lunes, 30 de enero de 2017

Centeno, un Grano Con Raíces Ancestrales, Está En Boga Otra Vez.

Julia Moskin. The New York Times. 10-01-2017. Cualquier comensal aventurero quien haya vagado en los bosques de la moderna cocina Nórdica probablemente se ha topado con una hogaza de pan de centeno. Existe el maravillosamente chicloso rugbrod en Great Northern Food Hall en Grand Central Terminal, el limpa sueco de esencia de especias en Plaj en San Francisco, y el tostado oscuro en Bachelor Farmer en Minneapolis. Pero ninguno de esos es el pan de centeno que conoce la mayoría de los estadounidenses. A diferencia de la hogaza de miga suave y sabor neutro del pan que se usa para el sándwich ideal de pastrami (carne ahumada), los panes de centeno de Escandinavia y otras partes de Europa septentrional son rugosos, con sabor a nueces y fragantes. Pueden ser tan oscuros como una torta de chocolate y tan picantes como la torta de jengibre. Son a menudo poderosamente ácidos y aun más poderosamente deliciosos. Al dar un recorrido de interés por los granos ancestrales, el centeno está creciendo en muchas gastronomías influyentes, en la pasta, gachas, brownies y, más gratificantemente en el pan. “El rugbrod es como un vino en Francia o un aceite de oliva en Italia”, dijo Claus Meyer, el dueño de Great Northern Food Hall y otras empresas nórdicas nuevas de Nueva York. También es uno de los fundadores de Noma en Copenhagen, un chef y un evangelista del pan. “Es más que comida” dijo él. “Es historia. Es cultura, y agricultura”. El centeno, como el trigo y la cebada, en un grano ancestral que se cultiva en clima frío y húmedo. Antes que la agricultura moderna y el transporte hicieran al trigo más accesible en todas partes, el centeno era la mejor (y a veces la única) opción para hornear pan en una gran parte de Europa septentrional, desde Rusia y los estados bálticos, hacia el oeste a través de Polonia, Hungría, Austria, Alemania y Holanda y subiendo hasta Escandinavia. Los panes tradicionales producidos por panaderos y amas de casa eran famosos a través de la región, densos, fragantes y satisfactorios. Esas cualidades también han hecho popular al pan de centeno entre los entusiastas modernos, quienes también pueden apreciar que contiene más fibra y menos gluten que el de trigo. Los panes tradicionales de puro centeno, como el pumpernickel, requieren de una horneada caliente y vaporosa de rampa lenta; en Islandia, los panes de centeno eran sellados y horneados bajo tierra, usando el vapor de los arroyos geotérmicos. El pan de centeno es casi siempre ácido, debido a la prolongada fermentación que demanda, mientras que el pan de trigo puede ser neutro o dulce. El pan de centeno también es denso y pesado, lo cual hizo a los panes de trigo que aparecieron en el siglo 19 muy atractivos. Aunque el centeno es extraordinariamente resistente y fácil de cultivar, fue abandonado por muchos granjeros escandinavos, cultivado principalmente como alimento para animales y como forraje para llevar de vuelta nutrientes al suelo. Para los años ’70 y ’80, de acuerdo a Mr. Meyer, el suave pan blanco se había convertido en el ideal. Los panaderos comerciales y artesanales abandonaron las pesadas hogazas marrones que habían evolucionado por siglos y empezaron a hornear brioche francés y baguettes, y pan blanco al estilo estadounidense. Pero en Escandinavia, la tradición del smorrebrod (smorgas en sueco) ayudó a sobrevivir a los panes de centeno. Los sandwiches de cara descubierta, con coberturas ricas como sardinas, salmón curado y queso ahumado, que sirven como desayuno, merienda, almuerzo; simplemente no se pueden hacer con pan blando. “Disfrutas el amargo que proviene del centeno, y el sabor de la costra caramelizada”, dijo Mr. Meyer. Para Mr. Meyer, el autor de un manifiesto de comida local firmado por docenas de chefs escandinavos en 2004, ganar respeto por la tradición culinaria nórdica es una pasión. Él apareció como chef en una era que glorificó las cocinas francesa y mediterránea, cuando Escandinavia (como buena parte de Estados Unidos) apenas aparecía en el radar culinario global. “En ese momento, sentí que literalmente no había comida alguna de la que fuésemos capaces de sentirnos orgullosos”, dijo él. Reproducir panes tradicionales se convirtió en una misión que lo envió de viaje por molinos ancestrales, incitando a los granjeros a cultivar granos hereditarios, y descendiendo hasta depósitos de semillas subterráneos. En la última década, muchos otros panaderos nórdicos, como Johan Sorberg y Camilla Plum, han tomado retos similares. Pero Mr. Meyer es el único que ha llevado hogazas de rugbrod a la espectacular Grand Central y a Williamsburg, Brooklyn, horneándolas con variedades escandinavas de centeno cultivadas para él por granjeros de Maine quienes tentativamente están reviviendo la cosecha en Nueva Inglaterra. Como en las cocinas nórdicas tradicionales, ese pan se utiliza de muchas maneras: finamente rebanado y frito como galletas crujientes, cortado en cuadritos y cocido en las tradicionales gachas matinales llamadas ollebrod, y como abrebocas de la malta de centeno en Brooklyn Brewery. En el Bay Area, Chad Robertson de Tartine Bakery fue uno de los primeros panaderos estadounidenses modernos en hacer el rugbrod, en parte empujado por la súbita demanda de panes bajos en gluten y de granos completos. Ahora los chefs de ambas costas se han sumado. En el Bar Tartine de San Francisco, el pan duro de centeno es mezclado con remolachas para hacer una tarta dulce de coctel, y una torta dulce de centeno que ha agraciado el menú de postres. En High Street on Hudson en la West Village de Manhattan, se sirven rigatoni caseros de centeno con un ragú de pato e hinojo. En Blue Hill at Stone Barns en Pocantico Hills, N.Y., donde el chef Dan Barber lidera el cargo de explorar granos hereditarios, la cocina produce una gustosa, delicada harina de centeno mille-feuille. Otros chefs están usando pan de centeno y granos de centeno completos (llamados también frutos de centeno) de manera que van más allá del pan y la pastelería. En Bondir en Concord, Mass., los granos de centeno llegan no en sacos sino en pacas, aun unidos a los tallos. El chef, Jason Bond, cultiva centeno en la pequeña granja del restaurant y lo usa en platos gustosos y dulces: cocido en agua, como los guisantes, con tomillo y un diente de ajo; machacado, deshidratado y frito para un crujiente aderezo de ensalada, o mezclado con especias dulces y nueces para hacer una cobertura crujiente de postres. Él hasta usa los tallos de centeno, presionándolos alrededor de un pollo entero o un coliflor, entonces sella el paquete y lo somete a un asado lento. (Este método de asado con paja o heno, una tradición nórdica, también está en boga). El pan de centeno, por supuesto, no es noticia para los estadounidenses. Lo que generalmente llamamos pan de centeno, aunque no es un pan de granos enteros, no es simplemente una bastardización estadounidense del centeno europeo. De acuerdo a Stanley Ginsberg, autor de “The Rye Baker” (“El panadero del centeno”), hay una tradición del viejo mundo detrás de nuestra suave hogaza de centeno elaborada con mucha harina de trigo y sazonada con alcaravea. En Ucrania y el sur de Polonia, lugar de nacimiento de miles de judíos inmigrantes quienes llegaron a la ciudad de Nueva York a comienzos del siglo pasado, las combinaciones de trigo-centeno eran familiares. “Pan de especias”, una combinación de semillas de alcaravea, anís, hinojo y cilantro, es común a través de la región. Este débilmente ácido centeno “sissel” (sissel es la palabra hebrea que significa alcaravea) se extiende a través de Estados Unidos con los delis judíos; como en Escandinavia el smorrebrod, el fuerte sabor del centeno es perfecto para los rellenos salados y gustosos, como carne ahumada, salami kosher e hígado troceado. El pan de centeno “judío” europeo oriental se convirtió en estadounidense por defecto, aunque había y hay otros panes de centeno estadounidenses, como el dulce centeno Milwaukee, el austero centeno Dakota y el pan marrón de Boston, el cual se hace con casi la mitad de harina de centeno. (Los colonos de la Massachusetts Bay Colony trataron de cultivar trigo en el siglo 17, pero el clima inhóspito y el suelo los obligaron a cambiarse al centeno). El pan de centeno judío, como el bagel, está en constante estado de peligro, con cada vez menos panaderías haciéndolo de la manera tradicional. Una ejemplo es Orwasher’s en Manhattan, donde hogazas de cinco kilogramos de pan de centeno sissel son horneadas a diario, como se ha hecho desde 1916, cuando la panadería fue fundada en Yorkville. El dueño, Keith Cohen, la llama “una comunidad de la hogaza”; los clientes pueden comprar lo mucho o poco que necesiten. Orwasher’s aun trata su centeno con la biga tradicional, una cultura de la masa ácida, en vez de la levadura y otros aditivos que usan las panaderías más comerciales. Los fines de semana, Orwasher’s hace un kornbroyt de la vieja escuela, un pan de esponjado lento y de textura más rústica con más del centeno de grano entero. El kornbroyt es apreciado por los aficionados al pan judío porque en esta era de bagels y panes dulces y esponjosos, aún mantiene el pulso y la propiedad de la tradición. Pero muchos estadounidenses todavía están dudosos respecto al centeno, junto a otros granos hereditarios como el spelt y el einkorn que son más aclamados por la salud que por el sabor. Chefs como Kevin Adley, de Faro en Brooklyn, están por cambiar eso. Mr. Adley hace pasta fresca de centeno en el invierno, debido a que su sabor de nueces se mantiene ante las largamente cocinadas salsas y ragús. “Cuando se cocina, 30 ingredientes juntos en un ragú, las cosas se ponen muy complejas”, dijo él. “Entonces también se necesitan sabores complejos en la pasta”. Como un pequeño pero creciente número de chefs, Mr. Adley muele por su cuenta toda la harina que usa, desde los granos enteros, para cada lote de pasta o pan. “La harina fresca comparada con lo que viene en los sacos es como la noche y el día”, dijo él. Sin embargo, dice Mr. Adley, él nunca escribe “centeno” o el nombre de cualquier otro grano, en el menú: la oferta actual es mostrada como pasta strascinati (estirada) con ragú venison y raíz de celery, y esa es una de sus opciones más vendidas. Las personas piensan que no les gusta el centeno, pero mi teoría es que no les gusta el alcaravea”, dijo él. “El gusto y el olor de los granos frescos molidos, los humanos están programados para amar eso”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

