martes, 23 de febrero de 2016

Harper Lee, autora de ‘To Kill a Mockingbird’ (‘Matar un Ruiseñor’), fallece a los 89 años de edad.

William Grimes. 19 de febrero de 2016. The New York Times. Harper Lee, cuya primera novela, “To Kill a Mockingbird”, acerca de la injusticia racial en un pueblo pequeño de Alabama, vendió más de 40 millones de copias y se convirtió en uno de los trabajos de ficción más apreciados y referidos que haya escrito un estadounidense, falleció este viernes en Monroeville, Ala., donde vivía. Hank Conner, un sobrino de Ms. Lee, dijo que ella murió mientras dormía en el Meadows, una facilidad de cuidados diarios para personas de edad avanzada. El éxito instantáneo de “To Kill a Mockingbird”, la cual fue publicada en 1960 y ganó el premio Pulitzer de ficción el año siguiente, convirtió a Ms. Lee en una celebridad literaria, un papel que ella encontró opresivo y nunca aceptó. “Nunca esperé ningún tipo de éxito con ‘Mockingbird’,” dijo Ms. Lee en una entrevista radial de 1964. “Yo esperaba un rápido y piadoso desvanecimiento en las manos de la crítica, pero, a la vez esperaba que le gustase a alguien lo suficiente para darme algo de ánimo”. El enorme éxito de la versión cinematográfica de la novela, estrenada en 1962 con Gregory Peck en el papel protagónico de Atticus Finch, un abogado de un pequeño pueblo sureño quien defiende a un hombre negro injustamente acusado por violar a una mujer blanca, solo aumentó la fama de Ms. Lee y alimentó expectativas por su próxima novela. Pero la segunda novela tardó más de medio siglo, y Ms Lee se ganó la reputación de una Garbo literaria, una reclusa cuyas apariciones públicas para recibir un premio un un grado honorífico contaban como noticia importante simplemente por su rareza. En tales ocasiones ella no hablaba, apenas articulaba un breve agradecimiento. Entonces, en febrero de 2015, mucho después que el público lector se había resignado a ver algo más de Ms. Lee, su editor, Harper, una casa impresora de HarperCollins, lanzó una bomba. Anunciaba planes para publicar un manuscrito, que se creyó perdido por mucho tiempo y ahora había aparecido en circunstancias misteriosas, que Ms. Lee había sometido a sus editores en 1957 bajo el título de “Go Set a Watchman”. La abogada de Ms. Lee, Tonja B. Carter, lo había encontrado, anexo a una versión tipeada de “To Kill a Mockingbird”, mientras revisaba los papeles de Ms. Lee, explicaron los editores. Este contaba la historia de Atticus y su hija, Jean Louise Finch, conocida como Scout, 20 años después, cuando Scout es una mujer joven quien vive en Nueva York. Incluía varias escenas donde Atticus expresa ideas conservadoras en las relaciones raciales a diferencia de su posición liberal en la primera novela. El libro fue publicado en julio con un tiraje inicial de 2 millones de ejemplares y, con enormes ventas en avance, inmediatamente saltó al tope de las listas de los mejores vendedores de ficción, a pesar de críticas moderadamente tibias. “To Kill a Mockingbird” fue en realidad dos libros en uno: un dulce, a menudo humorista retrato de la vida de un pueblo pequeño en los años ’30, y un cuento sobrio de las relaciones raciales en el sur profundo durante la época de Jim Crow. Al recordar su niñez como rebelde precoz, Scout, la narradora, evoca los veranos asfixiantes y placeres simples de un pueblo pequeño de Alabama. En una época cuando la ficción sureña se inclinaba hacia lo gótico, Ms. Lee, con un ojo mordaz y un oído afilado para el diálogo, presentó “los aspectos más sonrientes” de la vida sureña, para tomar prestada una frase de William Dean Howells. A la vez, su cuento de moralidad de un honesto abogado sureño quien enfrenta el racismo, le toca la fgibra a los estadounidenses, muchos