viernes, 29 de abril de 2011

Un desconocido en Kentucky Derby

Aquel 01 de mayo de 1971 fue sábado y todo el mediodía y parte de la tarde Papá nos llamó para apoyar a Rafael “El Plástico”, con el propósito de que ubicara el poste de la antena del televisor en el lugar de mejor recepción. Teníamos la esperanza de que se viera el canal 8 (VTV) y el cuatro (Venevisión), además del 2 (RCTV). Lo único que vimos fue un montón de rayas y al momento de sintonizar el 2, Amador Bendayán, en su programa “Sábado Espectacular” anunciaba que Cañonero II había ganado en tremenda carrera el Kentucky Derby “contra todos los pronósticos”.
El repiqueteo de los comentarios emocionados se extendió por toda la tarde cual reguero de pólvora en combustión. En la televisión, en la radio, en la casa, en la calle, todos hablaban del caballo que se inscribió a última hora, y a cuyo dueño, Pedro Baptista se había tildado de soñador e iluso. Llegó a Churchill Downs luego de un largo viaje que lo dejó en condiciones desventajosas. Entre los caballos más aptos para adjudicarse la Carrera de las Rosas estaban Executioner, ganador del Flamingo Stakes. Jim French (Ángel Cordero Jr.) el campeón del Derby de Santa Rita. Unconcious (Laffit Pincay Jr.) ganador del Handicap de San Felipe y el Derby de California. Además de tres productos de Calumet Farm: Impetuosity, el ganador del Blue Grass Stakes; Bold and Able (Jorge Velásquez), y Eastern Fleet (Eddie Maple) el campeón del Derby de Florida.
Al poco rato Rafael logró una imagen nítida del canal cuatro y vimos la partida y los comentarios informando que Cañonero esta botado por el puesto 18. Por más que nos acercábamos a la pantalla la imagen parpadeaba y se iba. El audio se mantenía por momentos y era una traducción muy lenta del inglés que borboteaba en el fondo.
Cañonero provenía de Pretendre, un ganador del Derby Inglés en Epsom Downs, y de Dixieland II. Los tres fueron adquiridos por el agente venezolano Luis Navas en Keeneland por 1.200 $, este a su vez los vendió al hombre de negocios venezolano Pedro Baptista en 4.500 $. Cañonero agregó el II porque ya había otro purasangre en Estados Unidos con ese nombre. Baptista contactó a Juan Arias para que entrenara a Cañonero II. Arias rápidamente se cansó de las debilidades físicas del caballo. La pierna delantera derecha arqueada que causaba un movimiento como de cangrejo, un casco partido y dificultades estomacales.
El caballo ganó en su debut en el norte y fue inscrito en el American Del Mar Futurity del otoño de 1970 con la esperanza de venderlo. Al no tener representantes que hablaran inglés fue difícil hacer negocios y Cañonero II regresó a su tierra. De vuelta en Venezuela, Cañonero II corrió distancias más largas con un nuevo jinete, Gustavo Ávila, venció a caballos más viejos y empezó a llamar la atención del público local.
Los sábados luego de almorzar cuando me iba a jugar pelota de goma con Juan de Dios, Alberi, Santiago y Leo escuchaba las carreras de caballos que se colaban desde una zapatería ubicada en la esquina colindante con el parque adyacente a la escuela José Luis Ramos. Varias veces la pelota llegaba hasta las paredes de la zapatería y en
una ocasión escuché la voz del narrador hípico: "...cuando faltan doscientos metros para la raya Cañonero II es el que más corre pegado a la baranda..." Alberi gritaba desde el parque que llevara la pelota. Mientras corría bajo los jabillos se oía la algarabía del narrador: "....y ganó Cañoneroooooo..." Dos palmadas de papá en el hombro me sacaron de los jabillos. “Epa hijo ¿estabas lejísimo? Anda a comprar un rollo de teipe. Rafael lo necesita…”.
