lunes, 27 de noviembre de 2017
Al árbitro le gustaría que vieran el juego, no a ella.
Bibiana Steinhaus, la primera mujer en arbitrar un juego de futbol en una liga europea de primera categoría, reconoce su estado de pionera pero no le agrada.
Andrew Keh. The New York Times. 04-11- 2017.
HANOVER, Alemania — La mayoría de los árbitros preferiría pasar la tarde en la silla odontológica que ver su nombre en los encabezados de un periódico. En su mundo, el anonimato implica que se hizo bien el trabajo.
Así que hay que disculpar la mirada esquiva de Bibiana Steinhaus cuando piensa en las distintas veces que se ha visto involucrada en el ciclo de noticias futbolísticas. Está el juego masculino que ella ofició hace siete años cuando un jugador tocó accidentalmente sus senos. Está la vez en 2014 cuando Pep Guardiola, entonces técnico del Bayern Munich, puso su mano, en el hombro de ella, primero con disgusto, luego disculpándose, mientras ella trabajaba como cuarto árbitro. Está el juego de la copa alemana, cuando Frank Ribery se desató las trenzas de su zapato antes de un tiro libre.
Steinhaus, 38, dejó a un lado esos momentos cuando ocurrieron, pero para su desmayo, cada incidente fue grabado en un video, y cada uno es exhibido fuera de proporción.
“Me reviento el lomo trabajando 20 años”, dijo Steinhaus con una sonrisa cortante, “¿y soy famosa por eso?”
Eso, y ahora, mucho más. Una tarde esta semana, Steinhaus, cuya carrera ha incluido oficiar las finales de cada competición mundial de futbol femenino de mayores, resumió los vigorosos meses pasados de su vida. En septiembre, alcanzó un nuevo tope profesional, arbitrar su primer juego en la Bundesliga, el máximo nivel del futbol alemán. Al hacer eso, se convirtió en la primera mujer que arbitra un juego en una de las principales ligas de Europa.
Al tratar los vestigios de un resfriado con sorbos de te de menta caliente, ella osciló entre el profesionalismo (“Hago el mismo trabajo que todos mis colegas”) y la excitación por el logro (“¡Esta es la Bundesliga! ¡Esto es maravilloso!”), todo mientras reconocía el estado multidimensional de ser la pionera en un campo dominado por los hombres.
“No celebro eso”, dijo ella de un estado que aun se siente algo incómodo. “Lidio con eso”.
Aún así, ese primer juego en la Bundesliga, el 10 de septiembre, frente a una multitud de 49.118 personas en Berlin, le dio a Steinhaus una visión diferente de la magnitud de la fama. Hertha B:S.C., el anfitrión, ofreció boletos a mitad de precio “Bibiana tickets” a las aficionadas, y Reinhard Grindel, el presidente de la federación alemana de futbol, presenció el juego desde la tribuna.
Para Steinhaus, la hija de un árbitro aficionado la cual tomó su primer curso de arbitraje a los 15 años de edad, la promoción a la Bundesliga fue la realización de un sueño de toda la vida. Pero fue en el bombardeo de mensajes que recibió antes, durante y después del juego que ella empezó a entender hasta que punto otras personas estaban involucradas en su logro”. “Estás abriendo las puertas para todas nosotras”, le escribió una amiga árbitro.
Su promoción resaltó en un reciente período de progreso para las mujeres en su profesión. En 2016, la FIFA fusionó por primera vez los cursos de entrenamiento para hombres y mujeres. Y en el verano, siete mujeres, incluyendo a Carol Anne Chenard, fueron seleccionadas para trabajar en juegos de la Copa Mundial sub-17 de India, y una, Esther Staubli de Suiza, actuó como árbitro principal en un juego de la fase de grupos.
Pero ninguno de esos pasos, dijo Chenard, se puede comparar con ver a su amiga de mucho tiempo arbitrar un juego en una de las mejores ligas del mundo.
“Eso de verdad puede llevar a las personas a pensar diferente”, dijo Chenard del ascenso profesional de Steinhaus. “Pienso que puede ser un mensaje importante de que las cosas van a cambiar, y eso no tendrá que ser una historia resaltante de las noticias la próxima vez que ocurra”.