de los cuales empezaban a percatarse del movimiento de los derechos civiles por primera vez. La novela tuvo sus críticas. “Es interesante que todos los tipos qu están comprando eso no saben que leen un libro de niños”, escribió Flannery O’Connor en una carta a un amigo poco después de la aprición de la novela. Algunos críticos se quejaron de que las percepciones atribuídas a Scout era muy complejas para una niña que apenas empezaba la escuela primaria, y despreciaba a Atticus como una especie de juez sureño, dispensando aburrimiento moral. El libro se remontó millas por encima de tales críticas. Hacia finales de los años ’70 “To Kill a Mockingbird” había vendido casi 10 millones de copias y en 1988 el National Council of Teachers of English reportó que este se había leído en 74 porciento de las escuelas secundarias de la nación. Una década más tarde Library Journal la declaró la mejor novela del siglo 20. Nelle Harper Lee nació el 28 de abril de 1926, en el pequeño pueblo de Monroeville, al sur de Alabama, la menor de cuatro hijos. “Nelle”era la pronunciacioón al revés del primer nombre de su abuela materna, y Ms. Lee lo reveló cuando “To Kill a Mockingbird” se publicó, temikendo que los lectores la llamaran Nellie, lo cual ella odiaba. Su padre, Amasa Coleman Lee, era un prominente abogado y el modelo de Atticus Finch, quién compartía su aguda dicción y el sentido del deber cívico. Su madre, Frances Finch Lee, también conocida como Miss Fanny, tenía sobrepeso y era emocionalmente frágil. Los vecinos la recuerdan tocando el piano por horas, jugando con sujs cajas de flores y llenando crucigramas obsesivamente. Truman Capote, un amigo de la niñez de Ms. Lee, dijo después que la madre de Nelle había tratado de ahogarla en la bañera en dos ocasiones, una afirmación que ms. Lee negó indignada. Ms. Lee, como su alter ego Scout, era una pequeña rebelde ruda quien disfrutaba algolpear a los muchachos locales, monear árboles y rodar en el suelo. “Un vestido para la joven Nelle habría sido tan fuera de lugar como un sombrero de seda en un cerdo”, recordó Marie Rudisill, la tía de Capote, en su libro “Truman Capote: The Story of His Bizarre and Exotic Boyhood by an Aunt Who Helped Raise Him”. Un niño que compartió las travesuras de Nelle fue Truman Persons (después Capote), quien pasó varios veranos viviendo con familiares en la casa contigua a la de Nelle. Los dos se hicieron amigos con rapidez, actuaban las aventuras de “The Rover Boys” y, luego que el padre de Nelle le dio a los dos niños una vieja máquina de escribir Underwood, ellos hacían sus propias historias y se las dictaban entre sí. Mr. Capote escribió sobre Nelle en su primer libro, “Other Voices, Other Rooms”, donde ella aparece como la niña rebelde Idabel Tompkins. Ella volvió a aparecer como Ann Finchburg, apodada Jumbo, en la historia de él “The Thanksgiving Visitor”. Ms. Lee devolvió el favor, al reflejar a Mr. Capote en el papel del pequeño rubio Dill en “To Killl a Mockingbird”. Ms. Lee asistió a Huntingdon College, una escuela metodista para mujeres, donde colaboraba con artículos ocasionales para el periódico del campus y dos viñetas de ficción para lña revista literaria de la institución. Ambas dieron una señal de los temas que aparecerían en sus novelas. “Nightmare” describía un linchamiento, y “A Wink at Justice” contaba la historia de un juez que toma una decisión salomónica en el caso de ocho hombres negros arrestados por apostar. Luego de un año en Huntingdon, Ms Lee se fue a la University of Alabama para estudiar leyes, principalmente para complacer a su padre, quien esperaba que ella, como su hermana Alice, pudiera convertirse en abogado y entrar al bufete de la familia. Sus propios intereses, y