martes, 17 de enero de 2017
Carta para mí cuando era joven. Pelé. Futbolista retirado
/Campeonato Brasileiro Serie A.
The Players’ Tribune. 12-05-2016.
Querido Edson (o Dico, como le gusta llamarte a tu familia).
Escucha cuidadosamente.
Cuando tu familia se mude de Tres Corazones, no olvides las medias de tu madre. Eres pequeño, solo tienes cinco años de edad, pero no debes olvidar las medias. Si las olvidas, tu vida puede ser muy diferente.
Tú y tu familia se mudarán a un pueblo muy pequeño llamado Bauru. Te mudarás a ese lugar debido a tu padre. Como verás, él juega para el club de futbol Atlético Bauru. En Bauru, tu familia tiene una casa muy sencilla. Tú y tu hermano comparten una cama. Eso no es muy cómodo, pero debido a ello, ustedes dos se harán muy buenos amigos.
En el frente de la casa, no hay grama. Solo tierra y arena. Ese es tu primer campo de futbol. Vendrán otros más grandes. Te contaré más de esto dentro de poco. Por el momento, el frente de tu casa es tu estadio. Tú y tus amigos cortan palos de bambú para hacer las arquerías.
No tienes el dinero para comprar una pelota de verdad. Por eso es que nunca debes olvidar las medias. La familia tiene muy poco dinero. Así que, puedes hacer una pelota metiendo periódicos viejos dentro de las medias.
La pelota, no siempre es redonda. Pero está bien. Tú y tus amigos jugarán por horas afuera, y a ti te llaman “El Descalzo” porque tampoco te puedes comprar botines de futbol. Aprenderás rápidamente a eludir las charcas. El peligro más grande es el agua, y las charcas serán los primeros defensores que enfrentarás.
Ah, tu madre. Es una mujer muy dura. Mientras escribo esto, ella tiene casi 99 años de edad. Todavía te gasta bromas. Cuando la visites, no le digas de que deseas hablar. Ella dice, “Estás en mi casa. Discutimos de mis cosas”.
Ella siempre es la dueña de la casa. Tu padre a menudo está lejos con su equipo de futbol. Ella es quien ahorra el dinero para asegurarse de que tú, tu hermano y eventualmente tu hermana, tengan libros y zapatos. Ella te enseñará lecciones muy importantes. Hay una que recordarás por mucho tiempo. Es la lección acerca de tu vecina, la del árbol de mango.
Un día, llevaste a casa un mango de su árbol.
Tu madre pregunta, “Dico, ¿De donde sacaste ese mango?”
Dices, “Lo conseguí donde Doña María en la casa de enfrente”.
“Pero ¿le pediste el mango?”
“Si, si, por supuesto”.
Eso era una mentira.
Ella dice, “Está bien Dico, vamos a preguntarle a Doña María si eso es verdad”.
Algunas veces eres un muchacho malo. Cuando seas mayor, recodarás eso y te avergonzarás mucho. Pero esa es la lección más importante que tu madre te enseñará. “No se trata de los mangos Edson. Se trata de respetar a las otras personas”.
Necesitas dejar a un lado esta carta y llamar a tu madre para decir lo siento. ¡Porque tomarás muchas de sus medias a lo largo de los años!
Ahora hablemos de tu padre. Muchas veces, te verá jugar en la calle. Tú marcas uno, dos, tres, algunas veces hasta cuatro goles. Pero tu padre no está feliz con tus goles. Te dice que lo tienes que hacer mejor.
¿Qué? No entiendes.
Él dice, “No, no, no, a lo que me refiero es a que necesitas aprender a hacer otras cosas. Debes tener muchas destrezas en el campo. No solo marcar goles”.
Este es un consejo muy importante. Recuerda eso siempre. Más adelante tu vida cambiará. Pero él te dirá exactamente la misma cosa cuando juegues en el Santos Football Club.
!Es verdad, Edson!. Te convertirás en futbolista profesional. Cálmate. Te contaré más adelante.
Despues del juego, tu padre dirá, “Hiciste dos o tres pases malos. ¿Por qué?”
