Mientras cambiaban el lanzador en el juego entre Magallanes y
Bravos, cambié al canal 58. Un hombre sudado entraba a una sala de
hospital. Gino Bartali había hecho el trayecto desde Milano para ver a
su hijo recien nacido.
Las imágenes de un ciclista ganando el Giro de Italia y un
enjambre de reporteros asediándolo. “Signor Fausto Coppi ¿Cuál es su
opinión de Gino Bartali?” Coppi sonrió. “Es un león dormido. Yo
solo soy un cazador. Los leones dormidos son los más peligrosos porque
cuando duermen sueñan y no hay cazador que los alcance”.
Aquellos nombres hicieron click en algún compartimiento de la
memoria. Papá había salido de la oficina y se quedó mirando la
contraportada de la revista Sport Gráfico que descansaba sobre la
mesita del porche. “Eddy Merkxx el monstruo del Tour”. Papá sonrió.
“Podrá ser muy bueno. Pero me quedo con Bartali y Coppi”. Cada
vez que trataba de que me explicara esos nombres, ocurría algún
imprevisto y tenía que irse. Esa fue una de varias conversaciones
que me quedaron pendientes con mi padre.
Bartali tenía 34 años en 1948. Coppi 30 y no compitió en el Tour de
Francia de ese año “porque si ganaba dirían que le gané a un jubilado
y si perdía me caerían encima diciendo que me había ganado un viejo”.
En aquella Europa de post-guerra los nacionalismos a ultranza
proliferaban a flor de piel, por eso Bartali debió soportar varios
ataques de fanáticos franceses en el aeropuerto de Paris. “Italiano,
fascista. Estás acabado. Más nunca un italiano ganará el Tour…” Cuando
los periodistas lo entrevistaron tras ese desagradable incidente
Bartalí declaró: “En la montaña desaparecen los italianos y los
franceses, solo quedan los hombres”. Bartali había nacido el 18 de
julio de 1914 en Ponte a Ema (Firenze). Luego de sus clases de
bachillerato trabajaba en un comercio de bicicletas, así empezó su
relación con los caballitos de acero. Durante la guerra ayudó a salvar
a muchos judíos recorriendo en sus bicicletas carreteras secundarias
para llevar documentos falsos para la fuga de los perseguidos.
El favorito para ganar el Tour en 1948 era el francés Luis Bobet. Sin
embargo la actitud de este era de mucho respeto y veneración por el
hombre que había ganado la competencia en 1938 a pesar de correr
enfermo. En un momento de la carrera Bobet llegó a sacarle más de 20
minutos de ventaja a Bartali. Su hijo lo llamaba por teléfono y le
decía que su amigo de la escuela, Sandro, le echaba broma diciendo que
su papá estaba viejo y no iba para ninguna parte en esa carrera.
Bartali le respondió: “Dile a Sandro que por lo menos alcanzaré a
Bobet”. Resultó impresionante el coraje y la fuerza de voluntad de
aquel ciclista que remontó las cuestas más empinadas de los Pirineos
hasta alcanzar al galo para acreditarse el Tour de 1948.
En cada corte de la película veía la sonrisa de Papá y entendía más
porque había mencionado aquellos nombres ante la contraportada de Eddy
Merkxx. Regresé por un momento al juego de pelota y Magallanes había
tomado ventaja de 7-1.
Para el Tour de Francia de 1949 hubo una discordia porque los
federativos hicieron que Coppi compitiera, venía de ganar la carrera
San Remo-Milano y el Giro de Italia lo dominó en solitario a través de
sus 192 kilometros. La disputa se presentó porque tanto Bartali como
Coppi ponían como condición ser el corredor principal de la firma
Legnano. Cuando parecía que Bartali se iba a correr con los belgas o
los franceses, el entrenador del equipo propuso que habría dos
corredores principales y que de acuerdo a como les fuera en la carrera
se decidiría quién sería el segundo. Coppi terminó llevándose la
carrera. Bartali lo apoyó y aconsejó en pleno agite de la competencia.
Llegaron uno-dos en esa carrera. Hay una escena inolvidable cuando en
el fragor de la carrera comparten la botella de agua.