martes, 24 de enero de 2017

‘A Monster Calls’ (‘El Llamado de un Monstruo’): Los Árboles Parlantes son Fáciles. La Verdad es Dificil.

Logan Hill. The New York Times. 12 de enero de 2017. No es sorpresa que los niños, para quienes muchas cosas aún son desconocidas, a menudo le tengan miedo a la oscuridad y a todos los misterios que se ocultan debajo de la cama o detrás de las puertas del escaparate. Pero Conor O’Malley, el joven protagonista de “A Monster Calls” de J.A. Bayona, tiene 12 años, edad suficiente para haber abierto la puerta del escaparate, mirado debajo de la cama y devorado películas tenebrosas como “Godzilla”. Así que en el reflejo de las 12:07 am, cuando un árbol conífero ancestral se despega del suelo detrás del hogar irlandés de él con el sonido de pesadilla de 100 puertas de casas tenebrosas arrancadas de cuajo, la única respuesta de Conor es un gesto de fastidio. Al cambiar de táctica, la inmensa bestia de ojos incandescentes le propone a Conor un acuerdo inesperado: Él le contará tres historias reales al muchacho, y luego Conor (Lewis MacDougall) le contará la historia real y vergonzosa de los miedos que calla con mucho coraje, los que él, su estricta abuela (Sigourney Weaver), y su madre agonizante (Felicity Jones) siguen evitando. En la mayoría de las películas infantiles, el monstruo es una amenaza fantástica que se levanta desde las profundidades más oscuras. En la película de Mr. Bayona acerca de la pena, el propósito del monstruo es encender una luz entre los miedos más reales y racionales del niño. A nivel de la historia y la forma narrativa, “A Monster Calls” confronta un dilema adulto universal: ¿Qué tanto deben los adultos, en la familia o como cineastas, suavizarle las verdades difíciles a los niños? El popular escritor de literatura infantil Patrick Ness adaptó el guión desde su novela de 2011 del mismo nombre, la cual Jessica Bruder, al revisarla para The New York Times, catalogó de “poderosa medicina: una historia que te llega a los huesos y se queda allí”. El libro se inspiró en una idea de la novelista Siobhan Dowd, quién falleció de cáncer antes que pudiera completarla, y en las memorias infantiles de Mr. Ness de mentiras bien intencionadas y medias verdades convenientes. “Cuando yo era pequeño, nunca me dijeron la verdad”, dijo Mr. Ness mientras almorzaba con Mr. Bayona en Midtown. “Siempre me dijeron: El que se burla de ti va a terminar siendo tu mejor amigo. En verdad es muy sensitivo. La escuela representa los mejores años de tu vida. No te preocupes, vas a superarlo”. Mr. Ness dijo que fue “un pequeño niño blanco de los suburbios de Tacoma, Wash.,” y se convirtió en novelista, en parte, porque los libros eran confiables, mientras los adultos escondían cosas. “Los niños saben más de lo que nos gustaría que supieran”, dijo él. La reacción a menudo es: Pretendamos que no lo saben porque no deberían, No deberían es una cosa dañina. La acción inmoral es no comprometerse, dejar que enfrenten las cosas solos, lo cual es lo que terminan haciendo los niños”. Conor ha percibido el divorcio de sus padres, la intermitencia de su padre en su vida, y la llegada del cáncer de su madre. Su madre jura que todo va a estar bien. Igual que los demás, a excepción del burlón quién lo empuja a desaparecer diariamente. Conor esta menos en la oscuridad de lo que cualquiera pudiera pensar, y tiene suficiente experiencia para desconfiar de los finales felices de los cuentos reconfortantes de los adultos. En la literatura infantil y de adultos jóvenes, las historias que tratan de las a menudo inestables emociones de los niños no son tan raras, pero un amplio grupo de películas para niños aun tiende a mantenerse en la comedia, u ofrecer fantasías, héroes unidimensionales quienes vencen enemigos crueles y alcanzan sus destinos triunfantes. Cuando la muerte de un ser querido define a un personaje, como ocurre en Harry Potter o el Hombre Araña, ese dolor es típicamente redefinido como el origen de la historia para lo espectacular, para el heroísmo salvador. En “A Monster Calls”, el título monstruo no está condenado o sacrificado para proveer tal metáfora. En completa violación de la fórmula de Hollywood, el monstruo vive, la madre muere. A medida que Mr. Ness consideró adaptar su historia inusual, dijo que había “ciertas voces diciendo que tal vez deberíamos suavizarla, tal vez la madre no debería morir”. Para mantener el control, escribió una parte del guión, “esperando que algun cineasta respondiera, y uno lo hizo”. Mr. Bayona, cuyas películas para adultos “The Orphanage” y “The Impossible” incluyeron niños en situaciones difíciles, dijo que había poca películas infantiles contemporáneas de acción que el admiraba. “En noventa y nueve porciento de las películas para niños, no hay complejidad en la psicología”, dijo Mr. Bayona. “Cuando ellos crecen, sufren para aceptar esa incertidumbre, que las cosas pueden ser en blanco y negro a la vez”. El guión de Mr. Ness por el contrario, le recordó una de sus películas favoritas. “Spielberg inventó la tendencia de drama para niños en ET”, dijo él. “Allí se habla de la niñez de una manera muy seria. Adoro esas películas, pero ya no las hacen más”. Mr. Bayona dijo que estaba sorprendido de notar que la mayoría de las películas infantiles psicológicamente complejas tendían a ser animadas. Citó a “The Iron Giant” de Brad Bird (“una gran película que habla acerca de la muerte de una manera accesible, con fantasía”), el trabajo de Hayao Miyazaki (“Howl`s Moving Castle”), y “Up” e “Inside Out” de Pixar. “A Monster Calls” califica en un registro emocional de mas rabia que muchas de esas películas. Mr. Bayona le permite a Conor enfurecerse y enojarse, y despotricar a los miembros de su familia, quienes a menudo no tienen idea de que decir o hacer. Sigourney Weaver, quien interpreta a la dura abuela de Conor, dijo que la película estaba en armonía con la sensibilidad de Maurice Sendak, quien escribió: “Where the Wild Things Are” (“Donde Están las Cosas Salvajes”). “Él sentía que los niños estaban muy interesados en la oscuridad y la luz”, dijo ella, “y que sanear las cosas para ellos, como pienso que él pensó que hizo Disney, era irrespetar a las personas complejas que son ellos”. Al final, el monstruo de Conor, cuyas historias reflejan un mundo inseguro, inconsistente y desordenado, nunca es violento, y Conor se sumerge más profundo en su oscuridad, admitiendo su fea culpa: que, sin importar cuanto él la quiera, también a veces desea que su madre fallezca para que todo finalmente termine. “Conor llega a reconocer que se puede sentir algo y al mis tiempo sentir lo contrario”, dijo Mr. Ness. La película ya ha roto registros de taquilla en la España natal de Mr. Bayona. Pero será interesante ver como le va en las taquillas estadounidenses a una película compleja para niños, no inspirada en emoticones, ni juegos de mesa, ni mascotas parlantes. Los cineastas dicen que la película es particularmente oportuna, dada la manera como muchos padres están teniendo dificultades para explicarle a sus hijos el tropel de noticias diarias difíciles. “El monstruo dice, ‘¿Como puede un rey ser asesino y ser adorado por su pueblo?” Y ‘los reinos tienen los príncipes que se merecen’”. Dijo Mr. Bayona. “Eso es muy relevante ahora, justo a pocas cuadras de aquí”. Mr. Bayona se refería al Presidente electo Donal J. Trump, pero Mr. Ness dijo, “Esa fue una línea acerca de George W., por cierto”, escrita después de la reelección de Mr. Bush en 2004 y en medio de la guerra de Irak. El notó que la reciente elección reveló que muchos adultos tienen sentimientos que serían familiares para niños como Conor. “Ser joven es sentir la injusticia”, dijo Mr. Ness. “Particularmente a los 12, 13, 14 años te dan muchas de las responsabilidades de un adulto y ninguno de los privilegios. El sentido de la injusticia es grande, y la vida a menudo se siente como una trampa. Bien, eso no se detiene. La vida a menudo se siente como una trampa”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