Cañonero II empezó su campaña de dosañero el 08 de agosto de 1970, consiguiendo su primera victoria por seis cuerpos y medio sobre Comenvé, con la monta de J.E Contreras. En las pistas americanas corre el 05 de septiembre en un Allowance, llega tercero a cuerpo y medio de King Cross, el jinete es Ignacio Jesús Ferrer y la semana siguiente corre el Del Mar Futurity, prueba en la que arribaría 5° a menos de ocho cuerpos de June Darling, el jinete tambien fue Ferrer, luego de sortear una serie de tropiezos.
De regreso a Venezuela, ganó en distancias largas sus tres primeras carreras, quedando en último lugar en el Clásico Gobernador del Distrito Federal, obtuvo 3 triunfos más en esa temporada para quedar con seis triunfos en diez salidas, con tres terceros.
Baptista sorprendió a todo el mundo al solicitar inscribir a Cañonero II en el Kentucky Derby de Churchill Downs, debió pasar por una pesadilla porque tuvo que poner al día toda la documentación del caballo. Los expertos tanto en Venezuela como en Estados Unidos lo tildaron de chiflado. Faltando una semana para la carrera aceptaron la solicitud. El Daily Racing Form registró como información no disponible las últimas tres carreras de Cañonero II. Tenía las apuestas 500-1.
El viaje de Cañonero II a Estados Unidos fue largo y cansón, el caballo llegó al Hipódromo de Churchill Downs bajo de peso y deshidratado, no parecía un pura sangre que iba a participar en el Derby.
Tres días antes de la carrera, llegó a Churchill Downs el afamado jinete venezolano Gustavo Ávila, mejor conocido como “El Monstruo”. Ávila ya había ganado con Cañonero en La Rinconada, no sabía nada de las condiciones actuales del potro pero fue contagiado casi de inmediato por la confianza de Arias y del peón de Cañonero, Juan Quintero.
Arias, en una movida que nadie supo sino 2 años después de la hazaña, sacó a ejercitar en la madrugada a Cañonero con una silla y el mismo Ávila y lo hizo maravillosamente al dejar 35” exactos para 600 metros, ejercicio éste que lo dejaría listo para la gran carrera.
Aquel Derby dio la partida con 20 ejemplares. Cañonero II largó en el puesto 16. Bold and Able, Knight Counter, Jr's Arrowhead, y Barbizon Streak salieron adelante y marcaron 23 segundos exactos para el primer cuarto de carrera.
Luego de bajar al puesto 18, Cañonero II se movió hacia fuera donde Ávila decidió jugarse su oportunidad de hacer correr al caballo. Bold and Able y Eastern Fleet luchaban por el primer lugar mientras Unconscious y Jim French se alistaban para atacar.
Corrí durísimo hacia la bodega. De vuelta debí frenar en la punta de mis zapatos sobre la orilla de la acera, una camioneta anaranjada llenó de caucho quemado unos treinta metros de la calle La Florida. Aún con el vaho de azufre y dióxido de carbono en el aire y el rollo de teipe bailando en mis manos, apreté el paso y llegué a la casa con ganas de saber más detalles de la carrera.
Al entrar a la recta final Cañonero II remató y pasó por fuera cuando faltaban varios centenares de metros. Entonces era cuando parecía un tren expreso, sacó más de tres cuerpos de ventaja y dejó perplejos a propios y extraños, un completo desconocido se llevaba la primera joya de la triple corona estadounidense.
Cuando llegué, otra vez las rayas habían invadido la pantalla del televisor. Solo se escuchaba la narración en inglés de la carrera “Cañoñero II wins the 1971 Kentucky Derby…”.
En 2009 Gustavo Ávila fue homenajeado con el premio Gallop to Glory que fue creado para hacerle un reconocimiento a todos los jinetes ganadores del Kentucky Derby.

