martes, 7 de enero de 2014

Nelson Ned y las apariencias

El rumor del televisor soplaba sobre los jardines. El reflejo del atardecer rebotaba en el paredón de ladrillos. La brisa decantaba varias hojas de chirimoya y azotaba la voz del abuelo. "Viste Flor. Las apariencias engañan. ¿Quien iba a creer que ese enanito cantaba así? Tuve que pegarme de la pantalla para comprobar que era él quién tenía ese vozarrón" Hasta hacía escasos minutos observé como se acercaba desde distintos ángulos al televisor. Se sobaba la nuca y chasqueaba la lengua. Algunas tardes antes, abuelo casi me quema con la mirada. El puñetazo del bateador envió una línea arqueada que reventó sobre el papel.La mano firme apretaba la superficie de goma. Sus labios apretados hicieron trastabillar mis zapatos de goma. Los jirones de papel desplegaban un rompecabezas que intenté armar en mi nerviosismo por arrancar la pelota de los dedos del abuelo. "Aún sigue detenido el cantante brasileño en las oficinas de la policia judicial...." Sólo después de prometer como diez veces que iríamos a jugar a otro lado, volví a sentir las rugosidades de la pelota de goma en la mano. Desde el interior de la casa llegaba un fraseo."Quién fue..quien no tuvo en la vida...un fracaso de amor...una desilusión..." La voz resonaba con tal intensidad que abuelo se volteaba. El mediodía siguiente me sorprendí corriendo sobre un mar de hojas secas de apamate en las aceras del centro de la calle Las Flores. Los zapatos flotaban y se hundían en el tropel y aquella trayectoria se hacía más gráfica porque silbaba una canción que ponían de fondo cuando seguían ilustrando la noticia de aquel señor que seguía detenido en la policía. "Déjenme si estoy llorando..ni un consejo estoy buscando...quiero estar solo con mi dolor...Si me ves que a solas voy llorando...es que estoy de pronto recordando...a un amor que aun no consigo olvidar..." Abuelo se frotó las manos y apuró un sorbo de guarapo de piña con papelón. Respiró profundo. Sacó el pedazo de periódico roto. Allí estaba la fotografía de un ladrón al lado de la del cantante brasileño Nelson Ned. Lo habían confundido al llegar a Maiquetía y estuvo detenido varios días. Señaló el periódico y volvió a decir que las apariencias engañan. Ayer cuando supe del fallecimiento de Nelson Ned, lo primero que resaltó en mi recuerdo fue una de aquellas caminatas vertiginosas que hacía desde casa de mis padres en la calle La Florida, hasta la librería de Pedro Luis Marcano. Ese día iba cantando "Happy birthday to you my love...yo no sé donde andarás. Que Dios te bendiga ahora. Sabrá Dios hoy donde estás.." Una muchacha caminaba adelante y volteó la cara sonreída Alfonso L. Tusa C.

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