lunes, 22 de agosto de 2011

La gesta de Alfredo Marcano



El ambiente previo a la pelea por el título lígero junior de la Asociación Mundial de Boxeo entre el campeón Hiroshi Kobayashi y el retador Alfredo Marcano, empezó a calentarse cuando empezaron a llegar elogios a través de la prensa. El ex campeón mundial mosca japonés Yoshio Shirai, para 1971 uno de los comentaristas de boxeo más destacados de aquel país declaró: “Kobayashi se enfrentará a muchas dificultades cuando defienda su título esta vez, a menos que disponga de todo su poder para esta pelea.
Luego de observar los entrenamientos del púgil cumanés, Shirai comentó: “Los ganchos de Marcano serán una amenaza para el campeón”.
Marcano llegó a Japón el lunes 19 de julio y declaró que no se sentía en su mejor forma debido al viaje. Sin embargo cuando Shirai lo vio el 23 de julio notó que se encontraba en óptimas condiciones. Para ese momento Marcano ocupaba el quinto lugar en el ranking de la división.
Un intercambio pugilístico entre Sucre y Nueva Esparta marcó el inicio de Marcano como boxeador aficionado. En aquellos días de 1961 Alfredo alternaba los estudios con labores de limpiabotas en los alrededores del Teatro Humboldt. De allí se iba a ver los entrenamientos de Pedro Gómez y José Luis Vallejo en el Gimnasio Cabrujas. Empezó a practicar y lo seleccionaron para el intercambio. Fue catalogado como el mejor peso mosca al vencer en la final a Esteban Marcano. Estuvo un tiempo alejado del cuadrilátero. Cuando regresó lo llevaron a Caracas junto a otro gran boxeador: Cruz Marcano. Participaron en una eliminatoria para asistir al torneo “Guantes de Oro” de Puerto Rico. Ambos sortearon la primera eliminatoria. Para la siguiente Marcano debía enfrentar a Pedro Gómez. “Pedro dijo que no pelearía conmigo, que prefería saltar al profesional. Esa pelea no se dio porque entre nosotros había una gran amistad”. Gómez se hizo profesional y Marcano viajó al “Guantes de Oro” donde fue subcampeón.
La afición y los periodistas estaban escépticos de lo que pudiese hacer Marcano ante Kobayashi. Durante el último año el púgil cumanés había experimentado muchos altibajos, de allí la incertidumbre. Marcano había librado tremendos combates ante Bernardo Caraballo o Miguel Herrera en el Nuevo Circo y solo dos meses después desconcertó al abandonar la pelea luego de recibir un impacto del mexicano Fernando Sotelo en el tercer round. Alegó que tenía un cólico. También cayó lastimosamente en mayo de aquel año ante el panameño Ernesto “Ñato” Marcel. Esto ocurre luego de reaparecer en grande con nocauts ante el mexicano Memo Morales en el tercer round y ante el japonés Nobuo Chiba en el sexto. Ante Marcel perdió por decisión unánime. Quizás este decepcionante resultado fue lo que ocasionó la oportunidad que tenía de pelear por el título ante Kobayashi.
Marcano decide saltar al boxeo profesional en 1966 con la idea de comprarle una casa a su madre. El 01 de marzo debuta ante el tambien venezolano Pedro Chirinos y lo vence por decisión en 4 asaltos. Formaba filas con la empresa Gondell, dirigida por los periodistas Carlos González y Delio Amado León. Su primera pelea importante ocurrió el 19 de julio de 1968, entonces noqueó al mexicano Raimundo Vera en 2 asaltos y dejó su marca en 17 triunfos, 3 empates y 2 derrotas. Lo más llamativo eran los 8 nocauts en sus últimos 9 refriegas.
El 15 de agosto de 1969 se enfrentó a Cruz Marcano en “La pelea del año”. Durante los primeros 5 rounds Alfredo dio una lección de esgrima y buenos desplazamientos. Pero se dedicó a correr del sexto al décimo tramo. En principio Alfredo fue declarado ganador, pero minutos después los jueces rectificaron y dieron tablas.
La pelea por el campeonato ligero jr., comenzó alrededor de las 6 de la mañana (hora venezolana). Aquel 29 de julio Marcano salió a fajarse con Kobayashi. Al entrar al noveno asalto el nipón aventajaba en las tarjetas, aún cuando la refriega había presentado muchas alternativas, entonces el retador recibió un impacto que lo paralizó por lo cual el árbitro efectuó un conteo de protección. Marcano recuerda con lujo de detalles. “Estaba demasiado cansado porque hacía mucho calor. La temperatura era de 42 grados y nos estábamos deshidratando. Cuando me hicieron el conteo me fui caminando y me recosté de las cuerdas. El maestro Heli Montes me hacía señas para que me quedara en la esquina. Cuando la cuenta llegó a ocho, continué la pelea. El japonés me lanzó un recto de derecha, yo lo cambié por un upper de derecha y lo tumbé. Allí sonó la campana. Ya en mi esquina, el maestro Montes me atendió muy bien y tomé otro aire. Para el décimo salí a gastar el último carburo que me quedaba, la última pólvora. Lo tiré a la lona otra vez y se puso de pie. Se volvió a caer y se volvió a levantar. Por más que le daba, se caía y se levantaba. Yo tenía que dar lo último que me quedaba porque estaba agotado. Lo había tirado tres veces y todavía se levantaba. El hombre estaba cansadísimo pero aún se mantenía en el ensogado en posición de combate. Kobayashi salió a pelear otra vez, le di un golpe fuerte y cayó arrodillado. Me quedé parado frente a él y me dije a mí mismo, en forma de broma, que si volvía a pararse le iba a dar una patada. Parecía imposible que resistiera tanto”.
El profesor Heli Montes tambien tiene sus impresiones al respecto: “Alfredo era un elemento que pegaba bien a la zona media, lo que demostró en la pelea por el campeonato mundial con Kobayashi. El estaba casi perdido.Había una temperatura que según los japoneses, nos iba a perjudicar a nosotros, pero los perjudicados fueron ellos, porque nos pusieron una lámpara a casi un metro de la cabeza de los boxeadores y eso generaba un calorón, pero los japoneses no sabían que Alfredo era de un sitio donde hace mucho más calor como es Cumaná, y eso en parte no nos afectó tanto como al japonés. Cuando los dos estaban deshidratados, entonces Alfredo aplicó la táctica de la pegada abajo. En el round en que se decidió la pelea, ambos estaban desgastados, pero más lo estaba el japonés. Alfredo estaba tan agobiado que no quería continuar. Entonces apliqué una de las tácticas que yo tenía en el boxeo, y le di una cachetada para que se enfureciera y cuando se enfureció le dije: ‘Pégale a ése que viene allá, es a él a quien tienes que pegarle’”.

Alfonso L. Tusa C.

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