viernes, 20 de enero de 2017

¿Es el humanismo de verdad humano?

Natasha Lennard y Cary Wolfe. The Stone. The New York Times. 09-01-2017. Este el décimo de una serie de diálogos con filósofos y teóricos críticos acerca de la pregunta sobre la violencia. Esta conversación es con Cary Wolfe, quien es director del Center for Critical and Cultural Theory de Rice University y editor fundador de la serie de libros Posthumanities de University of Minnesota Press. Natasha Lennard: “Posthumanismo” podría significar una variedad de cosas. ¿Qué es eso para usted, y como eso reta al humanismo patrón, liberal con el que estamos familiarizados? Cary Wolfe: Bien, empecemos por reconocer que el concepto de “humanismo” es amplio, y hay diferentes variedades, humanismo liberal, humanismo asociado al renacimiento, “humanismo secular”, esa es más o menos la historia. “Posthumanismo” no significa “antihumanismo” en ninguno de esos sentidos, ni significa simplemente algo que viene históricamente “después” del humanismo, como en 1968 o 1972 o cuando sea, las escalas de pronto ruedan de nuestros ojos y notamos el error de nuestras maneras. De hecho, hay una genealogía del pensamiento posthumanista que se remonta bien atrás en el siglo 21 o hasta el siglo 20. Se encuentran vestigios de ella en cualquier cosa que fundamentalmente desenfoque al humano en relación al mundo en el cual nos encontramos, si hablamos de otras formas de vida, el ambiente, la tecnología o algo más. Quizás lo más importante, es que te das cuenta de que cuando no te permites el concepto de lo “humano” para hacer tus consideraciones filosóficas pesadas, te ves forzado a recurrir a ideas más robustas y complejas de lo que sea que estés hablando. Y eso incluye, primero y principal, un concepto más considerado de lo “humano”. Las escenas de lo “humano”, “el animal” o “la naturaleza” que obtenemos de la tradición humanista son obviamente caricaturas si consideramos las maneras multifacéticas y multidisciplinarias en las cuales podemos plantear estas preguntas. El humanismo proporciona una importante herencia y legado cultural, sin duda, pero difícilmente el tipo de vocabulario que pueda describir las maneras complejas en que los seres humanos son afectados y moldeados por el mundo no humano en el cual viven, y eso agrupa lo que la tradición filosófica humanista consideró ontológicamente dominios separados y discretos como “humano” y “animal”, o “biológico” y “mecánico”. El pensamiento darwiniano fue un gran paso en esta dirección. También lo fue el materialismo histórico de Marx, o la “Civilización y Sus Descontentos” de Freud. Para mi, una de las grandes revelaciones fue el surgimiento a mediados del siglo 20 del tipo de pensamiento interdisciplinario conocido como teoría de sistemas, donde los procesos fundamentales tales como el círculo de la retroalimentación permiten no solo describir como funciona el mecanismo de control de un carro, sino también como ocurre la termorregulación en los animales de sangre caliente, sin invocar (o estar interesados en) las viejas taxonomías humanistas que habrían separado tales preguntas. Eso nos ha dado un lenguaje donde ahora podemos describir mucho más detallada y robustamente como los seres humanos, no solo sus mentes sino sus cuerpos, sus microbiomas, sus modos de comunicación y asi sucesivamente, están conectados e interactúan con el mundo no humano. El trabajo de Gregory Bateson sobre la comunicación humana y animal es un ejemplo maravilloso. Él escribió una vez que cuando un tipo le dice a una mujer “Te amo”, ella haría bien en prestar más atención a el lenguaje corporal de él, la dilatación de sus pupilas, el tono y timbre de su voz, si las palmas de sus manos están húmedas o secas, y así sucesivamente, que al contenido de sus palabras. Eso se debe a que la comunicación es un fenómeno multifacético que requiere atención a los involuntarios elementos “humano” y “no humano” o heredados evolutivamente. Bateson dijo que por eso no confiamos en los actores, y yo le digo a mis estudiantes que eso es lo que hace a los correos electrónicos una forma incendiaria de comunicación: todas esas dimensiones que dan forma y textura a la comunicación se pierden, y así esta se hace más delgada y maltrecha, y para tratar de recuperar algo de ella empezamos a insertar emoticones. En todo esto, lo propiamente “humano” es solo una parte de la historia, esta se encuentra alojada en una serie de contextos y fuerzas mayor, y de muchas maneras no humana. NL: Su trabajo enfatiza que el humanismo, la distinción jerárquica entre los humanos y los animales no humanos basada en cierta noción de “conocimiento” o “inteligencia”, es inherentemente opresivo y violento. Muchos estarían de acuerdo, pero ven una solución en el humanismo per sé, por ejemplo en la conversación de los derechos humanos y la inclusión de los derechos de los animales y regulaciones ambientales. Muchas personas pueden ser escépticas ante la opresividad inherente del humanismo, dadas las victorias históricas ganadas por apelación al discurso de los derechos humanos y por apelación a la “humanidad”. De hecho en este momento histórico, en respuesta a la ascendencia de Donal J. Trump y el resurgimiento del nacionalismo racista en Estados Unidos y Europa, parece haber una urgencia renovada en defender los duramente ganados derechos humanos y libertades. ¿Cómo respondería usted? CW: Estoy de acuerdo completamente en que ellos deberían ser defendidos vigorosamente, ahora más que nunca, pero para mí esos no son proyectos excluyentes, debido a los diferentes terrenos y contextos en los cuales se llevan a cabo. Por un lado, el discurso de los derechos es la exhibición principal de los problemas del humanismo filosófico. Muchos de nosotros, incluyéndome, estaría de acuerdo en que muchas de las aspiraciones éticas del humanismo son totalmente admirables y deberíamos continuar buscándolas. Por ejemplo, la mayoría de nosotros probablemente estaría de acuerdo en que tratar a los animales cruelmente, y justificar ese tratamiento sobre la base de su designación como “animales” más que humanos, es algo negativo. Pero el problema con como el discurso de los derechos enfoca este problema, por ejemplo en la filosofía de los derechos de los animales, es que los animales terminan teniendo algun tipo de estatura moral al ser versiones disminuidas de nosotros: es decir que a la larga ellos terminan teniendo varias características tales como la capacidad de experimentar sufrimiento, y no solo sufrimiento físico sino emocional, que los seres humanos tenemos en mayor amplitud. Y así terminamos restableciendo una forma normativa de lo moral como tema humano de la cual queríamos avanzar en primer lugar. Por otro lado, lo que se quiere hacer es encontrar una forma de valorar la vida no humana no porque sea una forma disminuida o de segunda clase de lo humano, sino porque la diversidad y abundancia de la vida tiene que ser valorada por lo que es en si, por sus diferencias y singularidad. Un elefante, un delfín o un chimpancé no merece respeto debido a que representa alguna forma normativa de lo “humano” más o menos un puñado de características morales relevantes. Merece respeto por razones que nos convocan a buscar otro vocabulario moral, un vocabulario que empieza por reconocer que lo que sea que valoremos ética y moralmente en varias formas de vida, no tiene nada que ver con la designación biológica de “humano” o “animal”. Al haber dicho todo esto, hay muchos, muchos contextos en los cuales el discurso de los derechos es la moneda del reino cuando se está comprometido en esos argumentos, y eso no es una sorpresa, dado que casi todas nuestras instituciones políticas y legales fueron heredadas desde el breve período histórico (hablando ecológicamente) en el cual el humanismo floreció y consolidó su dominio. Sí se le habla a una legislatura estatal acerca de fortalecer las leyes para los casos de abuso animal, digamos, en vez de dirigirse a una sala llena de personas en una conferencia sobre desmontaje y filosofía acerca de varias cosas problemáticas que se asumen en el discurso de los derechos, entonces más vale usar un vocabulario y herramientas retóricas diferentes si se quiere estar bien con los mandamientos éticos. Eso es verdad aun cuando esos mandamientos y como se piensa acerca de ellos podrían estar bien informados por una comprensión más profunda del problema que lo que estaría disponible para esos legisladores. En otras palabras, solo es una pregunta filosófica. También es una pregunta estratégica, de ubicación, contexto y audiencia, y no debería sorprender a cualquiera que podamos movernos más rápido en el reino del discurso académico filosófico con estas preguntas que lo que podemos hacer en el reino de las instituciones legales y políticas. NL: Mucho del énfasis cultural contemporáneo y de las inversiones están enfocados en la importancia de la “auto” realización, en “encontrarnos” y así sucesivamente, a pesar del hecho de que ese ego no es algo que necesariamente siga involucrado, considerando la prevalencia de las redes sociales y otras tecnologías que últimamente han influenciado nuestra experiencia práctica de identidad. ¿Cómo se relaciona esto con su crítica del humanismo? CW: Pienso que la respuesta más simple y mundana a la pregunta de por qué la idea del aligeramiento del ego ha sido tan difícil de aplicar es que todo en nuestra cultura nos anima a invertir en eso, por razones económicas y legales que no cuesta mucho encontrar. Cada vez somos animados más y más a crear nuestra “marca”, así sea mostrando más amigos en facebook o creando el tipo de “portafolio” perfecto de trabajo sin fines de lucro, académico, deportivo que el comité de admisiones universitarias quiere ver. Así que el término “inversión” está para ser tomado literalmente en este momento del difunto capitalismo neoliberal. Al haber dicho todo esto, sin embargo, las redes sociales dramatizan poco algo que siempre ha sido verdad del “ego”, este es, de hecho, una entidad tipo prótesis , un “ensamblaje” constituído por muchos elementos, algunos de ellos físicos, materiales y biológicos, algunos de ellos no, la constitución del ego por el lenguaje y como este rebobina el cerebro es el ejemplo más obvio. Esto significa que si se quiere, la “verdad” del ego es: que este no existe en ninguna parte como entidad Como lo indicó Gregory Bateson, la entidad física bioenergética llamada “Sócrates” dejó de existir hace mucho tiempo. Pero “Sócrates” entendido de una manera más compleja, como una red de trabajo de textos, lectores, legados culturales, las instituciones de las que ellos dependen y así sucesivamente, todavía sigue vivo y ejerce una poderosa influencia sobre el mundo, cada día. El falso movimiento, o falso deseo sería más adecuado, es pensar que “eso”, ese “ego”, existe como una totalidad en alguna parte. No hay “ego” en ese sentido, aunque el fenómeno tipo punta de iceberg llamado “conciencia” nos anima a pensar que lo hay, y comprensiblemente suficiente. NL: ¿Cómo podría un enfoque posthumanista evitar que las jerarquías entre especies intervengan con estructuras de violencia entre los humanos? La elección de Trump refleja y recalca la supremacía blanca y la misoginia hasta un grado temeroso. ¿Podría una intervención posthumanista arriesgarse a alejar el foco de una lucha directa contra estas cosas, o podría ayudar? CW: Oh, pienso que podría ayudar enormemente, al hacer más clara la base más amplia que estas luchas comparten en lo que he llamado el pluralismo ético posthumano. Mi posición siempre ha sido que todas estas jerarquías racistas y sexistas siempre han estado tácimente ligadas en la más profunda, y a menudo más invisible, jerarquía de todas: la división ontológica entre la vida humana y la animal, la cual a su vez conecta con una perniciosa jerarquía ética. Mientras se dé por sentado que está bien cometer violencia contra los animales simplemente debido a su designación biológica, entonces esa misma lógica será aplicable para cometer violencia contra cualquier otro ser, de cualquier especie, humano o no, que se pueda caracterizar como una forma de vida “inferior” o más “primitiva”. Esto es obvio en la historia de la esclavitud, imperialismo y violencia contra los indígenas. Y eso es exactamente lo que hacen el racismo y la misoginia: usan una taxonomía racial o sexual para permitir una violencia que no cuenta como violencia debido a que es practicada en personas quienes se asume son inferiores, y quienes en ese sentido de alguna manera “la merecen”. Por eso es que el discurso de la animalización es tan poderoso, porque usa una taxonomía biológica o racial para instituir una división ética entre quien es “matable pero no asesinable”, aquellos quienes son “propiamente” humanos y aquellos quienes no. Así que el primer imperativo del posthumanismo es insistir en que cuando se habla acerca de quien puede y quien no puede ser tratado de una manera particular, lo primero que se tiene que hacer es desechar la distinción entre “humano” y “animal”, y de hecho desechar el deseo de pensar que se puede ajustar nuestro tratamiento de varios seres, humanos o no, en cierta designación biológica, taxonómica. ¿Significa esto que todas las formas de vida son de alguna manera iguales? No, significa exactamente lo opuesto: que la pregunta de “humano” versus “animal” es una herramienta filosófica inadecuada para darle sentido a la sorprendente diversidad de formas de vida del planeta, como ellas experimentan el mundo, y como deberían ser tratadas. Natasha Lennard colabora regularmente con The Intercept, The Nation y Al Jazeera America. Es editora del The New Inquiry. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