“Pero padre, ganamos 4-1”.
Te volverá a decir, “Debes ser preciso. Puedes mejorar”.
Ves, tu padre es un hombre competitivo. Una vez anotó cinco tantos en un juego. Ese es un record en Brasil. Cuando marques tu gol mil en el Maracaná, será un tiro penal, y el mundo entero se detendrá por un momento para observar (ese es tu regalo de Dios). La atmósfera del estadio será la de una gran fiesta, sin importar a cual equipo apoyen los fanáticos. Recibirás un trofeo. Habrá muchas fotografías. Eso quedará registrado en los libros de historia. Durante la celebración, tu padre te susurrará, “Yo marqué cinco goles en un juego, ¿lo has hecho tú?”
Ambos reirán. Tu padre es un hombre muy especial, él es la única razón por la cual escogiste jugar futbol. Aún luego que terminara su carrera por una lesión, siempre lo considerarás el mejor jugador. Todo lo que quieres es ser como tu padre.
Nunca anotarás cinco goles en un juego, pero anotarás tantos goles (1.283 para ser exactos) que serás conocido en todo el mundo por el nombre de “Pelé”.
¿Pelé? ¿Quién es Pelé? Tu nombre es Edson, y tus padres te pusieron ese nombre por Thomas Edison, el inventor estadounidense.
Sé que estás muy orgulloso de tu nombre, Edson Arantes do Nascimento.
Pero disfrútalo ahora, porque no lo tendrás por mucho tiempo.
Como verás, hay un aquero de Bauru. Su nombre es Bilé. Le dices a tus amigos un día en la escuela, “¿Supieron de la salvada de Pelé?”
Tus amigos reirán y dirán, “Su nombre es Bilé, no Pelé”.
Te echan broma y empiezan a llamarte Pelé. Eso te molesta mucho. Un día te enfureces tanto que peleas con ellos. La escuela te suspende por dos días. ¿Qué pasa cuando tu madre se entera de eso? Oh no…pobre de ti.
A partir de ese día, serás conocido como Pelé por siempre. Pero nunca olvides al muchacho llamado Edson. Recuerda siempre a ese muchacho en tu corazón y tu mente.
Cuando cumplas 13 años de edad, jugarás al futbol con más seriedad. Es el comienzo de algo increíble para ti. Empiezas a entrenar con el equipo juvenil de Bauru, el equipo de tu padre. Ahí es donde también consigues tu primer trabajo, limpiando los botines de los jugadores regulares del equipo. Te pagan una o dos monedas por cada par. No es mucho dinero, pero es suficiente para comprar un balón nuevo. ¡No más medias!
Te irá muy bien como joven futbolista. Un caballero llamado Waldemar De Brito llegará a tu vida. Será una persona muy importante en el comienzo de tu carrera en el Santos Football Club. Despues de evaluar tu talento, te dirá:
“Pelé creo que puedes ser un profesional muy, muy bueno. Pero nunca pienses que eres el mejor. No pienses que eres Dios. Si haces dinero, ahorra algo para el futuro. No empieces a comprar tabaco y caramelos. Debes seguir siendo el muchacho de Bauru”.
Recuerda esas palabras. Porque te convertirás en profesional a la edad de15 años. Por supuesto, eres solo un muchacho. Cuando entras al camerino del Santos por primera vez, ves a tus compañeros poniéndose sus botines. Estás asustado. Ellos son hombres mayores. Miras el número de tu camiseta. Es el número 10.
Piensas, Dios mío. ¿Qué estoy hacienda aquí? (Esta memoria siempre estará contigo).
El director del equipo dirá, “Ven acá Pelé. Ponte tu camiseta del Santos para una fotografía”.
Hay muchas luces incandescentes. Y eres tan flaco que la camiseta te queda muy cómica. El director dice, “Pasado mañana, la foto estará en los periódicos”.
Le dices a tu padre, “¡Me tomé una foto con la camiseta número 10 del Santos, pienso que les gusto!”
Si, todavía eres el muchachito de Bauru.
Déjame contarte otra historia divertida.
