miércoles, 5 de abril de 2017
Yevgeny Yevtushenko, El Poeta Quien Agitara una Generación de Soviets, fallece a los 83 años de edad.
Raymond H. Anderson. 01 de abril de 2017. The New York Times.
Yevgeny Yevtushenko, un poeta aclamado internacionalmente, con el carisma de un actor y el instinto de un político, cuyo verso desafiante inspiró a una generación de jóvenes rusos en su enfrentamiento con el estalinismo durante la guerra fría, falleció esta sábado 01 de abril en Tulsa, Okla., donde había estado cumpliendo labores docentes por muchos años.
Su muerte, en un hospital, fue confirmada por un amigo cercano, Mikhail Morgulis, con la agencia de noticias TASS, reportó Radio Europa Libre. Se dijo que él había sido ingresado cerca de la medianoche del viernes en “condición grave”, pero la causa de la muerte no fue especificada. Se indicó que su esposa, Maria Novikova, y sus dos hijos, Dmitri y Yevgeny, estaban con él cuando falleció.
Los poemas de protesta de Mr. Yevtushenko, a menudo declamados con gestos enfáticos a miles de admiradores emocionados en plazas públicas, estadios deportivos y salas de lectura, capturaron las emociones de los jóvenes rusos, esperanza, miedo, rabia y anticipación eufórica, mientras el país el país tenía dificultades para liberarse de la represión durante los años confusos y tensos posteriores a la muerte de José Stalin en 1953. En solo 1961, Mr. Yevtushenko hizo 250 lecturas de poesía.
Se convirtió, como los describiera un escritor, “en un león grisáceo de las letras rusas”, quien en sus años finales, enseñó, ofreció charlas en universidades estadounidenses, incluyendo la University of Tulsa, y se ganó la admiración de generaciones exitosas antes y después del colapso de la Unión Soviética.
Pero fue como un joven siberiano alto y atlético de espíritu poético y político que él estableció su nombre en la literatura del siglo 20. Él fue el más conocido de un pequeño grupo de poetas y escritores rebeldes que llevó esperanza a las jóvenes generaciones mediante una poesía que atacaba a los líderes totalitarios, los fanáticos ideológicos y los burócratas tímidos. Entre otros estaban Andrei Voznesensky, Robert Rozhdestvensky y Bella Akhmadulina, la primera esposa de Mr. Yevtushenko.
Mr. Yevtushenko trabajaba principalmente dentro del sistema, sin unirse a los rangos de los disidentes literarios. Al detenerse cerca de la línea entre el desafío y la resistencia, él disfrutó de una aprobación oficial que los disidentes más vehementes llegaron a resentir.
Mientras ellos eran enviados al exilio o a los campos de trabajo forzado, Mr. Yevtushenko recibía premios de estado, sus libros eran publicados regularmente, y le era permitido viajar al exterior, convirtiéndose en una superestrella literaria internacional.
Algunos críticos tenían dudas acerca de su sinceridad como opositor de la tiranía. Algunos lo llamaban el “favorecido”. Algunos enemigos sugerían que él fingía protestar mientras servía a la policía de seguridad del régimen o a las autoridades comunistas. El poeta exilado Joseph Brodsky dijo una vez de Mr. Yevtushenko, “Él lanza piedras solo en las direcciones sancionadas y aprobadas oficialmente”.
Los seguidores de Mr. Yevtushenko rechazaban tales ataques, señalando todo lo que hizo por oponerse al legado de Stalin, una animosidad impulsada por el hecho de que sus dos abuelos habían perecido en las purgas de Stalin en la década de 1930. Él fue expulsado de su universidad en 1956, por defender una novela vetada “Not By Bread Alone” (“No solo por Pan”) de Vladimir Dudintsev. Rechazó unirse a la campaña oficial contra Boris Pasternak, el autor de “Doctor Zhivago” y ganador del premio Nobel de literatura de 1958. Mr. Yevtushenko denunció la invasión de Checoslovaquia en 1968; intercedió ante el jefe de la KGB, Yuri V. Andropov, a favor de otro premio Nobel, Aleksandr Solzhenitsyn; y se opuso a la invasión soviética de Afganistán en 1979.
Mr. Yevtushenko escribió miles de poemas, incluyendo algunos cortos que él apuraba, admitía, solo para marcar la ocasión. Algunos críticos cuestionaron la calidad literaria de su trabajo. Algunos escritores resentían su brillantez, su laboriosidad, su éxito. Pero tanto sus rivales como sus amigos reconocían que algunos de sus poemas habían entrado a los anales de la literatura rusa como obras maestras de consciencia e internalidad.
