domingo, 1 de octubre de 2017

Nicole Krauss: By the Book (Por el Libro)

The New York Times. 7 de septiembre de 2017. La autora de “Great House”, “The History of Love” y más recientemente, “Forrest Dark” prefiere leer novelas clásicas en los aviones: “Doce horas de economía no es el momento para apostarle a un libro”. ¿Cuáles libros están ahora en su mesa de noche? “Sapiens: A Brief History of Humankind” de YuvalHarari; las brillantes historias de Nachman de Leonard Michaels; “I Am the Brother of XX” y “These Possible Lives”, ambas de Fleur Jaeggy; una nueva colección de poesía de Yehuda Amichai editada por Robert Alter; “HHhH” de Laurent Binet; “Moving Kings”, de Joshua Cohen; “Portraits” de John Berger; “A Time of Gifts”, de Patrick Leigh Fermor; “Pondlife”, de Al Alvarez; y un libro de pinturas de Fra Angelico. ¿Cuál ha sido el último gran libro que ha leído? “Landmarks”, de Robert MacFarlane, en el cual él describe como a medida que la infancia se traslada al interior de la casa, y palabras como helecho, avellano y sauce se caen del OED, y son reemplazadas por el reproductor de MP3, la banda ancha, y la sala de chat, y las palabras del paisaje que habitamos son reemplazadas por el lenguaje de la realidad virtual y la política global, estamos perdiendo el vocabulario preciso proveniente de siglos de contacto íntimo con la naturaleza local, y en el proceso perdemos nuestra habilidad para ver y distinguir esa naturaleza, y nos hacemos crecientemente insensatos a ella. MacFarlane pasó años coleccionando palabras de toda Bretaña, en todos sus dialectos, las cuales son reportadas en glosarios y se leen como un regalo. También leí recientemente “Enormous Changes at the Last Minute” de Grace Paley, estoy trabajando unos cuentos, y ella sabía muy bien como ser libre en ellos, y releí “The Little Virtues” de Natalia Ginzburg, el cual encontré tan grandioso como siempre. Pero más que todo “Zurau Aphorisms” de Kafka, traducido por Michael Hoffman y con una breve pero hermosa introducción de Roberto Calasso. ¿Cuál es la cosa más interesante que usted haya aprendido de un libro recientemente? Hace poco un amigo me regaló un libro llamado “Art and Experience in Classical Greece” de J.J. Pollitt, el cual describe el estado de ansiedad que perseguía a los antiguos griegos y los llevaba a su obsesión con el tipo de orden que puede neutralizar el caos y evitar lo irracional. El libro, generó cierta luz, para mí, sobre nuestra obsesión actual con el conocimiento de los hechos, y su relación con nuestra creciente ansiedad. ¿Cuál novela clásica ha leído recientemente por primera vez? Antes de volar a casa desde Tel Aviv este verano, fui a una librería de segunda mano. Doce horas de economía no es el momento para apostarle a un libro, así que salí de ahí con los clásicos que pude encontrar. Leí “The Prime of Miss Jean Brodie” de Muriel Spaks, cuyas oraciones punzantes e imágenes aún se sienten frescas y vívidas. Traté de leer otra vez “The Group” de Mary McCarthy, y fallé otra vez. En vez de eso pasé el resto del vuelo leyendo “The Book of Laughter and Forgetting, de Milan Kundera, el cual disfruté, y no solo porque tengo debilidad por la serie completa “Writers From the Other Europe” que Penguin y Philip Roth publicaron en los años ’70 y ’80. El desarrollo lento de la estructura relajada e intuitiva del libro que introduce muchos personajes y cuentos y los deja confrontarse entre ellos mientras revela lentamente sus preocupaciones, es aun extremo e inclasificable 40 años después. Al resumir el libro en esas páginas, John Updike, lo consideró más que una colección de cuentos, “pero no una novela”. ¡No estoy de acuerdo! Kundera tampoco. Él asemeja la forma del libro a “la variación de una novela”, la variación es la forma con la cual Beethoven y el padre de Kundera, un musicólogo, se obsesionaron en sus años finales. “Lo que Beethoven descubrió en sus variaciones fue otro espacio y otra dirección…Beethoven profundiza en esas 16 medidas como si hubiese bajado en una mina hasta las entrañas de la Tierra”. ¿Cuales escritores, novelistas, guionistas, críticos, periodistas, poetas, de la actualidad, admira usted más? Aun no quiero aceptar que W.G. Sebald y Roberto Bolaño, quienes trabajaron hasta ayer, hoy ya no viven. Cada uno publicó por solo una década antes de morir a sus cincuenta y tantos años, no sin antes expandir nuestra idea de lo que una novela puede ser. La mitad de lo que se ha publicado por estos días lleva sus marcas, y así es