jueves, 19 de enero de 2017

Revisión: ‘Manchester por el Mar’ y las mareas del lamento.

Manchester by the Sea Dirigida por Kenneth Lonergan Drama 2h 17m A.O. Scott. The New York Times. 17 de noviembre de 2016. En cada una de las tres películas que Kenneth Lonergan ha dirigido, los personajes se mueven a través de sus vidas cotidianas bajo la sombra de la muerte. El hermano y la hermana interpretados por Mark Ruffalo y Laura Linney en “You Can Count on Me” (2000), habían perdido a sus padres cuando eran niños en un accidente automovilístico, un trauma que subyacía silencioso bajo sus interacciones mundanas adultas. El desarrollo biológico de Lisa Cohen, la adolescente neoyorquina (Anna Paquin) en el centro de “Margaret” (2011), fue complicado por un accidente fatal de autobús y coloreado por las secuelas de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Al principio de la nueva película de Mr. Lonergan, “Manchester by the Sea”, Lee Chandler (Casey Affleck) va de regreso a su pueblo natal por la noticia de que su hermano mayor, Joe, ha fallecido. Joe, un hombre afable (Kyle Chandler en recuerdos), había tenido dificultades cardíacas congestivas por mucho tiempo, así que su muerte, aunque triste y dolorosa, no podía ser tomada como inesperada. Lo que enfrentan juntos el hijo de 16 años de Joe, Patrick (Lucas Hedges) y Lee podría encajar en el territorio del lamento ordinario: trágico de seguro, pero manejable. Lee, sin embargo, ya vive con una clase de dolor mucho más extremo. Se puede ver en los gestos más pequeños y oir en su cuidadosa dicción. La fuerza de su emoción es terrorífica, así como el auto control que debe ejercitar para mantenerla invisible. Mr. Affleck, en una de las actuaciones de la pantalla grande más disciplinadas en la memoria reciente, combina la avalancha de sentimientos de Lee y el decoro que la mantiene de vuelta. La fuente de su angustia es revelada a mitad de la película, la cual casi gira, como el propio Lee, bajo el peso del horror inimaginable. ¿Cómo podría alguien lidiar con tal desastre? ¿Cómo vives contigo después? Mr. Lonergan se hace estas preguntas no en lo abstracto, sino en lo práctico. Mucha de la acción de “Manchester by the Sea” consiste en rutinas tontas y disrupciones, la clase de cosas que sigue ocurriendo aún bajo el efecto de cambios enormes hechos dramáticos. Antes de saber de la muerte de Joe, Lee, quien trabaja como conserje en un puñado de edificios de apartamentos cercanos a Boston, palea nieve, saca la basura y resuelve problemas de plomería. Una vez que regresa a casa para hacerse cargo de Patrick, cuya madre (Gretchen Mol) no aparece en la película, las cosas se hacen un poco más impredecibles. Lee tiene que reunirse con los abogados y los directores de la funeraria. Lleva a su sobrino al ensayo de la banda y calienta pizza en el microondas. Olvida donde estacionó el carro. Tiene que decidir que hacer con el bote de pesca comercial de Joe y que decir de la complicada situación romántica de Patrick. Ocurren muchas cosas, y una sorprendente cantidad de ellas son muy divertidas. Mr. Lonergan, un brillante guionista y un doctor de las variaciones posteriores en los guiones, es un maestro del absurdo cotidiano. En su trabajo, las leyes del universo están diseñadas para hacer lucir ridículos a los seres humanos, y la especie está formada internamente para producir el mismo efecto, así que ninguna cantidad de buen gusto o disciplina moral puede detener la llegada de los chistes. En la vida previa de Lee, cuando el vivía con su esposa, Randy (Michelle Williams) y sus tres niños, él era un bromista, el payaso de su propia fiesta itinerante. Aún en su condición de discapacitado espiritual, los hábitos del sarcasmo se adhieren a él como sensaciones fantasmales. La alegría puede estar fuera de alcance, pero no puede evitar encontrar fragmentos de humor donde quiera que mire. Esta característica ocurre claramente en la familia. Lee y su sobrino, reunidos por las circunstancias, tienen la esencia de un equipo de comedia. “¿Qué le pasó a tu mano?” Le pregunta Patrick a Lee, al notar los vendajes y la sangre. “Me corté”. “Oh gracias. Por un minuto no sabía que había pasado”. Tuvieron un millón de estas situaciones. Pero Mr. Lornegan no está transitando por episodios agridulces de series televisivas. Él está detrás de un tipo de realismo raramente encontrado en películas estadounidenses recientes, las cuales a menudo parecen pensar que las audiencias se confundirán u ofenderán cuando lo necio y lo serio coincidan en la pantalla. El crítico del Times A.O Scott revisa “Manchester by the Sea”. Meg Felling y Robin Lindsay. 17-11-2016. “Manchester by the Sea” es un retrato agradablemente sombreado, un estudio de la miseria individual ambientado en un lugar que es observado con cuidado y afecto. Mr. Affleck y Mr. Hedges son excepcionales, pero el resto del gran elenco es casi tan bueno. (Yo señalaría a Ms. Williams, Ms. Boll y C.J. Wilson, quien interpreta al mejor amigo de Joe y socio de negocios). El pueblo costero de Massachusetts que le da el nombre a la película es pintoresco en el estilo modesto de Nueva Inglaterra. Sus colinas flequeadas con altos árboles y casas de madera, su bahía rodeada de islas rocosas, no quitan el aliento. En la escena inicial, una memoria de Lee, Patrick y Joe en el bote bajo un cielo azul brillante, bromeando y tratando de atrapar un pez, eso es el cielo. Luego parece el purgatorio, un lugar con cielos planos, aguas plomizas y desagradables recordatorios del pasado. (El camarógrafo quién captura esta ruda belleza es Jody Lee Lipes). Pero “Manchester by the Sea” no trata solo de Lee y su familia, y no solo de sus casas y botes y hábitos de bebida y matrimonios. También trata de lo que significan esas cosas, y que tipos de valores sentimentales e ideológicos están vinculados a ellas. La película asume indirecta y quizás inadvertida pero poderosa y precisamente, un tema que últimamente se ha reinsertado en el discurso político estadounidense. Es una película, acerca de los lamentos de los hombres blancos. No estoy siendo ambígua. Estoy siendo específica. Mr. Lonergan es muy astuto acerca de las texturas de la vida estadounidense para asumir que las identidades de raza y de clase de sus personajes sean incidentales o sin gran significación. Eso era verdad para los niños ricos de Nueva York en la obra de teatro de Mr. Lonergan “This Is Our Youth”, de 1996, y no es menos cierto para los crecidos ciudadanos de la comunidad de Massachusetts aquí. Aún si ellos son muy difidentes o muy ocupados para la autoconciencia sociológica. En el cine estadounidense del siglo 21, desde “Mystic River” hasta “Gone baby Gone”, desde “The Fighter” hasta “The Departed”, el Bay State es donde los mitos de la clase blanca post-ética han sido forjados. Los personajes no blancos son tan escasos como completamente articulados, y la incómoda historia racial que ha existido en la realidad (por ejemplo las batallas de los buses en Boston de los años ‘70) es ignorada. No hay legado de esclavitud o Jim Crow, y por lo tanto un aura de inocencia puede ser mantenida en medio de la disfunción y el sentimentalismo y el sentido del clan. “Manchester by the Sea” en parte porque es un producto del complejo industrial Damon-Affleck, comparte algo de su mito negociante, pero también resiste los clichés más extenuantes de la película típica de Boston. (Hay momentos cuando la explotación del acento local raya en la parodia. ¿Por qué más habría que escribir un argumento adicional de los méritos de “St-AH Trek” o una serie de chistes acerca de sh-AH-ks?) Mr. Lonergan está más interesado en la culpa que en la criminalidad, y menos preocupado por la nostalgia que por la psicología de la pérdida. Esto no es una pseudo-épica de la redención o la revancha, con boxeadores y pandilleros y sus madres y esposas que van a la iglesia. Es un melodrama masculino que se desdobla como una fábula de catástrofe total. Lee, Joe y sus amigos nunca se definirían como privilegiados. Tienen gustos proletarios y sensibilidades. Pero también tienen casas y botes pagados, hijos en camino a la universidad, seguros médicos decentes y un título rígido para beneficio de la duda. (Observe lo que le ocurre a Lee en la estación de policía de Manchester y verá lo que digo). Sus problemas principales provienen de las mujeres, quienes dañan las fiestas, no entienden los chistes y a veces no pueden controlar su bebida o mantener sus pantalones abotonados. Algunas son buenas madres o buenas deportistas, y de cualquier manera, un hombre siempre puede escaparse hacia el bote o el sótano con los muchachos y algunas cervezas. Fuera de ese paraíso del hombre trabajador, Lee también está exilado de las prerrogativas de ser blanco. Vive en una habitación de un sótano, gana salario mínimo, trabaja para un jefe afroamericano y acepta propinas de un arrendador negro cuyo baño ha limpiado y reparado. No se queja, pero también está claro que ha escogido estas condiciones como una forma de autodegradación, como castigo por sus pecados. Tal vez eso suena como que estoy sobre leyendo o haciendo una acusación. Pero negar que “Manchester by the Sea” tiene una dimensión racial es subestimar su honestidad y dejar de lado su difícil relevancia. Lee se siente culpable y rabioso, medio convencido de que lo que ocurrió no fue su responsabilidad y medio claro en que si lo fue, incapaz de disculparse o de aceptar disculpas, paralizado por la pena y herido por un sentido del dolor. Está roto, y también es lo suficientemente inteligente para notar, y Mr. Lonergan es lo suficientemente sabio y generoso para permitirle entender, que nada lo hará completo otra vez. “Manchester by the Sea” requiere compañía de los padres o adultos guardianes para menores de 17 años de edad, para explicar a los personajes quienes se maldicen entre sí y al destino. Manchester By the Sea • Director Kenneth Lonergan • Guionista Kenneth Lonergan • Protagonistas Casey Affleck, Michelle Williams, Kyle Chandler, Lucas Hedges • Rating R • Duración 2h 17m • Género Drama Traducción: Alfonso L. Tusa C.

miércoles, 18 de enero de 2017

La Imaginación de ‘A Monster Calls’ (El Llamado de un Monstruo)