Alfonso L. Tusa C.

viernes, 8 de abril de 2011

Bartali y Coppi: Dos grandes del ciclismo

Mientras cambiaban el lanzador en el juego entre Magallanes y
Bravos, cambié al canal 58. Un hombre sudado entraba a una sala de
hospital. Gino Bartali había hecho el trayecto desde Milano para ver a
su hijo recien nacido.
Las imágenes de un ciclista ganando el Giro de Italia y un
enjambre de reporteros asediándolo. “Signor Fausto Coppi ¿Cuál es su
opinión de Gino Bartali?” Coppi sonrió. “Es un león dormido. Yo
solo soy un cazador. Los leones dormidos son los más peligrosos porque
cuando duermen sueñan y no hay cazador que los alcance”.
Aquellos nombres hicieron click en algún compartimiento de la
memoria. Papá había salido de la oficina y se quedó mirando la
contraportada de la revista Sport Gráfico que descansaba sobre la
mesita del porche. “Eddy Merkxx el monstruo del Tour”. Papá sonrió.
“Podrá ser muy bueno. Pero me quedo con Bartali y Coppi”. Cada
vez que trataba de que me explicara esos nombres, ocurría algún
imprevisto y tenía que irse. Esa fue una de varias conversaciones
que me quedaron pendientes con mi padre.
Bartali tenía 34 años en 1948. Coppi 30 y no compitió en el Tour de
Francia de ese año “porque si ganaba dirían que le gané a un jubilado
y si perdía me caerían encima diciendo que me había ganado un viejo”.
En aquella Europa de post-guerra los nacionalismos a ultranza
proliferaban a flor de piel, por eso Bartali debió soportar varios
ataques de fanáticos franceses en el aeropuerto de Paris. “Italiano,
fascista. Estás acabado. Más nunca un italiano ganará el Tour…” Cuando
los periodistas lo entrevistaron tras ese desagradable incidente
Bartalí declaró: “En la montaña desaparecen los italianos y los
franceses, solo quedan los hombres”. Bartali había nacido el 18 de
julio de 1914 en Ponte a Ema (Firenze). Luego de sus clases de
bachillerato trabajaba en un comercio de bicicletas, así empezó su
relación con los caballitos de acero. Durante la guerra ayudó a salvar
a muchos judíos recorriendo en sus bicicletas carreteras secundarias
para llevar documentos falsos para la fuga de los perseguidos.
El favorito para ganar el Tour en 1948 era el francés Luis Bobet. Sin
embargo la actitud de este era de mucho respeto y veneración por el
hombre que había ganado la competencia en 1938 a pesar de correr
enfermo. En un momento de la carrera Bobet llegó a sacarle más de 20
minutos de ventaja a Bartali. Su hijo lo llamaba por teléfono y le
decía que su amigo de la escuela, Sandro, le echaba broma diciendo que
su papá estaba viejo y no iba para ninguna parte en esa carrera.
Bartali le respondió: “Dile a Sandro que por lo menos alcanzaré a
Bobet”. Resultó impresionante el coraje y la fuerza de voluntad de
aquel ciclista que remontó las cuestas más empinadas de los Pirineos
hasta alcanzar al galo para acreditarse el Tour de 1948.
En cada corte de la película veía la sonrisa de Papá y entendía más
porque había mencionado aquellos nombres ante la contraportada de Eddy
Merkxx. Regresé por un momento al juego de pelota y Magallanes había
tomado ventaja de 7-1.
Para el Tour de Francia de 1949 hubo una discordia porque los
federativos hicieron que Coppi compitiera, venía de ganar la carrera
San Remo-Milano y el Giro de Italia lo dominó en solitario a través de
sus 192 kilometros. La disputa se presentó porque tanto Bartali como
Coppi ponían como condición ser el corredor principal de la firma
Legnano. Cuando parecía que Bartali se iba a correr con los belgas o
los franceses, el entrenador del equipo propuso que habría dos
corredores principales y que de acuerdo a como les fuera en la carrera
se decidiría quién sería el segundo. Coppi terminó llevándose la
carrera. Bartali lo apoyó y aconsejó en pleno agite de la competencia.
Llegaron uno-dos en esa carrera. Hay una escena inolvidable cuando en