quizás su disposición, la llevaron a otra parte. “Pienso que los abogados de alguna manera se tienen que conformar, y ella pronto te decía que te fueras al infierno mientras decía algo agradable y daba la vuelta para irse lejos”, recordó un compañero de clases. Ms. Lee escribió una columna llamada Caustic Comments para Crimson White, el periódico del campus, y colaboró con artículos para la revista humorística de la universidad, Rammer Jammer, donde se convirtió en editora jefe en 1946. Luego de su último año, ella pasó un verano en Oxford University como parte de un programa de intercambio de estudiantes. A su regreso de Inglaterra, ella decidió ir a Nueva York y convertirse en escritora. Ms. Lee llegó a Manhattan en 1949 y se estableció en un apartamento de agua fría en la East 80s. Luego de trabajar brevemente en una librería, encontró trabajo como agente de reservaciones, primero con Eastern Airllines y luego con BOAC. En la noche ella escribía en un escritorio hecho con una puerta. La colonia local de sureños desplazados notaron la inclinación de ella. “No pensamos que ella estaba en algo grande”, recordó Louise Sims, la esposa del saxofonista Zoot Sims. “Ella decía que estaba escribiendo un libro, y eso era todo”. Michael y Joy Brown, una pareja que ella conoció a través de Mr. Capote, creía en ella. Mr. Brown, un compositor de lteras de canciones, había recibido un cheque grande por su trabajo en un espectáculo musical de la revista Esquire, y el día de navidad de 1956 él y su esposa le entregaron a Ms. Lee un cheque equivalente a un año de salario en BOAC y una nota que decía: “Tienes un año libre de tu trabajo para escribir lo que te guste. Feliz Navidad”. Lentamente, ella desarrolló un pequeño portafolio de cuentos, el cual llevó a un agente, Maurice Crain. Él sugirió que tratara de escribir una novela. Dos meses después ella regresó con las primeras 50 páginas de un manuscrito que llamó “Go Set a Watchman”. Este contaba la historia de un abogado de un pueblo pequeño quien hace guardia fuera de una cárcel para protegeré a su cliente de una turba rabiosa, un incidente central en la futura novela, cuyo título Mr. Crain cambió a “Atticus” y luego, mientras el manuscrito evolucionaba, a “To Kill a Mockingbird”. El título se refiere a un incidente de la novela, en el cual Atticus, al entregarle rifles de aire a sus dos hijos, les dice que puden dispararle a potes, latas, pero nunca a un ruiseñor. Scout, intrigada, aprende de Miss Maudie Atkinson, la viuda de enfrente, que hay un proverbio, “Es pecado matar un ruiseñor”, la razón de esto: los pájaros no hacen daño a nadie solo cantan música hermosa. Los editores de Lippincott le dijeron a Ms. Lee que su manuscrito se leía como una serie de anécdotas, no como una novela, pero la animaron a revisar. Eventualmente le pagaron un pequeño avance y la asignaron para trabajar con Tay Hohoff, un editor experimentado con quien ella desarrolló una relación cercana laboral y personal. Mientras la novela se enrumbaba a la publicación, Mr. Capote la llamó con una propuesta. Él iba a Kansas para investigar el asesinato de una familia garnjera. ¿Le gustaría a ella ser su “investigadora asistente”? Ms. Lee aceptó la oferta. “Él dijo que sería un trabajo muy exigent y que se necesitaban dos personas”, le dijo ella despues a Newsweek. “Los crímenes lo intrigaban, y yo soy una intrigada por el crimen, y caramba, quería ir. Era profundo llamando a profundo”. Por meses, Ms. Lee acompañó a Mr. Capote mientras él entrevistaba investigadores policiales y personas locales. Comprometida y con los pies sobre la tierra, ella abrió puertas que, sin ella, habrían permanecido cerradas para su compañero, cuyas maneras afeminadas parecían raras a las personas