imposible para mí pensar en escritores actuales sin pensar primero en ellos. Después están Laszlo Krasznahorkai, Rachel Cusk, Jenny Erpenbeck, David Grossman, Yoel Hoffman, Karl Ove Knausgaard, para nombrar algunos. Leo mucha ficción contemporánea traducida, pero poca estadounidense y británica, lo cual pienso tiene que ver con el hecho de que la novela social me aburre, no me importa una buenas historia plana, prefiero la reflexión al diálogo, del cual puedo sentir sospecha.Pero no, eso es demasiado, ahora estoy exagerando. Tal vez tengo algo que reconocer. Y por supuesto ocurre que leo algunos libros nuevos en inglés que me impresionan: Pienso que la primera novela de Claire-Louise Bennett, “Pond”, publicada aquí el año pasado, es extraordinaria. ¿Cuál es el mejor libro que usted recibió como regalo? Cuando tenía seis o siete años de edad mi abuelo me dio un libro llamado “The Aleph-Bet Story”, el cual describía una personalidad única para cada una de las letras hebreas. Eso fue inolvidable. No sé si estaba consciente de eso entonces, pero ahora pienso que ese libro debió haberme dado la primera sensación de que el lenguaje tiene vida propia. ¿Qué tipo de libros le ocasiona mayor placer de lectura en la actualidad? Las novelas que llegan a su coherencia de manera inusual y elegante. Que estiran las formas solo para satisfacer el misterioso control interno del libro. Adoro cuando siento que el autor y yo nos sorprendemos al encontrarnos. ¿Cómo prefiere leer? ¿En papel o digital? ¿Un libro a la vez o varios simultáneamente?¿De día o de noche? Cada vez que haya tiempo, y ahora que mis hijos tienen 11 y 8 años de edad, lentamente voy recuperando más tiempo para mí. Las ventanas de mi habitación están de frente al este y no tienen cortinas, despertar con esa luz y un libro es una maravilla para mí. Leo muchos libros a la vez, todos en papel. Pienso que el libro debe ser el objeto más perfecto diseñado por el ser humano. Su belleza física y su excelencia, pero también está la manera como absorbe la presencia de sus lectores. Te, tinta, dedos grasosos, recibos, clima, pero más que eso, algo de espíritu también, así cuando años después se toma el libro del estante, un reflejo de tu antíguo yo te salta encima. No puedo superar eso fácilmente. ¿Cuáles géneros evita? No me gusta lo práctico en un libro. No quiero saber como hacer las cosas. Sé que es una desventaja, pero no quiero consejo o ayuda. Solo quiero algo de ese otro mundo que viene y describe el nuestro con significado. Quiero si es posible, un poco de infinidad, lo cual no pienso que sea mucho pedir. No tiene que ser literatura. Veamos los jardines, por ejemplo. Los jardines son fuentes excelentes de infinidad. Puedo mirar felizmente por horas las fotografías de un libro acerca de Sissinghurst o el jardín de Saiho-ji, y leer todo lo que Vita Sackville West y esos monjes japoneses tenían en mente. Pero no me den ningún libro acerca de cómo hacer un jardín. ¿Cuáles libros podrían sorprender a las personas de encontrarlos en sus estantes? ¿Además de todos mis pequeños libros de bolsillo de sabiduría Yiddish? No sé, mis libros de Young Thug y Gucci Mane. Firmados. ¿Que clase de lectora era usted de niña? ¿Cuáles libros y autores infantiles eran sus favoritos? Mi madre es inglesa, ella era la que nos leía, mi primera palabra fue A. A. Milne, Beatrix Potter, Kenneth Grahame, Lewis Carroll y Roald Dahl. Ninguno de ellos pensaba que era necesario proteger a los niños de la oscuridad. Por el contrario, ellos guiaban a sus lectores directo hasta ella. Eso le da a uno un enorme sentido de ser respetado como niño. No solo de que crean que puedes manejar las cosas como son, sino de ser aceptado como no completamente bueno. Ser reconocido como alguien que lleva la oscuridad por dentro. Pienso que no he confiado en ningun autor quien no haya tenido esa convicción. Si usted organizara una cena literaria. ¿Cuáles tres escritores, vivos o muertos, invitaría? Al autor de Genesis y al autor del Book of Samuel, solo para finalmente saber quienes eran esos dos, y preguntarles que quisieron decir con eso, y pedirles una copia de las versiones inéditas. Y a Kafka. Pero tendría que ser un refrigerio. Con lo cual siento que ellos estarían de acuerdo. No se puede escribir de esa manera y ser un comelón. ¿Qué piensa leer a continuación? Lo que sea que publique New Directions o Archipelago. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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