Mekado Murphy. The New York Times. 21-12-2016. J.A. Bayona ha hecho una especialidad de insertar dramas familiars en géneros de películas. Este cineasta español desarrolló una película de horror con un drama familiar en el medio en su primera experiencia, “The Orphanage”. Y puso en escena un tsunami destructivo que destroza y reúne una familia en “The Impossible”. En “A Monster Calls”, él regresa al drama familiar, esta vez mezclando con la fantasía para contar la historia de cómo el niño de 12 años de edad Connor lidia con la enfermedad terminal de su madre cuando es visitado por un monstruo con forma de árbol. Lo que todas sus películas tienen en común es un fuerte sentido de lo visual. La película nueva incluye imágenes devastadoras de destrucción y belleza, imágenes imaginarias de cielos de caramelos en un reino majestuoso. Patrick Ness escribió la novela infantil en la cual está basada “A Monster Calls”, y también la adaptó para la pantalla. “Bayona la entendió desde el comienzo”, dijo él durante una entrevista en Nueva York. “Comprendió acerca de no suavizar lo que es difícil. Toma en serio el punto de vista de un niño, lo cual es lo que yo hago. Y no tiene miedo de mezclar los géneros”. El Monstruo A las 12:07 am, Conor (Lewis MacDougall) es confrontado por un monstruo (cuya voz es la de Liam Neeson), quién dice que visitará al muchacho en noches sucesivas para contarle tres historias. Despues de eso, Conor debe contarle una cuarta. Para la novela, Jim Kay, cuyo trabajo también ha aparecido en los libros de Harry Potter, ilustró al monstruo. Él aportó el concepto de arte para la película: una simple silueta que Mr. Bayona apreció y a la cual regresó para el diseño final. Aún así, el equipo de Mr. Bayona hizo centenares de escenas antes de establecer la apariencia del monstruo, la cual él quería que tuviera un elemento humano. “Pensé de alguna manera que este monstruo representa al hombre en el cual Conor se va a convertir”, dijo Mr. Bayona durante una entrevista en el Toronto International Film Festival en septiembre. “Así que pensé que el monstruo debería ser muy viril”. Él se inspiró en una pintura de Goya que vio de niño, “El Coloso”, la cual muestra a un gigante sentado en un paisaje. El monstruo de la película está hecho de ramas dobladas, y su rostro muestra una semblanza del de Conor. Pero Mr. Bayona dijo que quería “dejar espacio a la imaginación de la audiencia”. La Animación Cuando el monstruo regresa, sus cuentos son relatados en animación vívida, pintoresca. Mr. Bayona trabajó con Headless Productions en Barcelona, España. “Yo quería usar acuarela”, dijo Mr. Bayona, “y hacer que el estilo fuese una mezcla de los dibujos de Conor y los dibujos de su madre que vemos en la película”. En una escena, el Conor humano persigue al monstruo hasta el mundo animado. La idea era tenerlo tan atrapado en la historia que para él la fantasía se sienta más real que la realidad. Para el dramático cielo rojo de esa escena, Mr. Bayona se inspiró en los musicales estadounidenses de los años ’50, como “Brigadoon” de Vicente Minelli. También se orientó con el trabajo de fantasía colorida de Akira Kurosawa, mediante su drama histórico de 1980 “Kagemusha”. Los Dibujos Cono está obsesionado con el dibujo y crea ilustraciones para lidiar con su rabia. Esos dibujos, alineados en la pared sobre su escritorio, incluyen animales salvajes, criaturas terroríficas y figuras heroícas peleando con adversarios. Este arco de historia no estaba en la novela; Mr. Bayona lo agregó para darle a Conor una manera de conectar “el lado espiritual de su psicología con el mundo de la fantasía”, dijo él, al explicar que la película usa el arte como una forma de combatir la muerte. En la primera vista del monstruo, hay un primer plano del lápiz de Conor mientras él dibuja, el sonido del lápiz casi llama al monstruo. Mientras la película avanza, el dibujo de él se hace más inventivo, incluyendo una escena que usa los residuos de sacarle punta a un lápiz como un tipo de corona flotante para una figura de la realeza. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