del pueblo. Cada noche ella escribía reportes detallados sobre sus impresiones y los entregaba a Mr. Capote. Luego ella leía el manuscrito de él y ofrecía sus ccomentarios. Cuando el libro, “”In Cold Blood” (“A Sangre Fría”), fue publicado en 1966 en medio de mucha aclamación, Mr. Capote reparó en la ayuda de ella con un breve agredecimiento en la página dedicatoria y así minimizó el papel de ella en la creación del libro. Para entonces la amistad se había enfriado y entró en congelamiento profundo después que “To Kill a Mockingbird” se convirtió en éxito de ventas. Las señales de éxito fueron visibles casi inmediatamente luego que esta fuese publicada en julio de 1960. El Book-of-the-Month Club y el Literary Guild hicieron de la novela una de sus selecciones, y Reader’s Digets la condensó. Una semana luego de la publicación, la novela saltó al tope de la lista de líderes en ventas; allí permaneció 88 semanas. La revista Life acompañó a Ms. Lee alrededor de Monroeville, para fotografiarla con su padre en el porche anterior del hogar familiar, posando en el balcón de la corte provincial y asomándose en la ventana del rancho que sirvió como modelo para el hogar de Boo Radley, el gentíl, vecino amigo de Scout. Una fotografía esta leyenda: “En la oficina jurídica del padre donde ella escribió ‘Mockingbird’, Miss Lee trabaja en su próxima novela”. La próxima novela se resistió en llegar. “El éxito había tenido un efecto muy malo en mi”, le contó Ms. Lee a The Associated Press. “He engordado, pero extremadamente. Estoy tan asustada como antes”. En los meses luego que la novella fuese publicada, ella contribuyó con dos artículos para McCall’s y Vogue. Ofreció algunas claves de una segunda novela en progreso a los incisivos reporteros, pero los meses y los años pasaron, y nada apareció impreso. Ella empezó a rechazar las solicitudes de entrevistas. En una de sus últimas entrevistas, en un programa radial de Chicago en 1964, Ms. Lee ofreció algún detalle acerca de su ambición literaria: describir, en una serie de novelas, el mundo donde creció que ahora veía desaparecer. “Este es un pueblo pequeño de clase media de la vida sureña opuesto a lo gótico, opuesto a ‘Tobacco Road’, opuesto a la vida de la plantación”, le contó ella a su entrevistador, en referencia a la novela de Erskine Caldwell, agregando que estaba fascinada por el “rico patrón social” de tales lugares. “Simplemente me gustaría asentar todo lo que sé acerca de esto porque creo que hay algo universal en este pequeño mundo, algo decente que decir de él, y algo que lamentar de su desaparición”, continuó ella. “En otras palabras, todo lo que quiero ser es la Jane Austen del sur de Alabama”. El mundo esperó impacientemente, y se acostumbró al disgusto. Hubo un momento cuando su hermana le dijo a un periodista británico que el casi finalizado manuscrito había sido robado del apartamento de Ms. Lee durante un asalto. A mediados de los años ’80, Ms. Lee se fascinó por un predicador a medio tiempo y asesino en serie cuya historia ella intentó dramatizar, en el estilo de “In Cold Blood”, en un libro titulado tentativamente “The Reverend”. Ella hasta fijó su campamento por casi un año en Alexander City, Ala., el sitio de los asesinatos, para investigar y absorber la atmósfera. Pero de nuevo, nada se materializó. Al escribir “Mockingbird: A Portrait of Harper Lee” (2006), Charles J. Shields sostuvo que él había realizado 600 entrevistas con amigos, conocidos y antiguos compañeros de clase de su sujeto. Ms. Declinó en cooperar, rechazó las solicitudes de entrevista “con vigor”, dijo él. Aunque los reporteros imaginaban a un Miss Havisham sureña, Ms. Lee vivía una quieta pero relativamente normal vida en Monroeville, donde amigos y