La primera “Pelea del Siglo” de la cual tuve conocimiento ocurrió el 08 de marzo de 1971. La iban a transmitir por el canal cuatro (Venevisión), esa señal entraba con muchas interferencias en la casa. “No importa. Algo haremos. Esta noche me vengo temprano del dominó”, nos había dicho Papá en la cena.
Muhammad Ali (Cassius Clay) venía de un receso carcelario de 3 años por negarse a ir a la guerra de Vietnam. A su regreso había derrotado a Jerry Quarry y a Ringo Bonavena. Pero algo decía que distaba de estar al tope de sus condiciones. Joe Frazier era el Campeón Mundial y aquella noche expondría su título en el Madison Square Garden.
Papá llegó como a las nueve y media de la noche. Primero Felipe movió la antena y las voces de Carlos González y Delio Amado León inundaron el comedor. Luego Jesús Mario se subió al techo y estiró algunos tubos de la antena, así mejoró la imagen pero permanecía un ruido de interferencia.
Antes o después de la pelea Frazier vino a Venezuela con un grupo musical llamado “Los Noqueadores” o algo por el estilo. Se presentaron en un espacio musical que tenía Amador Bendayán en RCTV: “Sábado Espectacular”.
Cuando se hicieron las 11 de la noche y la pelea aun estaba por comenzar papá se paró a un lado de la jardinera. “Tan buena que estaba la partida de dominó. Hubiéramos podido jugar otra. Pero cuando María La Catira dijo que iba a empezar la pelea hasta Andrés agarró sus billetes de lotería y salió volando en la bicicleta”.
Alrededor de las doce sonó el primer campanazo. Cada jab de Ali recibía un uppercut de Frazier. Las voces de los narradores iban in crescendo. Delio Amado matizaba los amagos y estrategias. Carlitos González intervenía cuando los intercambios estremecían los rostros de los púgiles.
En cada round Felipe iba a ajustar el sonido y Jesús Mario subía al techo para afinar la imagen. Parecía que las escaramuzas de cada round alteraban hasta la nitidez de la transmisión.
A medida que avanzaba el combate los intercambios de impactos se multiplicaron. Hubo un momento que lo único que se escuchaba eran las voces de los narradores y los grillos de Cumanacoa.
En el décimoquinto round la porfía llegó a su climax. Cuando todo hacía pensar que sería una decisión muy exigente para los árbitros. Todos brincamos de las sillas. En el último minuto Frazier combino sus puños y Alí cayó. A los tres segundos se levantó. Sonó el campanazo final. El triunfo fue para Frazier. Ambos boxeadores pasaron la noche en el hospital.
El célere autor Norman Mailer escribió sobre la caída de Ali: "Fue entonces como si el espíritu del Harlem y los fantasmas de los muertos de Vietnam vinieran en su ayuda, manteniéndolo en pie frente al desorbitado Frazier. Había demostrado así, lo que tantos intuíamos en secreto: que es un hombre capaz de soportar la tortura moral y física y seguir en pie".
Alfonso L. Tusa C.
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