miércoles, 29 de noviembre de 2017

Sangre, Sudor, Esfuerzo y Lágrimas: Interpretar a Churchill en la Pantalla.

Julie Bloom. The New York Times. 03-11-2017. Batalló con distinción y mantuvo casi cada oficina principal en Bretaña. Comandó un país en medio e la guerra mundial y es acreditado por inventar la red de seguridad social. Ha sido llamado imperialista y belicista. Borracho y racista. Ganó el premio Nobel de Literatura, solo Shakespeare ha sido tan prolífico en su producción literaria, y realizó más de 500 pinturas a lo largo de su vida. Algunos aseguran, que él solo salvó la civilización. Winston Churchill fue un líder complejo y contradictorio a diferencia de cualquiera en la historia reciente. También representa uno de los papeles más buscados y exigentes para cualquier actor que se valore. “Podía pitchear. Podías batear. Podía corer”, dijo Gary Oldman en una entrevista reciente. “El propio todo-terreno”. Mr. Oldman, un león británico a su manera, interpreta a Churchill en “DarkestHour” (supuesta a estrenarse este 22 de noviembre). La película, dirigida por Joe Wright, describe los 28 días de 1940 cuando Churchill fue nombrado primer ministro y finalmente convenció a Bretaña de enfrentar a Hitler, cuando estaba en juego el destino del mundo. La película es el estudio de un personaje a menudo tenso, que expone los momentos de duda de Churchill y la resistencia que enfrentó del pueblo, su partido y su rey. Se han hecho innumerables películas acerca de Churchill, pero Mr. Wright se enfocó en este período particular porque revela la incertidumbre acerca de este hombre. “Estaba fascinado por el retrato de Churchill como ser humano”, dijo Mr. Wright. “Se ha convertido en tal tipo de ícono que o es intocable o es un demonio. No se puede bajar de su lugar y lanzarlo al foso sin mirarlo a los ojos”. La película también trata de entender a Churchill a través de su uso del lenguaje, con el sonido de las máquinas de escribir constantemente como música de fondo. “Esos son los discursos más simbólicos de la historia del idioma inglés y fueron escritos en 28 días, así que el tema es como surgieron esos discursos y como él llegó a expresar la voluntad y el sentimiento de la nación”, agregó Mr. Wright. En una de las escenas más agitadas, Churchill se dirige con vehemencia ante la cámara de los comunes, insistiendo en que los británicos necesitan enfrentar la amenaza nazi a cualquier costo: “Si fallamos, entonces todo el mundo, incluyendo los Estados Unidos, incluyendo todo lo que hemos conocido y cuidado, se hundirá en el abismo de una nueva era oscura más siniestra, y quizás más prolongada, a la luz de la ciencia pervertida. Por tanto hagamos nuestros deberes, y asegurémonos de que si el imperio británico y su comunidad dura mil años, los hombres aún dirán, “Esa fue su mejor hora”. Pronunciar esas palabras es un sueño para los actores, pero el papel también representa un riesgo enorme, dijo Mr. Oldman, donde fácilmente se puede caer en la caricatura. “A menudo él es retratado como viejo, gruñón, un quejumbroso. Lúgubre y gritón”, dijo Mr. Oldman, “Así es como lo he visto ser interpretado y pienso que eso contaminó mi idea de él”. Para llegar hasta el hombre detrás de esas bocanadas de cigarrillos, estereotipos, ayudado por el maquillaje, Mr. Oldman pasó cuatro meses investigando y preparándose para el papel, viendo películas, leyendo muchos de sus libros y los de sus biógrafos como Martin Gilbert y hasta de políticos como Boris Johnson. Visitó las casas de la familia Churchill, Chartwell y Blenheim Palace, y habló con personas que lo conocieron. Descubrí a un hombre quien no era tan gordo como todos pensamos que era en 1940 y quien en realidad tenía un paso atlético. Se movía en todas direcciones, tenía una especie de stop que se dirigía hacia adelante”, dijo Mr. Oldman. “Hay un brillo real en los ojos, y tiene humor. El Churchill que vi y descubrí tenía encanto”. Mr. Oldman también pasó un tiempo en los salones de guerra de Westminster donde fueron tomadas esas decisiones y se sentó en la silla del gran hombre. “En el brazo izquierdo de la silla estaban las marcas que había hecho Churchill con sus uñas•, recordó el actor. “Y en el brazo derecho había rayones del anillo que solía usar. Estuvo en esa silla a través de la guerra, así que se puede imaginar la tensión y ansiedad a las que estuvo sometido”. Lo que amuchas personas ahora se les dificulta notar, añadió él, es “que tan cerca estuvo del desastre” y que él era contrario a la guerra. “Sus palabras más poderosas y hermosas fueron acerca de los horrores de la guerra”. Con “Darkest Hour”, Mr Oldman se una a una larga fila de actores quienes han interpretado a Churchill, incluyendo a Albert Finney, Richard Burton y hasta una actuación satírica de Christian Slater. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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