Escritos y leídos a las multitudes en momentos críticos, los poemas de Yevtushenko como “Stalin’s Heirs” (“La Herencia de Stalin”) capturaron el espíritu de una nación en una encrucijada. En Rusia, a veces los escritores podían ser más influyentes que los políticos. Pero también podían ser rechazados severamente si ofendían, como hizo Pasternak con su novela “Doctor Zhivago” y Solzhenitsyn con “The Gulag Archipelago” (“El Archipiélago de Gulag”) y otros trabajos.
Combatir el antisemitismo
El antisemitismo permanecía en el Kremlin después de la muerte de Stalin. Por un lado, los oficiales nerviosos hacían esfuerzos por levantar un monumento en BabiYar, un barranco cercano a Kiev, Ucrania, donde miles de judíos fueron abaleados y enterrados en fosas comunes en 1941 por los alemanes invasores.
La razón que argüía el Kremlin para resistirse al monumento era que los alemanes habían abaleado a otras personas también, no solo judíos. Mr. Yevtushenko asumió el tema en 1961 mediante un verso que impresionó a muchos rusos y le ganó aclamación mundial. El poema “BabiYar”, compuesto luego de una visita al barranco, incluía estas líneas:
No hay monumentos en BabiYar
Pero el precipicio es como una lápida rústica
Eso me horroriza.
Hoy, soy tan viejo
Como los judíos.
Ahora me parece,
Que también soy judío.
En alusión a las masacres que aparecían por intervalos a través de los siglos, Mr. Yevtushenko continuó:
Me parece,
Que soy un muchacho en Byelostok.
La sangre fluye,
Se riega en el piso.
Los líderes de la horda de la taberna están furiosos
Huelen a vodka y cebolla.
Pateado a un lado por las botas, permanezco indefenso.
Le ruego en vano a los brutos.
Mientras las voces rugen:
“¡Maten a los judíos! ¡Salven a Rusia!”
En un pais dominado por el mito marxista, ostensiblemente libre de tolerancia, “BabiYar” tocó las fibras del liderazgo, y fue enmendado para satisfacer las objeciones oficiales. Aún así, el poema impactaba las audiencias. Cada vez que Mr. Yevtushenko recitaba el poema en eventos públicos, era recibido con un silencio impactante seguido de ovaciones de trueno. Él escribió una vez que había recibido 20.000 cartas aclamando a “BabiYar”. Dmitri Shostakovich compuso su Décimatercera Sinfonía inspirado en las líneas de ese y otros poemas de Yevtushenko.
Pero a Mr. Yevtushenko no le fue permitido hacer lecturas públicas del poema en Ucrania hasta la década de 1980.
“Stalin’s Heirs”, publicado en 1962, también agitó a los rusos, al aparecer en una época cuando temían que el estilo represivo estalinista pudiese regresar al país. Este poema solo fue publicado después de la intervención de Nikita Khrushchev, el líder semi-liberal del partido quien estaba entonces involucrado en un conflicto de poder con los conservadores, al presionar por la liberación cultural. Stalin había sido condenado el año anterior por haber sido un tirano. El poema apareció en Pravda, el periódico oficial del partido comunista, y causó sensación.
“Stalin’s Heirs” empieza con una descripción del cadáver de Stalin siendo trasladado en su urna fuera del mausoleo de la plaza roja para enterrarlo cerca del muro del Kremlin.
Apretando con rabia
Sus puños embalsamados,
Él miraba a través de una rendija,
Como si pretendiera estar muerto,
Quería recordárselo a todos
Quienes lo trasladaban.
Mr. Yevtushenko siguió:
Me vuelvo hacia nuestro gobierno con una solicitud:
Doblar,
Y triplicar la guardia de la tumba
Para que Stalin no se vuelva a levantar,
Y con Stalin el pasado.
Y más adelante el punto principal del poema:
Lo sacamos
Del mausoleo,
Pero ¿como sacamos a Stalin
De la herencia de Stalin?
Para el momento cuando llegaron los cambios democráticos al sistema comunista soviético a comienzos de la década de 1990, Mr. Yevtushenko había emergido en el sistema reformista para convertirse en miembro del parlamento y secretario del sindicato oficial de escritores soviéticos. En ese trayecto recibió altos honores, fue publicado en los mejores periódicos y fue enviado al extranjero como enviado de buena voluntad. También resistió el abuso, los celos, la frustración y la censura. Una vez bromeó con que los censores de Moscú eran sus mejores lectores, los más expertos en captar sus ideas y sentires.
Yevgeni Aleksandrovich Gangnus nació el 18 de julio de 1933, en Zima Junction, una estación maderera remota del ferrocarril trans-siberiano en la región de Irkutsk de Siberia, cerca del lago Baikal. Su padre, Aleksandr Rudolfovich Gangnus, era geólogo, igual que su madre, Zinaida Ermolaevna Evtushenko, quien se convirtió en cantante. Sus padres se divorciaron, y el muchacho tomo el apellido de su madre. Yevgeny pasó los primeros años de su infancia con su madre en Moscú. Cuando las tropas alemanas llegaron a Moscú a finales de 1941, la familia fue evacuada a Zima y se quedó allí hasta 1944.