martes, 17 de enero de 2017

Carta para mí cuando era joven. Pelé. Futbolista retirado

/Campeonato Brasileiro Serie A. The Players’ Tribune. 12-05-2016. Querido Edson (o Dico, como le gusta llamarte a tu familia). Escucha cuidadosamente. Cuando tu familia se mude de Tres Corazones, no olvides las medias de tu madre. Eres pequeño, solo tienes cinco años de edad, pero no debes olvidar las medias. Si las olvidas, tu vida puede ser muy diferente. Tú y tu familia se mudarán a un pueblo muy pequeño llamado Bauru. Te mudarás a ese lugar debido a tu padre. Como verás, él juega para el club de futbol Atlético Bauru. En Bauru, tu familia tiene una casa muy sencilla. Tú y tu hermano comparten una cama. Eso no es muy cómodo, pero debido a ello, ustedes dos se harán muy buenos amigos. En el frente de la casa, no hay grama. Solo tierra y arena. Ese es tu primer campo de futbol. Vendrán otros más grandes. Te contaré más de esto dentro de poco. Por el momento, el frente de tu casa es tu estadio. Tú y tus amigos cortan palos de bambú para hacer las arquerías. No tienes el dinero para comprar una pelota de verdad. Por eso es que nunca debes olvidar las medias. La familia tiene muy poco dinero. Así que, puedes hacer una pelota metiendo periódicos viejos dentro de las medias. La pelota, no siempre es redonda. Pero está bien. Tú y tus amigos jugarán por horas afuera, y a ti te llaman “El Descalzo” porque tampoco te puedes comprar botines de futbol. Aprenderás rápidamente a eludir las charcas. El peligro más grande es el agua, y las charcas serán los primeros defensores que enfrentarás. Ah, tu madre. Es una mujer muy dura. Mientras escribo esto, ella tiene casi 99 años de edad. Todavía te gasta bromas. Cuando la visites, no le digas de que deseas hablar. Ella dice, “Estás en mi casa. Discutimos de mis cosas”. Ella siempre es la dueña de la casa. Tu padre a menudo está lejos con su equipo de futbol. Ella es quien ahorra el dinero para asegurarse de que tú, tu hermano y eventualmente tu hermana, tengan libros y zapatos. Ella te enseñará lecciones muy importantes. Hay una que recordarás por mucho tiempo. Es la lección acerca de tu vecina, la del árbol de mango. Un día, llevaste a casa un mango de su árbol. Tu madre pregunta, “Dico, ¿De donde sacaste ese mango?” Dices, “Lo conseguí donde Doña María en la casa de enfrente”. “Pero ¿le pediste el mango?” “Si, si, por supuesto”. Eso era una mentira. Ella dice, “Está bien Dico, vamos a preguntarle a Doña María si eso es verdad”. Algunas veces eres un muchacho malo. Cuando seas mayor, recodarás eso y te avergonzarás mucho. Pero esa es la lección más importante que tu madre te enseñará. “No se trata de los mangos Edson. Se trata de respetar a las otras personas”. Necesitas dejar a un lado esta carta y llamar a tu madre para decir lo siento. ¡Porque tomarás muchas de sus medias a lo largo de los años! Ahora hablemos de tu padre. Muchas veces, te verá jugar en la calle. Tú marcas uno, dos, tres, algunas veces hasta cuatro goles. Pero tu padre no está feliz con tus goles. Te dice que lo tienes que hacer mejor. ¿Qué? No entiendes. Él dice, “No, no, no, a lo que me refiero es a que necesitas aprender a hacer otras cosas. Debes tener muchas destrezas en el campo. No solo marcar goles”. Este es un consejo muy importante. Recuerda eso siempre. Más adelante tu vida cambiará. Pero él te dirá exactamente la misma cosa cuando juegues en el Santos Football Club. !Es verdad, Edson!. Te convertirás en futbolista profesional. Cálmate. Te contaré más adelante. Despues del juego, tu padre dirá, “Hiciste dos o tres pases malos. ¿Por qué?” “Pero padre, ganamos 4-1”. Te volverá a decir, “Debes ser preciso. Puedes mejorar”. Ves, tu padre es un hombre competitivo. Una vez anotó cinco tantos en un juego. Ese es un record en Brasil. Cuando marques tu gol mil en el Maracaná, será un tiro penal, y el mundo entero se detendrá por un momento para observar (ese es tu regalo de Dios). La atmósfera del estadio será la de una gran fiesta, sin importar a cual equipo apoyen los fanáticos. Recibirás un trofeo. Habrá muchas fotografías. Eso quedará registrado en los libros de historia. Durante la celebración, tu padre te susurrará, “Yo marqué cinco goles en un juego, ¿lo has hecho tú?” Ambos reirán. Tu padre es un hombre muy especial, él es la única razón por la cual escogiste jugar futbol. Aún luego que terminara su carrera por una lesión, siempre lo considerarás el mejor jugador. Todo lo que quieres es ser como tu padre. Nunca anotarás cinco goles en un juego, pero anotarás tantos goles (1.283 para ser exactos) que serás conocido en todo el mundo por el nombre de “Pelé”. ¿Pelé? ¿Quién es Pelé? Tu nombre es Edson, y tus padres te pusieron ese nombre por Thomas Edison, el inventor estadounidense. Sé que estás muy orgulloso de tu nombre, Edson Arantes do Nascimento. Pero disfrútalo ahora, porque no lo tendrás por mucho tiempo. Como verás, hay un aquero de Bauru. Su nombre es Bilé. Le dices a tus amigos un día en la escuela, “¿Supieron de la salvada de Pelé?” Tus amigos reirán y dirán, “Su nombre es Bilé, no Pelé”. Te echan broma y empiezan a llamarte Pelé. Eso te molesta mucho. Un día te enfureces tanto que peleas con ellos. La escuela te suspende por dos días. ¿Qué pasa cuando tu madre se entera de eso? Oh no…pobre de ti. A partir de ese día, serás conocido como Pelé por siempre. Pero nunca olvides al muchacho llamado Edson. Recuerda siempre a ese muchacho en tu corazón y tu mente. Cuando cumplas 13 años de edad, jugarás al futbol con más seriedad. Es el comienzo de algo increíble para ti. Empiezas a entrenar con el equipo juvenil de Bauru, el equipo de tu padre. Ahí es donde también consigues tu primer trabajo, limpiando los botines de los jugadores regulares del equipo. Te pagan una o dos monedas por cada par. No es mucho dinero, pero es suficiente para comprar un balón nuevo. ¡No más medias! Te irá muy bien como joven futbolista. Un caballero llamado Waldemar De Brito llegará a tu vida. Será una persona muy importante en el comienzo de tu carrera en el Santos Football Club. Despues de evaluar tu talento, te dirá: “Pelé creo que puedes ser un profesional muy, muy bueno. Pero nunca pienses que eres el mejor. No pienses que eres Dios. Si haces dinero, ahorra algo para el futuro. No empieces a comprar tabaco y caramelos. Debes seguir siendo el muchacho de Bauru”. Recuerda esas palabras. Porque te convertirás en profesional a la edad de15 años. Por supuesto, eres solo un muchacho. Cuando entras al camerino del Santos por primera vez, ves a tus compañeros poniéndose sus botines. Estás asustado. Ellos son hombres mayores. Miras el número de tu camiseta. Es el número 10. Piensas, Dios mío. ¿Qué estoy hacienda aquí? (Esta memoria siempre estará contigo). El director del equipo dirá, “Ven acá Pelé. Ponte tu camiseta del Santos para una fotografía”. Hay muchas luces incandescentes. Y eres tan flaco que la camiseta te queda muy cómica. El director dice, “Pasado mañana, la foto estará en los periódicos”. Le dices a tu padre, “¡Me tomé una foto con la camiseta número 10 del Santos, pienso que les gusto!” Si, todavía eres el muchachito de Bauru. Déjame contarte otra historia divertida. El viaje desde tu casa hasta Santos es muy largo. Tienes que tomar el tren por cinco horas desde