vecinos cerraban filas alrededor de ella para defenderla de la atención indeseada de turistas y reporteros. Ella vivía con Alice, quien practicaba leyes a sus 90 años y falleció en 2014 a la edad de 103. Ms. Lee también asistía a la iglesia metodista local (construida en parte con sus aportes) y ocasionalmente se aparecía en las clases de inglés de la escuela secundaria local condo “To Kill a Mockingbird” se convirtió en objeto de estudio. Ella también pasaba períodos en Manhattan, donde mantenía un pequeño apartamento. Ocasionalmente hacía apariciones. En 2001, Ms. Lee empezó a frecuentar una ceremonia anual de premiación en la University of Alabama para conocer y conversar con los ganadores de un concurso por el mejor ensayo escrito por un estudiante de secundaria de Alabama sobre “To Kill a Mockingbird”. Al mantener su política de mucho tiempo, ella rechazaba hablar de su vida personal y trabajop, lo cual se convirtió en materia de intensa curiosidad periodística de nuevo con el estreno de dos películas que tenían que ver con la escritura de “In Cold Blood”. En una, “Capote” (2005), Ms. Lee fue interpretada por Catherine Keener y en la otra, “Infamous” (2006), por Sandra Bullock. Ella, sin embargo, envió una carta a la revista Oprah en 2006 describiendo su pasión por la lectura en la niñez. En mayo de 2013, su nombre apareció en los reportes de noticias cuando ella introdujo una demanda acusando a su agente literario, Samuel Pinkus, de hacer trampa para asignar los derechos de autor de la novela a su compañía luego de un infarto que ella sufrió en 2007 que la dejó con audición y visión incompletas. Cuando un amigo le sugirió que desarrollara un formato de carta para rechazar entrevistas, ella pareció pensar algo en el asunto. Que diría, le dijo ella, “Carajo, no”. La noticia del redescubrimiento de “Go Set for a Watchman” puso al mundo literario en aprietos. Muchos críticos, así como amigos de Ms. Lee, encontraron sospechosos el tiempo y la historia del redescubrimiento, y cuestionaron abiertamente si Ms. Lee, quien estaba protegida de la prensa por Ms. Carter, estaba mentalmente competente para aprobar su publicación. Siguió siendo una pregunta abierta para muchos críticos, si “Go Set for a Watchman” era algo más que la versión inicial de “To Kill a Mockingbird”, de la cual, a pedido de sus editores, Ms. Lee había susraído las escenas de la niñez de Scout y las había desarrollado en un libro separado. “Yo era una escritora primeriza, e hice lo que se me dijo”, escribió Ms. Lee en una declaración publicada por su editor en 2015. Muchos lectores, quienes habían crecido idolatrando a Atticus, fueron decepcionados por su retrato 20 años después, como acérrimo defensor de la segregación. “La pintura de Atticus en ‘Watchman’ promueve una lectura escandalosa, y para los seguidores de ‘Mockingbird’, es especialmente desorientadora”, escribió Michiko Kakutani en una crítica del libro en The New York Times. “Scout se siente impactada al descubrir, durante su viaje a casa, que su amado padre, quien le enseñara todo lo que sabe de bondad y compasión, ha estado afiliado con anti-integracionistas, locos anti-negros, y el lector comparte su horror y confusión”. En su declaración, Ms. Lee, quien dijo que había asumido que el manuscrito estaba perdido, escribikó, “Despues de mucho pensar y dudar, lo compartí con un puñado de personas en quienes confío y estuve agradada de oir que lo consideraban digno de publicación”. Este mes, el productor Scott Rudin anunció que planeaba llevar “To Kill a Mockingbird” a Broadway en la temporada 2017-18, el guionista Aaron Sorkin adaptará la novela y Bartlett Sher dirigirá. Traducción. Alfonso L. Tusa C.

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