Mientras crecía, Yevgeny acompañaba a su padre en expediciones geológicas a las regiones salvajes de Kazakhstan y las montañas Altai, donde su padre le recitaba poesía. El muchacho aprendió a valorar la naturaleza y la literatura.
También tenía inclinación por el deporte. A los 16 años de edad fue seleccionado para unirse a un equipo profesional. Pero el éxito literario repentino lo llevó a abandonar esa ambición. Pronto sus poemas empezaron a aparecer en periódicos, revistas populares y publicaciones mensuales literarias. Las autoridades elogiaron sus primeros poemas, a los cuales él después llamó “trabajo complaciente”, y fue admitido en el elitesco Gorky Literary Institute y en el sindicato de escritores soviéticos.
Pero después de la muerte de Stalin, Mr. Yevtushenko casi fue atropellado a muerte en una estampida del funeral en Moscú, su trabajo tomó una dirección contraria al Realismo Soviético, el estilo artístico establecido por el oficialismo, por lo cual reflejaba un nuevo pensamiento acerca de la responsabilidad individual y el estado.
Los temas de la represión del estado y el miedo habían sido recurrentes en su trabajo a través de los años, pero también empezó a introducir asuntos personales en su trabajo, como lo hizo con su largo poema “Zima Junction”, acerca del retorno a su pueblo natal en 1953. Publicado en 1956, este fue seguido por más volúmenes de poesía que rechazaba conformarse con las formas aprobadas de expresión. Después de alabar “Not by Bread Alone”, la caustica novela de Dudintsev de 1956, acerca de la vida soviética, Mr. Yevtushenko fue expulsado del instituto literario.
Pero hacia finales de la década de 1950, él había publicado siete volúmenes de poesía y le permitieron leer su trabajo en el extranjero. En los próximos años se hizo familiar en los círculos literarios de Europa oriental y occidental, Estados Unidos, Cuba, Africa oriental y Australia. De hecho, se empezó a desarrollar un culto virtual en torno a él después que la revista Time publicó su retrato, de “hombre joven enojado”, en su portada de abril de 1962 e imprimió un articulo laudatorio acerca de él como líder espiritual de una Rusia cambiante y liberadora.
Por su parte, Mr Yevtushenko reiteró que los escritores estadounidenses habían sido importantes en su desarrollo literario.
Más adelante ese año, él intercambió palabras con Khrushchev en una exhibición de arte contemporáneo en Moscú. Mr. Khrushchev, quien tenía gustos simples y enfrentaba serios retos políticos, entró en cólera contra el abstraccionismo e hizo amenazas de coerción. Medidas neoestalinistas contra el arte moderno, la literatura y la música siguieron a la confrontación.
Mr. Yevtushenko mantuvo un seguimiento leal, al escribir casi de todo lo importante en casa y afuera. Rindió tributo al senador Robert F. Kennedy y al reverendo Dr. Martin Luther King Jr., después que fueran asesinados. Homenajeó a Allison Krause, uno de los estudiantes muerto a tiros en Kent State University durante una protesta contra la guerra de Vietnam. Desaprobó a John Steinbeck por no protestar la guerra de Vietnam. En el poema “Tanques Rusos en Praga”, criticó la invasión del bloque soviético a Checoslovaquia en 1968. (El poema circuló de mano en mano, no fue publicado hasta 1990).
A mediados de la década de 1980, Mr. Yevtushenko defendió la campaña del glasnot por la “apertura” promovida por el líder soviético Mikhail Gorbachev. En un discurso ante el sindicato de escritores, Mr. Yevtushenko atacó los privilegios, la censura y la distorsión de la historia. Fue miembro del primer Soviet Supremo electo libremente, el parlamento vigente del país.
Él desafió públicamente los intentos conspirativos de la línea dura conservadora para tomar el poder en 1991. El intento de golpe, que depuso temporalmente a Mr. Gorvachev, envió una onda de choque a través de Rusia y el mundo. Mr. Yevtushenko recibió después una medalla como “Defensor de Rusia Libre”. El conflicto se convirtió en inspiración para una novela, “Don’t Die Before You’re Dead”. (“No Mueras Antes de Estar Muerto”).
Dolor y Felicidad
Mr. Yevtushenko no escribía solo de asuntos políticos y sociales. Compuso versos de amor, naturaleza, arte, viajes y los distintos dolores y felicidades de la vida. En 1956, por ejemplo, mientras estaba casado con Bella Akhmadulina, escribió “My Beloved Will Come”. (“Mi Amada Vendrá)
Mi amada vendrá
Y me tomará en sus brazos.