Bauru hasta la capital de Sao Paulo. Entonces necesitas tomar un bus por dos horas más para llegar a Santos. (Lleva libros para leer, Edson. No duermas nada más). Un día en la parada del bus en Santos, se supone que te encuentres con tu padre. Esperas y esperas y esperas por él. Te da mucha sed en ese calorón, así que caminas hacia la playa. El agua parece tan clara. Sumerges tu mano en ella y tomas un trago. ¡Puaf! Sabe a sal. La escupes. Piensas, ¿Qué pasa con esta agua? ¿Es veneno? Te prometo que te reirás de eso algun día. En Bauru, nunca viste la playa, la arena, el mar. Pero en Santos, hay un hermoso océano azul. Es la primera vez que ves el océano. ¡No te bebas el océano, Edson! Te sientes más cómodo en la cancha de futbol de Santos. Jugarás casi dos décadas con el Santos Football Club, y durante ese tiempo te harán muchas propuestas para jugar con equipos en Milan, Madrid, todo el mundo. Esto puede sonar increíble para ti ahora, pero escucha mis palabras: No aceptes las propuestas. Te lo digo otra vez: No aceptes las propuestas. Tendrás muchas otras oportunidades de viajar lejos en tu vida, te lo prometo. ¿Por cual razón te irías de Santos? El Peixe está cerca y es querido por tu corazón. Tú y tus compañeros de equipo harán del Santos uno de los mejores equipos, no solo de Brasil o SurAmérica, sino del mundo. El equipo ganará la copa intercontinental en 1962. Habrá muchos campeonatos brasileños. Viajarás a muchos lugares y jugarás partidos amistosos en todo el mundo. Debido a ti, los dos bandos de una guerra civil en el Congo llamarán a un cese al fuego solo para ver jugar a tu equipo. Tendrás viajes increíbles con Santos, y aún así permanecerás cercano a tu familia. Te pregunto de nuevo: ¿Por cual razón te irías de Santos? También empezarás a jugar en el equipo de tu país. Es un honor increíble para ti. Cuando tengas solo 17 años de edad, viajarás en avión por primera vez hasta Suecia para la Copa Mundial de 1958. En Suecia muchas cosas son diferentes. En ese momento, los radios de baterías son nuevos en el mercado. Todavía no se ven en Brasil. Un día, el equipo visita una tienda en la ciudad y tu compañero, Garrincha, oye una voz extraña que viene del radio. Tú sostienes el radio con sorpresa. El locutor habla en sueco. Garrincha dice, “Pelé, ¿Por qué escuchas algo que no entiendes?” Tú dices, “Es increíble. Quiero comprarlo”. Él dice, “No, no compres eso. ¡No vas a entender lo que dice esa voz!” ¡Garrincha no sabe que cuando lleves el radio a casa, la señal radial de Brasil será en portugués! Te ríes mucho cuando Garrincha se da cuenta de eso. Pero cuando viajas por el mundo con Brasil, habrá otra sorpresa. Y esa te entristecerá. Piensas que todos conocen tu país, pero ese no es el caso. En ese momento, muchas personas no saben en que parte del mapa está Brasil. Ellos dicen, “Oh, Brasil, eso es en Argentina ¿no?” Te sonríes, pero por dentro estás triste de que las personas no conozcan tu país, tu hogar. Pero no te aflijas mucho. Despues del final de la Copa Mundial de 1958, ellos sabrán. Eso es porque levantarás el trofeo. Es verdad. Será el primero de tres campeonatos de Copas Mundiales para ti. Al término de la final del ’58, te desmayas y te caes al suelo. Todavía hoy, ese es un momento difícil de explicar. Es demasiada emoción para tu cuerpo. Cuando tus compañeros de equipo te reaniman, lloras. Siempre lloras, Edson, aún más adelante en tu vida. Eres una persona emocional quien llora fácilmente. Ganar la Copa Mundial no solo es un sueño para ti, es el sueño de tu país. Y la ganas con solo 17 años de edad. Eres tan joven. Serás el campeón más joven de la Copa Mundial en la historia del deporte. Agradece a Dios por esa victoria, porque no siempre serás joven. En 1970, llorarás otra vez porque será tu Copa Mundial final. Estas son lágrimas diferentes. Serán más difíciles para ti emocionalmente. Debes pedirle a Dios que te ayude. No puedes perder con tu pais en tu oportunidad final. ¿Qué ocurrirá? No te lo diré. Algunas cosas no se pueden explicar, aún desde el futuro. Cuando termina tu carrera con Santos y el equipo nacional de Brasil, tendrás la oportunidad de jugar en Estados Unidos. No en cualquier parte de Estados Unidos, en la ciudad de Nueva York, con un equipo llamado el Cosmos. Debes aprovechar esa oportunidad. Es muy importante hacer crecer el juego en Estados Unidos. Antes de dejarte, quiero hablar por un momento de la belleza. Veras muchas cosas hermosas en tu carrera. Cuando corres hacia la multitud después de marcar un gol, ves los rostros de las personas llorando de alegría. Ese momento te muestra cuanto significas para las personas. Pero hay un momento que recordarás por siempre. En 1968, participarás en un juego en Colombia. Durante el juego, tu compañero de equipo Coutinho y un jugador colombiano empiezan a pelear. Muchos jugadores se acercan para tratar de parar la pelea. Cuando se calman las cosas, el árbitro te muestra la tarjeta roja. Le dirás, “No, no, yo no peleé. Yo traté de evitar la pelea”. Pero aún así, el árbitro te expulsa del terreno. Él piensa que eres responsable porque tienes una apariencia similar a la de Coutinho. Sales de la cancha con rabia y caminas hacia el camerino. Entonces, cuando te quitas los botines, empiezas a oir un ruido. La multitud está gritando. Tu entrenador corre hacia el camerino y dice: “¡Pelé, regresa! ¡Tienes que regresar!” Tú dices, “¿Qué? No puedo regresar. Me sacaron tarjeta roja”. Tu entrenador dice, “No entiendes. No te quites los botines- la multitud, empezó a hacer ruido. ¡Están protestando!” Esta es la primera y única vez en tu vida que verás algo como eso. La multitud colombiana ha visto el error. Está pidiendo que regrese Pelé. El árbitro quien cometió el error es sustituido por uno nuevo. En el futbol nunca sacan al árbitro y dejan que un jugador regrese a la cancha. Mira, la multitud tiene tal pasión por el maravilloso juego. No les importa que seas el rival. Regresas a la cancha, y la multitud ruge. Ese momento te muestra cuanto significas para las personas. ¿Ves? Dios te ha dado una vida brillante. Rézale: Cuida a mi familia. Necesitan cuidarse unos a otros. Pero hay otra cosa por la que quiero que reces cada noche. Esto es más difícil de explicar. En Brasil, las personas son maravillosas. Tenemos sorprendente comida, música, cultura. Pero tenemos muchos problemas. Hay crímen y pobreza. Si, aún este día cuando te escribo, Edson, nuestro país aún sufre. Debes rezarle a Dios: Por favor haz que las cosa mejoren en Brasil. Todavía hay niños en Brasil quienes juegan descalzos en las calles. Todavía hay niños quienes no pueden comprar un balón. Todavía hay niños en Brasil quienes roban mangos. Eso es muy triste. El futbol no puede darle a todos lo que te dio a ti. ¿Cuál es tu momento mágico? Fue cuando naciste. Porque tienes una familia excelente que te ha enseñado y tratado bien. Y por eso, cuando viajas a través del mundo, la puerta siempre esta abierta para recibirte. Las personas del mundo te muestran el cariño más grande, y debes dar lo mejor de ti para retribuir. Sigue siendo el muchacho de Brasil. Sigue siendo Edson. Y recuerda estas tres palabras: honestidad, paciencia y respeto. Manten la pelota rodando. Edson Arantes do Nascimento 2016 Traducción: Alfonso L. Tusa C.