El 15 de noviembre de 1952 Bartali sufrió un accidente cuando fue
arrollado por un automóvil mientras circulaba en bicicleta. Mientras
convalecía, Coppi lo fue a visitar y la esposa temía que pudiera
perder una pierna. “Dice que no la siente”. Bartali despertó y le
pidió a Coppi que le tocará la pierna. Tras varios intentos decía que
no sentía nada. Coppi le dio un manotazo y Bartali dio un grito que se
escuchó en todo el hospital. Pasaron como tres minutos riendo a
carcajadas. En la noche llegó una madre desesperada porque su hijo
decía que no quería vivir más. Gino escuchó la conversación y llegó a
la cama donde yacía el muchacho de algunos 10 años. “La vida es una
carrera larga y hay que tener ganas para correrla. Cuando estoy en la
montaña y tengo que subir esas cuestas ¿Cómo crees que las subo? Con
ganas. No bastan los músculos, los ejercicios, la bicicleta. Hay que
tener muchas ganas de mover un pie después del otro”. El niño le pidió
que le mostrara su bicicleta y que si podía correrla. La esposa se
quedó mirando a Bartali. Este levantó la pierna herida sobre el
sillín, tambaleó sobre la bicicleta. La esposa se llevó la mano a la
boca. “Cuidado Gino, no”. Bartali empezó a pedalear con cuidado, luego
empezó a acelerar alrededor de la cama. Cuando alcanzó velocidad de
competencia el niño grito: “Bravo Gino, Bravo”.
Bartali se recuperó y fue capaz de correr la San Remo-Milano, haberla
completado fue un gran logro para el tipo de accidente que tuvo en su
rodilla. En ese 1953 Coppi llegó al tope de su carrera al ganar el
Campeonato Mundial de Ciclismo en Lugano. Bartali estuvo presente en
la premiación y lo felicitó. “En el próximo mundial vamos a ver si me
puedes ganar”.
Fausto Coppi nació el 15 de septiembre de 1919 en Castellania.
Provincia de Alesandria. Tuvo su primera bicicleta a los 8 años, con
ella trabajaba de repartidor en una tienda de comestibles de la vecina
población Novi Ligure.
En el ocaso de su carrera cuando casi nadie creía en Coppi, Bartali,
quién fungía como técnico del equipo Pellegrini, llamó a Coppi para
que corriera para él. En la rueda de prensa para presentarlo como el
nuevo integrante de Pellegrini, Bartali le dijo a los reporteros que
preguntaran lo que quisieran y uno de ellos interrogó sobre un aspecto
delicado de la vida personal de Coppi. Bartali se levantó y señaló la
puerta. “Señores pueden retirarse. Hasta aquí llegó la rueda de
prensa”.
La película para televisión “L’intramontabile” (2006) dirigida por
Alberto Negrin y protagonizada por Pierfrancesco Favino (Bartali) y
Simone Gandolfo (Coppi), resultó de alguna manera ver a papá hojear la
revista Sport Gráfico y decir. “Esto del deporte es mucho más que
condiciones físicas y adrenalina. Tiene que ver con el carácter y la
calidad humana de la persona. De eso, Bartali y Coppi tenían mucho”.
Bartali ganó 2 Tour de Francia (1938, 1948), 3 Giros de Italia (
1936, 1937, 1946), 4 Milano-SanRemo (1939, 1940, 1947, 1950), 3 Giros
de Lombardía (1936, 1939, 1940), 2 Giros de Suiza (1946, 1947), 4
campeonatos (ruta) de Italia (1935, 1937, 1940, 1952), 5 Giros de
Toscana (1939, 1940, 1948, 1950, 1953), 3 Giros de Piemonte (1937,
1939, 1951).
Coppi ganó 2 Tour de Francia (1949, 1952), 5 Giros de Italia (1940,
1947, 1949, 1952, 1953), 3 Milano-San Remo (1946, 1948, 1949), 5 Giros
de Lombardía (1946, 1947, 1948, 1949, 1954), 4 campeonatos (ruta) de
Italia (1942,1947, 1949, 1955), 1 Giro de Toscana (1941). 1 Campeonato
Mundial de Ruta. Lugano (1953) Coppi falleció en 1959 luego de
contraer la malaria en un viaje a Alto Volta (actual Burkina Faso)
donde hizo ciclismo y participó en una cacería. La enfermedad no fue
tratada a tiempo.
Bartali dejó de existir en 2000, en su casa de Florencia de un ataque
al corazón. En esos días había dicho. “El último traje no tiene
bolsillos”.
Alfonso L. Tusa C.
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