Notará los cambios
Y entenderá mis miedos.
A través de la caida negra, del brillo nocturno,
Al olvidar con rapidez cerrar la puerta del taxi,
Ella correrá hacia el escalón decrépito
Llena de alegría y deseo
Entrará empapada
Sin tocar.
Tomará mi cabeza en sus manos,
Y su abrigo de piel azul resbalará
Felizmente desde el asiento hasta el piso.
Mr. Yevtushenko tuvo cuatro matrimonios. Se casó con Galina Semenova despues que él y Bella Akhmadulina se divorciaron. Su tercera esposa, Jan Butler, tradujo al inglés la poesía de él. Su viuda, Ms. Novikova, con quien se casó en 1986, ha enseñado ruso en una escuela preparatoria cercana a la University of Tulsa. Además de sus hijos Alexander y Dmitry, él tuvo otros tres hijos, Yevgeny, Pyotr y Anton. La lista completa de sobrevivientes no estuvo disponible de inmediato.
Mr. Yevtushenko mantuvo hogares en Rusia y Estados Unidos y enseñó en la University of Tulsa, la City University of New York y la New York University (donde un estudiante lo recordó vestido con trajes plateados “caminando hacia adelante y hacia atrás en el frente del salón de lectura” mientras leía sus poemas en “ruso en voz alta”). Viajó ampliamente, leyendo su poesía, dictando charlas, enseñando y dando discursos que desbordaban multitudes en las universidades.
A través de todo eso, Mr. Yevtushenko se reconocía como un patriota. En “Don’t Die Before You’re Dead”, él resumió sus sentimientos ambivalentes de triunfo, nostalgia y remordimiento como sobreviviente del difunto sistema soviético. En un poema de la página final, “Goodbye, Our Red Flag,” (“Adiós, a Nuestra Bandera Roja”), él escribió:
No tomé el Palacio de Invierno de los zares
No ataqué el imperio de Hitler
No soy lo que se llama un comunista
Pero acaricio la Bandera Roja
Y lloro.
La poesía lo hizo famoso, pero Mr. Yevtushenko prefería describirse en sus últimos años como “poeta, escritor y cineasta”. Publicó docenas de volúmenes de poesía, traducidas a docenas de lenguajes. Actuó o apareció como si mismo en varias películas, dirigió otras dos, escribió ensayos, compiló tres volúmenes de sus fotografías y escribió dos novelas.
Prefería Oklahoma antes que Nueva York. “En algunas ciudades de provincia se puede encontrar la verdadera alma de un país”, le dijo a The New York Times en 2003. “Me gusta la locura de Nueva York, pero Nueva York no es en verdad Estados Unidos. Es toda la humanidad en una gota. Tulsa es muy estadounidense”. Llamaba a Tulsa “el ombligo de la cultura mundial”.
Allí el disfrutaba viendo a las jóvenes generaciones crecer por su cuenta. “Alguien está cerca”, decía él a una clase en tonos dramáticos. “Lo siento. Alguien siempre tiene que ser el líder de una generación. Alguien tiene que nacer. ¿Por qué no puede ser uno de ustedes?”
Él había mostrado el mismo fervor una década antes, en julio de 1993, cuando la sala de conciertos del Rossiya Hotel de Moscú fue el lugar de la celebración de su cumpleaños 60 y por extensión un testimonial de los desafiantes poetas y escritores de la década de 1960 quienes atravesaron el puño férreo del estalinismo.
“Hoy usted, uno de los iniciadores del movimiento de los sesenta, cumple 60”, escribió el Presidente Boris N. Yeltsin en una carta de felicitaciones a Mr. Yevtushenko. “Su talento innato y multifacético surgió brillantemente en los ahora distantes años del ‘deshielo’. La conciencia cívica de los poetas jóvenes jugó entonces un gran papel en la liberación espiritual y el despertar de las personas de Rusia”.
Una mujer de cabello gris asintió, al decirle a un reportero: “Él fue un símbolo para nosotros entonces. Despues fue atacado por no ser exiliado o enviado a los campos de concentración, por hacer una carrera de protesta. Pero no muchos de nosotros tuvo el coraje de pararse ante el régimen, como lo hizo él. No se le puede culpar porque sobrevivió”.
Mr. Yevtushenko, aún complaciente de las multitudes, vestido con un traje marrón, cerró la noche leyendo un poema llamado “Sixties Generation” (“Generación de los Sesenta”):
“Fuimos una locura para algunos, a otros los ofendimos con nuestra fama. Pero los liberamos, a ustedes insultantes envidiosos. Dejémoslos cuchichear que somos mediocres, hipócritas, sobreseguros. Eso no hace la diferencia. ¡Somos legendarios, detestables, pero inmortales!”
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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