viernes, 13 de enero de 2017

Un jardín ayuda a sanar a una familia

Emily Palmer. The New York Times. 23-12-2016. Un jardín del Bronx para todas las temporadas La mañana de su cirugía de cerebro programada, Sheila Young despertó y miró a su esposo, siempre madrugador, y se sorprendió de que estuviese aun en la cama. Ella lo empujó. Pero el cuerpo de él estaba rígido, la sangre fluía desde su boca. Las palaras de Ms. Young, frenéticas y debilitadas por su tumor cerebral, eran tan confusas que su hijo tuvo que llamar al 911. Cuando llegaron los receptores de la emergencia, trataron de colocarla a ella, en vez de su esposo, en la ambulancia. Ese día de diciembre de 2006, Ms. Young y su esposo, Michael, fueron tratados en el mismo hospital de Bronx. Mr. Young, quien se había mordido la lengua durante un ataque en la noche, se enteró que era epiléptico y severos problemas cardíacos. Ms. Young pospuso su operación, pero los médicos monitorearon su situación debido a una lesión menor que sufrió al ayudar a su esposo en la cama. Mientras esperaba en casa con su hermano mayor, su hija, Jada, entonces de 6 años de edad, temía si tendría que crecer sin sus padres. Alrededor de un año después, Ms. Young se sometió a una riesgosa, operación de 12 horas para extirpar un tumor benigno envuelto entre los nervios de su rostro que presionaba las venas de su cuello. La cirugía, a pesar de ser exitosa, paralizó el lado izquierdo de su cara. “Me parecía a un monstruo”, dijo ella, agregó que su mejilla izquierda se cayó cuatro pulgadas. “Al mirarme en el espejo, no me veía”. Mr. Young, quien había renunciado a su trabajo de carpintería para cuidar a su esposa, no pudo regresar a trabajar. Se sometió a una cirugía de corazón abierto un año después de la cirugía de su esposa. Fotografías familiares congeladas en el tiempo se alinean en las paredes del apartamento. La pareja, espalda con espalda, en traje de noche, sonríe desde un rincón de la sala. Cerca de ahí, una Ms. Young adolescente con un conjunto a cuadros posa abrazada con Michael Jackson en la recepción de un hotel de Nueva Jersey. En otra una Jada de cuatro años de edad con una bata blanca, la orgullosa ganadora de un desfile de belleza en Harlem, posa con su madre. Sonríen y saludan. Luego de su cirugía, Ms Young no se tomaría otra fotografía en seis años. La felicidad capturada en las fotos de la familia en las paredes de su apartamento de South Bronx se había desvanecido. La tensión de las enfermedades de sus padres hizo de Jada una joven retraída. Se retrasó en la escuela y faltaba a clases. En medio de la angustia familiar, ellos encontraron un santuario en un jardín cercano perdido entre montones de basura y negocios frecuentes de drogas. Donde otros veían decadencia, ellos vieron potencial. En los viajes al terreno, la familia se unió a los vecinos, para sacar la basura y eventualmente despejar el espacio de East 139th Street para revivir el jardín de la comunidad. Mr. Young sembró bulbos de arbustos florales en el jardín, cavó un estanque, construyó cobertizos de almacenamiento y diseñó parcelas para que algunos 20 vecinos cultivaran sus hierbas y vegetales. Jada, ahora de 16 años de edad y de hablar suave, cambia de actitud una vez que está dentro del Padre Plaza/Success Garden. El puede referirse con autoridad a cada planta: “Pimentones Serrano, calabaza, menta, berzas”, dijo ella, riendo. Ella atravesó el puente y el jardín en ruta hacia una casa fantasmal que fue construida días antes de Halloween. Adentro, telarañas verdes se estiraban a través del techo, zombies y duendes con ojos brillantes colgaban de la pared y un retrato holográfico de un niño mutando a esqueleto yacía sobre la mesa. Su padre ajusto las telas de araña en el pasillo de entrada. Construyó toda la casa en pocos días, Jada alardeó, al agregar: “Yo hice las telarañas”. Los dos, quienes a menudo trabajan juntos, transformaron el jardín para las fiestas de fin de año, dándole un ambiente de tierra de maravillas invernal. “No solo se trata de enseñarle a las personas acerca de frutas frescas y vegetales, sino de trabajar juntos para hacer las cosas”, dijo Mr. Young. “Puede sonar loco, pero este lugar minimiza lo negativo, resalta las fortalezas y construye nuestra comunidad”. La familia ha visto el poder curativo del jardín. Débil después de su cirugía cardíaca, Mr. Young, ahora de 55 años de edad, reconstruyó sus fuerzas cultivando vegetales y buscando un camino para usar sus destrezas de carpintería fuera de un trabajo a tiempo completo. Cuando su salud lo permite, él aún hace trabajo voluntario diario en el jardín. Jada se sintió orgullosa de cada planta, memorizando todas las variedades y reconstruyendo su confianza y autoestima, lo cual se ha manifestado en mejores notas este año escolar. Para Ms. Young, 55, la cura llegó con las visitas al jardín en los meses posteriores a la cirugía. Rodeada por los niños que visitan el jardín, ella se sobrepuso lentamente al miedo de lucir diferente. Ella notó que a los niños no les importaba la apariencia de ella. Ahora ella lidera el cercano Mott Haven Farmers Market, donde trabaja como voluntaria cada martes. Con renovado entusiasmo, Ms. Young se practicó cirugía reconstructiva y Botox para mejorar la movilidad y realinear su rostro. Mediante operaciones consecutivas, cubiertas por el seguro, su boca se está desdoblando lentamente, y ahora puede cerrar los ojos con naturalidad. En 2014, ella fue a un cine de Union Square en Manhattan y consiguió un trabaao de limpieza a medio tiempo, su primer trabajo desde el diagnóstico de su tumor en 2006. Allí le pagan 300 $ mensuales. Aún así los problemas de salud de la pareja han reducido severamente el ingreso familiar. Debido a los frecuentes ataques, Mr. Young no ha sido capaz de mantener un trabajo estable dese su diagnóstico. Al vivir de cheque en cheque, ellos reciben 1.439 $ en pagos mensuales de incapacitación de Social Security, así como 168 $ de cupones de alimentación. Pagan 418 $ de renta mensual, el resto es cubierto por un subsidio gubernamental. Mientras los Young se recuperaban en el jardín, animaron a Jada para que buscara otras salidas para aliviar la tensión. Ella se unió a Black Girls Rocks, una organización juvenil de asesoría y empoderamiento, y canta con Gospel for Teens, un programa educativo de Harlem para ensambles y artes. Ella también se unió a Catholic Big Sisters and Big Brothers, un programa afiliado de la Catholic Charities Archdiocese de Nueva York, una de las ocho organizaciones apoyadas por el Neediest Cases Fund de The New York Times. La organización suministró a Jada 275 $ desde el Neediest Cases Fund para reponer unos anteojos de lectura extraviados. Ahora Ms. Young posa de nuevo para fotografías familiares, con una sonrisa parcial. Sobre el tope del espejo del baño de ella están pegadas con cinta adhesiva las palabras, “My Black Is Beautiful”. Los médicos de Ms. Young le ofrecieron recientemente practicarle una cirugía cosmética para borrar las marcas de la década pasada. Pero Ms. Young no estuvo interesada. “No quiero ser 10 años más joven”, dijo ella. “Me tomó mucho tiempo para llegar a donde estoy”. Ella desea que sus médicos pudieran darle algo más. “Quiero sonreir otra vez”, dijo ella. Traducción: Alfonso L. Tusa C.