martes, 14 de noviembre de 2017
Tristeza furtiva.
Al escuchar la voz quebrada de GianLuigi Buffon en la radio fue inevitable ver tu mirada ausente aquella tarde de junio de 1970, quizás el llanto de Buffon era más profundo que tus suspiros, la oncena italiana había quedado fuera del mundial de 2018.
Siempre me incliné por lo venezolano, aunque simpatizaba mucho con tu música, tus chocolates y tus spaghetti al pesto. En casa solo hablabas castellano, tenía que espiar tus conversaciones telefónicas con la nonna, o las tertulias con tus amigos para aprender las elocuencias del italiano y las tortuosidades del siciliano. Te sorprendías cada vez que te preguntaba algo de lo que hablabas en italiano con tus amigos. Puedo ver clarita tu sonrisa en aquel puesto de revistas de una estación de tren italiana, tuviste que comprarme el suplemento de tiras cómicas porque te dije en castellano lo que estaba escrito en italiano. No te podías explicar que yo supiera que el Toppolino era Mickey Mouse y Paverone era el Pato Donald.
Por eso sabía de las emociones lejanas de tu mirada, cada noche cuando regresabas de Cumaná, me colaba hasta tu oficina y revisaba Il Corriere Della Sera, si el Torino había ganado, eras el primero que se sentaba a cenar, si había perdido o empatado, te quedabas unos quince minutos dando teclazos espaciados en la máquina de escribir más vieja de la oficina.
Aquella tarde de junio respiraste profundo despues del gol de Carlos Alberto que sentenció el tricampeonato de Brasil. Llovía a cántaros y mis tíos maternos te gastaban bromas por la goleada. Le dijiste a mamá que nos íbamos a Cumanacoa. Al encender el Plymouth Century, el narrador en la radio decía que Gianni Rivera había entrado a jugar. “A buena hora lo va a meter a jugar”. Siempre criticaste a Ferruccio Valcareggi por no alinear juntos a Rivera y Sandro Mazzola. Esa tarde permaneciste como hasta las 7:30 pm en tu oficina. Cuando te pregunté por los spaghetti al pesto, dijiste que no tenías hambre.
El miércoles de aquella semana de junio, por más que lo disimulaste, vi cuando te serviste un vaso de vino blanco adicional, justo en ese momento habían anunciado en la radio que Rivera había marcado el gol de la victoria en la semifinal ante Alemania. Una hora después, sacaste varios dulces árabes de esos que llaman mabrume, y cuando yo aun saboreaba el pistacho almibarado, sacaste unos chocolates suizos que te había enviado la nonna.
Despues, en 1974, un domingo de playa, escuchaste en la radio como la Polonia de Lato y Szarmach eliminaba a la squadra azzurra en la primera ronda del mundial de Alemania. Fuiste a buscar el dominó al carro, veinte minutos después, te encontré recostado en el asiento, me dijiste que te habías quedado dormido.
Otra tarde de junio, esta de 1978, había participado en una jornada de pintar las paredes del liceo Luis Beltrán Sanabria. Al regresar a casa, mamá me dijo que tenías como media hora encerrado en la oficina. Cuando apreté la manija de la puerta, escuché tus lamentos: “¿Cómo esposible que Dino Zoff se vaya a dejar hacer dos goles desde fuera del área!” Holanda 2 – Italia 0. Por más que te dije que te habían hecho los huevos en salsa que tanto te gustaban y que no te había pellizcado tu pan campesino, dijiste que tenías trabajo que hacer.
Un mediodía de julio de 1982, me resigné a no ver el Brasil-Italia; una cadena presidencial inhabilitó la transmisión televisiva. Solo descubrí que había una emisora de radio transmitiendo el juego, casi en el descuento. Italia 3 – Brasil 2. Para ese momento ya no estabas en este mundo, pero te vi asumir el ritual de triturar los ajos, albahaca, piñones y tomates, mientras esperabas que los spaghetti estuvieran al dente, te serviste hasta tres vasos de vino blanco y sacaste un chocolate Toblerone del fondo de una gaveta.
No sé que hubieras hecho o dicho con esta eliminación de Italia del mundial de futbol. Lamento no haberte preguntado como habías asumido la descalificación de 1957. ¿Habrías dicho que te sentías mal y te retiraste a tu recámara? ¿O se te atragantaron las palabras como a Buffon cuando te preguntaron por la descalificación italiana?
Alfonso L. Tusa C. 14-11-2017.
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