El viaje desde tu casa hasta Santos es muy largo. Tienes que tomar el tren por cinco horas desde Bauru hasta la capital de Sao Paulo. Entonces necesitas tomar un bus por dos horas más para llegar a Santos. (Lleva libros para leer, Edson. No duermas nada más).
Un día en la parada del bus en Santos, se supone que te encuentres con tu padre. Esperas y esperas y esperas por él. Te da mucha sed en ese calorón, así que caminas hacia la playa. El agua parece tan clara. Sumerges tu mano en ella y tomas un trago.
¡Puaf!
Sabe a sal. La escupes.
Piensas, ¿Qué pasa con esta agua? ¿Es veneno?
Te prometo que te reirás de eso algun día. En Bauru, nunca viste la playa, la arena, el mar. Pero en Santos, hay un hermoso océano azul. Es la primera vez que ves el océano.
¡No te bebas el océano, Edson!
Te sientes más cómodo en la cancha de futbol de Santos. Jugarás casi dos décadas con el Santos Football Club, y durante ese tiempo te harán muchas propuestas para jugar con equipos en Milan, Madrid, todo el mundo. Esto puede sonar increíble para ti ahora, pero escucha mis palabras: No aceptes las propuestas.
Te lo digo otra vez: No aceptes las propuestas. Tendrás muchas otras oportunidades de viajar lejos en tu vida, te lo prometo.
¿Por cual razón te irías de Santos? El Peixe está cerca y es querido por tu corazón. Tú y tus compañeros de equipo harán del Santos uno de los mejores equipos, no solo de Brasil o SurAmérica, sino del mundo. El equipo ganará la copa intercontinental en 1962. Habrá muchos campeonatos brasileños. Viajarás a muchos lugares y jugarás partidos amistosos en todo el mundo. Debido a ti, los dos bandos de una guerra civil en el Congo llamarán a un cese al fuego solo para ver jugar a tu equipo.
Tendrás viajes increíbles con Santos, y aún así permanecerás cercano a tu familia. Te pregunto de nuevo: ¿Por cual razón te irías de Santos?
También empezarás a jugar en el equipo de tu país. Es un honor increíble para ti. Cuando tengas solo 17 años de edad, viajarás en avión por primera vez hasta Suecia para la Copa Mundial de 1958. En Suecia muchas cosas son diferentes. En ese momento, los radios de baterías son nuevos en el mercado. Todavía no se ven en Brasil.
Un día, el equipo visita una tienda en la ciudad y tu compañero, Garrincha, oye una voz extraña que viene del radio. Tú sostienes el radio con sorpresa. El locutor habla en sueco.
Garrincha dice, “Pelé, ¿Por qué escuchas algo que no entiendes?”
Tú dices, “Es increíble. Quiero comprarlo”.
Él dice, “No, no compres eso. ¡No vas a entender lo que dice esa voz!”
¡Garrincha no sabe que cuando lleves el radio a casa, la señal radial de Brasil será en portugués!
Te ríes mucho cuando Garrincha se da cuenta de eso.
Pero cuando viajas por el mundo con Brasil, habrá otra sorpresa. Y esa te entristecerá.
Piensas que todos conocen tu país, pero ese no es el caso. En ese momento, muchas personas no saben en que parte del mapa está Brasil. Ellos dicen, “Oh, Brasil, eso es en Argentina ¿no?” Te sonríes, pero por dentro estás triste de que las personas no conozcan tu país, tu hogar.
Pero no te aflijas mucho. Despues del final de la Copa Mundial de 1958, ellos sabrán.
Eso es porque levantarás el trofeo.
Es verdad.
Será el primero de tres campeonatos de Copas Mundiales para ti.
Al término de la final del ’58, te desmayas y te caes al suelo. Todavía hoy, ese es un momento difícil de explicar. Es demasiada emoción para tu cuerpo.
Cuando tus compañeros de equipo te reaniman, lloras. Siempre lloras, Edson, aún más adelante en tu vida. Eres una persona emocional quien llora fácilmente.