Ser definida por su profesión antes que por su género sigue siendo un trabajo en progreso. Steinhaus, por ejemplo se sonríe, por ejemplo, cuando se señala que a pesar de su prominencia en el juego sigue siendo referida como la “Novia de Howard Webb”, por ciertos medios noticiosos y aficionados al futbol. Ella ha mantenido una relación con Webb, un árbitro inglés retirado, por varios años, y viaja a Nueva York para visitarlo cada cierto tiempo, él vive allí y trabaja para Major League Soccer.
“¿Ese es mi estado? ¿De verdad?” dijo Steinhaus. “Por supuesto que estoy orgullosa de ser esa chica. Pero nadie dice, ‘Ese es el novio de Bibiana Steinhaus’”.
Steinhaus tenía 15 años de edad cuando dio sus primeros pasos para formarse como árbitro, y en cino años fue certificada para oficiar por la federación alemana de futbol. Se encontró con un trabajo complejo: Cada juego representaba un mundo de 90 minutos dentro de un mundo donde tenía la tarea de interpretar reglas y tomar decisiones sobre 22 siques únicas y delicadas.
Pero era buena en eso: A medida que su carrera avanzó, fue designada para arbitrar en torneos femeninos de mayores y una cantidad de grandes juegos, incluyendo la final femenina de los Juegos Olímpicos de 2012, y la final de la última liga de campeones femenina. Desde 2007, ha estado arbitrando juegos masculinos en la segunda división alemana.
Al ascender en la clasificación, Steinhaus cultivaba en simultaneo una carrera como oficial de policía. En la actualidad, aún trabaja 25 horas semanales para el departamento de policía regional, aunque su agenda y celebridad creciente la han confinado a un escritorio en los últimos dos años.
“Es difícil ser policía en la calle cuando las personas solo quieren hablar de futbol”, dijo ella.
En el terreno de juego, Steinhaus generalmente deja a un lado el efecto que el género tiene en su trabajo. Cuando le preguntan si piensa que los incidentes con Guardiola y Ribery hubiesen ocurrido si ella fuese hombre, ella dijo, “Tal vez, tal vez no”. Pero ella no ha rehuido ese tema.
En 2015, por ejemplo, durante un juego de segunda división en Alemania, Steinhaus le mostró una segunda tarjeta amarilla a Kerem Demirbay, un centrocampista del Fortuna Dusseldorf. Mientras salía del terreno, Demirbay se devolvió hacia Steinhaus y dijo, “Las mujeres no tienen lugar en el futbol masculino”.
Steinhaus había oído del abuso en los estadios numerosas veces, su madre, Renate, no ha asistido a ninguno de sus juegos desde que oyó una infinita andanada de profanidades y comentarios sexistas dirigidos a su hija en un juego de tercera división hace varios años, pero esa fue la primera vez que eran dirigidos a ella explícitamente en el terreno.
“Me dije: ¿Debo ignorar eso? Esto es el colmo”, dijo Steinhaus.
Ella incluyó el incidente en su reporte del juego, y la liga suspendió a Demirbay por cinco juegos.
Aún así, el papel del pionero, un símbolo de cambio, es algo con lo que Steinhaus no se siente del todo cómoda.
“Para mí, no es una gran cosa”, dijo ella. “Pero debo lidiar con eso porque es algo importante para otras personas”.
Pero antes de aquel primer juego en la Bundesliga en Berlin, ella dijo que sintió un reto diferente. Se dijo que quería hacerlo bien para retribuir a la confianza de las personas quienes le dieron esa oportunidad. Y de pronto se sintió comprometida de que tenía que hacer su trabajo bien para beneficio de todas las mujeres del mundo que podrían venir detrás de ella.
“Porque si esto no funciona aquí, tal vez no habrá una persona en sus países quien les dé la oportunidad”, dijo ella.
Por supuesto, el juego, como los centenares que había oficiado antes, y un puñado más despues, ocurrió sin novedades. En pocas semanas, la magnitud del momento desapareció gradualmente, y sus asignaciones no fueron más eventos mediáticos.
Para su segundo juego en la Bundesliga, a mediados de octubre, la cobertura de su actuación se limitó a unos pocos párrafos en el periódico local. Justo de la manera que ella quería.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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