el fragor de la carrera comparten la botella de agua.
El 15 de noviembre de 1952 Bartali sufrió un accidente cuando fue
arrollado por un automóvil mientras circulaba en bicicleta. Mientras
convalecía, Coppi lo fue a visitar y la esposa temía que pudiera
perder una pierna. “Dice que no la siente”. Bartali despertó y le
pidió a Coppi que le tocará la pierna. Tras varios intentos decía que
no sentía nada. Coppi le dio un manotazo y Bartali dio un grito que se
escuchó en todo el hospital. Pasaron como tres minutos riendo a
carcajadas. En la noche llegó una madre desesperada porque su hijo
decía que no quería vivir más. Gino escuchó la conversación y llegó a
la cama donde yacía el muchacho de algunos 10 años. “La vida es una
carrera larga y hay que tener ganas para correrla. Cuando estoy en la
montaña y tengo que subir esas cuestas ¿Cómo crees que las subo? Con
ganas. No bastan los músculos, los ejercicios, la bicicleta. Hay que
tener muchas ganas de mover un pie después del otro”. El niño le pidió
que le mostrara su bicicleta y que si podía correrla. La esposa se
quedó mirando a Bartali. Este levantó la pierna herida sobre el
sillín, tambaleó sobre la bicicleta. La esposa se llevó la mano a la
boca. “Cuidado Gino, no”. Bartali empezó a pedalear con cuidado, luego
empezó a acelerar alrededor de la cama. Cuando alcanzó velocidad de
competencia el niño grito: “Bravo Gino, Bravo”.
Bartali se recuperó y fue capaz de correr la San Remo-Milano, haberla
completado fue un gran logro para el tipo de accidente que tuvo en su
rodilla. En ese 1953 Coppi llegó al tope de su carrera al ganar el
Campeonato Mundial de Ciclismo en Lugano. Bartali estuvo presente en
la premiación y lo felicitó. “En el próximo mundial vamos a ver si me
puedes ganar”.
Fausto Coppi nació el 15 de septiembre de 1919 en Castellania.
Provincia de Alesandria. Tuvo su primera bicicleta a los 8 años, con
ella trabajaba de repartidor en una tienda de comestibles de la vecina
población Novi Ligure.
En el ocaso de su carrera cuando casi nadie creía en Coppi, Bartali,
quién fungía como técnico del equipo Pellegrini, llamó a Coppi para
que corriera para él. En la rueda de prensa para presentarlo como el
nuevo integrante de Pellegrini, Bartali le dijo a los reporteros que
preguntaran lo que quisieran y uno de ellos interrogó sobre un aspecto
delicado de la vida personal de Coppi. Bartali se levantó y señaló la
puerta. “Señores pueden retirarse. Hasta aquí llegó la rueda de
prensa”.
La película para televisión “L’intramontabile” (2006) dirigida por
Alberto Negrin y protagonizada por Pierfrancesco Favino (Bartali) y
Simone Gandolfo (Coppi), resultó de alguna manera ver a papá hojear la
revista Sport Gráfico y decir. “Esto del deporte es mucho más que
condiciones físicas y adrenalina. Tiene que ver con el carácter y la
calidad humana de la persona. De eso, Bartali y Coppi tenían mucho”.
Bartali ganó 2 Tour de Francia (1938, 1948), 3 Giros de Italia (
1936, 1937, 1946), 4 Milano-SanRemo (1939, 1940, 1947, 1950), 3 Giros
de Lombardía (1936, 1939, 1940), 2 Giros de Suiza (1946, 1947), 4
campeonatos (ruta) de Italia (1935, 1937, 1940, 1952), 5 Giros de
Toscana (1939, 1940, 1948, 1950, 1953), 3 Giros de Piemonte (1937,
1939, 1951).
Coppi ganó 2 Tour de Francia (1949, 1952), 5 Giros de Italia (1940,
1947, 1949, 1952, 1953), 3 Milano-San Remo (1946, 1948, 1949), 5 Giros
de Lombardía (1946, 1947, 1948, 1949, 1954), 4 campeonatos (ruta) de
Italia (1942,1947, 1949, 1955), 1 Giro de Toscana (1941). 1 Campeonato
Mundial de Ruta. Lugano (1953) Coppi falleció en 1959 luego de
contraer la malaria en un viaje a Alto Volta (actual Burkina Faso)
donde hizo ciclismo y participó en una cacería. La enfermedad no fue
tratada a tiempo.
Bartali dejó de existir en 2000, en su casa de Florencia de un ataque
al corazón. En esos días había dicho. “El último traje no tiene
bolsillos”.

Alfonso L. Tusa C.