Ganar la Copa Mundial no solo es un sueño para ti, es el sueño de tu país. Y la ganas con solo 17 años de edad. Eres tan joven. Serás el campeón más joven de la Copa Mundial en la historia del deporte. Agradece a Dios por esa victoria, porque no siempre serás joven.
En 1970, llorarás otra vez porque será tu Copa Mundial final. Estas son lágrimas diferentes. Serán más difíciles para ti emocionalmente. Debes pedirle a Dios que te ayude. No puedes perder con tu pais en tu oportunidad final.
¿Qué ocurrirá? No te lo diré. Algunas cosas no se pueden explicar, aún desde el futuro.
Cuando termina tu carrera con Santos y el equipo nacional de Brasil, tendrás la oportunidad de jugar en Estados Unidos. No en cualquier parte de Estados Unidos, en la ciudad de Nueva York, con un equipo llamado el Cosmos. Debes aprovechar esa oportunidad. Es muy importante hacer crecer el juego en Estados Unidos.
Antes de dejarte, quiero hablar por un momento de la belleza. Veras muchas cosas hermosas en tu carrera. Cuando corres hacia la multitud después de marcar un gol, ves los rostros de las personas llorando de alegría.
Ese momento te muestra cuanto significas para las personas.
Pero hay un momento que recordarás por siempre. En 1968, participarás en un juego en Colombia.
Durante el juego, tu compañero de equipo Coutinho y un jugador colombiano empiezan a pelear. Muchos jugadores se acercan para tratar de parar la pelea. Cuando se calman las cosas, el árbitro te muestra la tarjeta roja.
Le dirás, “No, no, yo no peleé. Yo traté de evitar la pelea”. Pero aún así, el árbitro te expulsa del terreno. Él piensa que eres responsable porque tienes una apariencia similar a la de Coutinho.
Sales de la cancha con rabia y caminas hacia el camerino. Entonces, cuando te quitas los botines, empiezas a oir un ruido. La multitud está gritando.
Tu entrenador corre hacia el camerino y dice: “¡Pelé, regresa! ¡Tienes que regresar!”
Tú dices, “¿Qué? No puedo regresar. Me sacaron tarjeta roja”.
Tu entrenador dice, “No entiendes. No te quites los botines- la multitud, empezó a hacer ruido. ¡Están protestando!”
Esta es la primera y única vez en tu vida que verás algo como eso. La multitud colombiana ha visto el error. Está pidiendo que regrese Pelé.
El árbitro quien cometió el error es sustituido por uno nuevo. En el futbol nunca sacan al árbitro y dejan que un jugador regrese a la cancha. Mira, la multitud tiene tal pasión por el maravilloso juego. No les importa que seas el rival.
Regresas a la cancha, y la multitud ruge.
Ese momento te muestra cuanto significas para las personas.
¿Ves? Dios te ha dado una vida brillante.
Rézale: Cuida a mi familia. Necesitan cuidarse unos a otros.
Pero hay otra cosa por la que quiero que reces cada noche. Esto es más difícil de explicar. En Brasil, las personas son maravillosas. Tenemos sorprendente comida, música, cultura. Pero tenemos muchos problemas. Hay crímen y pobreza. Si, aún este día cuando te escribo, Edson, nuestro país aún sufre.
Debes rezarle a Dios: Por favor haz que las cosa mejoren en Brasil. Todavía hay niños en Brasil quienes juegan descalzos en las calles. Todavía hay niños quienes no pueden comprar un balón. Todavía hay niños en Brasil quienes roban mangos. Eso es muy triste. El futbol no puede darle a todos lo que te dio a ti.
¿Cuál es tu momento mágico? Fue cuando naciste. Porque tienes una familia excelente que te ha enseñado y tratado bien. Y por eso, cuando viajas a través del mundo, la puerta siempre esta abierta para recibirte. Las personas del mundo te muestran el cariño más grande, y debes dar lo mejor de ti para retribuir.
Sigue siendo el muchacho de Brasil. Sigue siendo Edson. Y recuerda estas tres palabras: honestidad, paciencia y respeto.
Manten la pelota rodando.
Edson Arantes do Nascimento
2016
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario