnet del partido.
Fue entonces, luego de la liberación del hombre que sería presidente en pocos años, que Ms. Gordimer ganó el Premio Nobel. "Mandela todavía no tiene ni un voto", dijo ella en ese momento.
Ms. Gordimer siguió escribiendo después del apartheid, resistiendo a la idea de que la desaparición del régimen la había dejado sin temas literarios. Eso "hizo una gran diferencia en mi vida como ser humano", dijo ella, "pero no afecta mi trabajo, porque no fue el apartheid lo que me hizo escritora, ni el fin del apartheid va a detener mi escritura".
Pero había críticos quienes pensaban que ella había perdido su personalidad. En una revisión de su novela de 1998, "The House Gun", en la cual un esposo blanco surafricano y su esposa ven a su único hijo ir a juicio por el asesinato de un amigo, Michiko Kakutani escribió en The New York Times que el libro sugería que a la autora "todavía le falta aceptar artísticamente que con el desmantelamiento del apartheid se alteró drásticamente el paisaje social de su país.
Ella se aventuró con un país árabe en su novela de 2001, "The Pickup", y continuó escribiendo prolíficamente por años luego que el apartheid se hizo historia. Políticamente, adoptó otras causas, entre ellas la lucha contra la propagación del virus de H.I.V y el SIDA en Suráfrica y una campaña de los escritores contra el castigo de la ley de secrecía del país.
Al final, se probó que una de sus grandes miedos era hueco. Aunque Ms. Gordimer estaba inmensamente agradecida por recibir el Nobel, sus connotaciones de adiós la llevaron a temer por lo que esto le decía al mundo del futuro de ella.
"Cuando gané el Premio Nobel", dijo, "no quería que eso fuese visto como una corona sobre mi tumba".
Traducción: Alfonso L. Tusa C
martes, 8 de julio de 2014
Tiraba caños como si tuviera 20 años
Mario Alberto Kempes. 07-07-2014. El País.
Lo tuve como entrenador en el Valencia. Tenía referencias suyas sin haberlo visto porque entonces él era muy conocido en Colombia y en España, no tanto en Argentina y la televisión en aquella época no era como ahora. Cuando me lo encontré en Valencia me dio una gran alegría. Lo pasamos muy bien. Era un personaje de un gran temperamento. Pese a su condición de entrenador, se sentía un jugador y se metía a jugar picaditos. Tiraba caños como si tuviera 20 años. Tenía un carácter muy fuerte. Hablaba el lunfardo, al revés y muy rápido, sobre todo cuando se enfadaba, y los muchachos del Valencia me decían:
—¿Qué ha dicho?
— Y yo qué sé, les respondía.
Ni yo entendía casi nada. Ganamos un poquito con él, la Recopa de Europa contra el Arsenal. Fue un partido muy malo. Me vino a buscar y me dijo: "Te tengo que sacrificar. Tienes que jugar de nueve (una posición que yo no jugaba desde hacía 10 años) para que te lleves a tres contrarios y así dos de los nuestros queden libres". No toqué la pelota y fallé el penalti de la tanda, pero él estaba contento: ganamos el título.
Hablaba en lunfardo a los muchachos cuando se enfadaba y no entendían nada
Don Alfredo estudiaba mucho los partidos y cuando se le ponía algo en la cabeza lo llevaba hasta la última consecuencia. Años después lo tuve de técnico en River Plate. Le ganamos la final a Ferro. Allí ya no hablaba en lunfardo porque le entendían. No lo había visto jugar, solo en los vídeos.
En Mestalla lo adoran. Hizo campeón de Liga al Valencia en 1971 y yo llegué al club en el 1976. Después, en 1987 logró el ascenso de Segunda División a Primera. Allí lo ganó todo y tiene a parte de su familia. Es una leyenda para la hinchada de Mestalla.
Recuerdo, hace unos años, en un homenaje a los goleadores históricos de la Liga en Bilbao. Nos fuimos luego a cenar y Alfredo habló durante horas. Me levanté de la mesa sobre la una de la madrugada y le pregunté si se venía a dormir.
"Yo me levantó a cualquier hora", respondió y él se quedó allí. A las siete de la mañana me levanté y él seguía sentado en el mismo sitio, charlando. Tenía una memoria impresionante: se acordaba de una jugada en un partido contra la Juve de hacía muchísimos años. Cuando venía a Madrid solía quedar con él para tomar café. Era una enciclopedia del fútbol. Adiós, maestro.
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