viernes, 20 de octubre de 2017

Where I’m Calling From (Desde donde llamo). Historias Nuevas y Seleccionadas. Raymond Carver.

Matrimonio y otros nexos sorprendentes. 15 de mayo de 1988. Marilynne Robinson. De las 37 historias de la nueva colección de Raymond Carver, “Where I’m Calling From”, 30 han aparecido en cuatro volúmenes previos, dos de ellos, con estos títulos: “What We Talk About When Talk About Love” (“De Que Hablamos Cuando Hablamos de Amor”) y “Cathedral”. Tomo este volumen para hacer una nueva mirada a la carrera de Mr. Carver, una convicción inspirada en mi por el hecho de que me gustaría hacer una colección. Para resumir, propongo sacar a Raymond Carver del campo de los minimalistas. Por 150 años o algo así, cada tipo de arte cuyo estilo ha causado que sea identificado como “moderno”, ha sido interpretado de la misma forma, como una contemplación de, y protesta contra, un mundo drenado de placer, vacío de significado, espiritual y culturalmente en bancarrota, etc. Esa es supuestamente la “condición moderna”, a la cual somos instruidos para aceptarla con objetividad como una cosa existente, como el peñón de Gibraltar. Sin importar como, desde todo punto de vista, esta nación es, como siempre ha sido, abstraída como Bizancio, sus hombres de la calle están acostumbrado a ver la vida en términos cósmicos. Tales hábitos mentales estructurados y valiosos, nos decimos, son de lo que carece nuestra época y cultura, una deficiencia que refleja nuestro arte, al ser más o menos incapaz de proceder de otra manera. La idea de lo “moderno” es tan vieja que ha tenido que ser redefinida como “lo post-moderno” y forrada con aseveraciones de que el nuevo producto es más duro, más cínico, en total más abismal de lo que estamos acostumbrados. Las suposiciones acerca de lo que debería hacer el escritor tienden a fomentar la curiosidad por lo que de hecho hace. Raymond Carver generalmente es tomado como ejemplo para epitomizar esta árida tradición, para liderar una nueva versión de de ella llamada “minimalismo”. Incluirlo dentro de este canon es considerado un gran elogio, al ser considerado lugar común la aseveración de que un escritor serio no puede tener un objetivo más alto que movilizar de nuevo sus huesos. Así que partiendo de la base de la fuerza que los estudiantes y la crítica perciben en su trabajo, Mr. Carver ha sido más o menos forzado. Entonces otros críticos le achacan el paisaje desesperado y disminuido que encuentran en la ficción contemporánea, viéndolo a través de los ojos de sus imitadores y admiradores. De hecho, Mr. Carver aparece en la línea de descendencia del realismo estadounidense. Sus debilidades son el sentimentalismo y el sensacionalismo. Su gran don es escribir historias que crean significado a través de su forma. Se ha prestado mucha atención a su prosa y a su preocupación por la vida muy ordinaria y con la disrupción, el divorcio, el desplazamiento, la tristeza, el ingrato negocio de obtener ingresos de trabajos pequeños e indeseados. Él debería ser famoso por la belleza conceptual de sus mejores cuentos, y ser aliviado de sus peores trabajos, lo cual podría pasar como negligencia relativa. La narrativa prominente de la ficción de Mr. Carver está típicamente alterada o aplanada. Los cuentos tienen en común una especie de desconcierto, justificada en los mejores por el hecho de que sus cargas son verdaderamente misteriosas. Las anécdotas, de querer un mundo mejor, asomadas e intraducibles como sueños recordados (lo cual a veces son) aparecen en esos cuentos como para sugerir que son análogas a la ficción, y también a la conciencia, específicamente a la conciencia compartida, colectiva o vinculante. Por mucho tiempo ha sido usual lamentar la ausencia del mito en la vida moderna, como si las intuiciones de los primordial y lo esencial fuesen productos de la cultura y estuviesen disipadas de ciertas imágenes e ilusiones, como si las fuerzas que describe el mito no fuesen reales o lo suficientemente poderosas para imponerse sobre nuestra atención a todo lo ajeno. El desconcierto de los mejores de estos cuentos no implica una ausencia de significado sino una fealdad en la cara del significado, una cosa muy diferente. Mr. Carver utiliza su estrecho mundo para generar configuraciones sugestivas que podrían no ocurrir en uno más amplio. Su impulso por simplificar es como un intento por crear un silencio, no para oir menos, sino para oir mejor. Nada es tan poderosamente recurrente en estos cuentos como la imaginación de otra vida, siempre como si la imaginación del propio narrador o protagonista fuese una experiencia del yo, cual espectro confuso. Es como si la replicación de las condiciones de una vida en otra rescatara a una de los terrores del accidente y lo aleatorio, como si el germen del mito o el arquetipo fuese hallado en el trabajo, en el plasma tupido de la experiencia sin estructura. Esto me parece que expresa lo racional de la práctica artística de Mr. Carver. En “Neighbors” (“Vecinos”), una pareja, los Miller, husmean en el apartamento contiguo al suyo mientras la pareja que vive allí está ausente. Los Miller están de alguna manera seducidos por el apartamento, un lugar ordinario, excepto por las rarezas y originalidades traídas de las vacaciones que hacen a la vida de sus vecinos parecer más “completa y brillante” que la de ellos. La desprotegida intimidad del apartamento cerrado estimula la atracción entre los Miller, los hace sentir amorosos y felices. Lo que experimentan le da sentido a su vida, endulzada un poco por los logros alcanzables. En “Why Don’t You Dance?” (“¿Por qué no bailas?”) un hombre cuyo matrimonio ha colapsado pone su mobiliario a la venta en un mercado de garaje, donde lo ha dispuesto como estaba dentro de su casa, trajo un cable de extensión eléctrica para conectar el televisor y el tocadiscos. Una pareja joven viene y revisa los muebles, se toma unos tragos y entonces a petición del hombre, bailan en la calle. La intimidad del matrimonio es anulada, expuesta, reactivada, y distanciada a la vez. Se puede decir que el momento sugiere memoria, arte, el vínculo de la intimidad en un mundo de extraños, la fantasmagoría del apego de uno a cualquier lugar o relación. ''So Much Water So Close to Home'' , trata acerca del matrimonio de un hombre aterrorizado por su propia insensibilidad y una mujer de gran fragilidad emocional, cuyos miedos están enfocados alrededor de la violencia subyacente en el carácter del hombre. El esposo, Stuart, ha participado en un incidente que no involucra culpa legal ni comprobada por instrumentos, no al menos en lo que él puede testificar. Él y tres amigos fueron a pescar en la montaña y encontraron el cuerpo de una mujer flotando boca abajo en el arroyo. Luego de tomar algo de licor y reflexionar, arrastran el cuerpo hasta un árbol por las muñecas y lo dejan como lo encontraron, por tres días, hasta que terminan de pescar. La historia es contada por la esposa de Stuart, quien describe a los hombres cocinando, bebiendo y jugando naipes en medio de la noche mientras el cuerpo flota en el agua fría. Eso es de pesadilla, y el estado de trance de los hombres, que burbujea allí, está lleno de sugerencias oscuras, lo cual en la mente de la esposa, se confunde con el crimen. Stuart sabe antes de decirle a ella del incidente, como debe hacerlo, porque fue reportado en el periódico, que ella se sentirá muy afectada por eso. Él intenta expresiones de amor, pero son crudas, y solo refuerzan los miedos de ella más que tranquilizarla. Mientras se hace más afectada y ausente se convierte en más dependiente por su lealtad y amor, que son reales, aunque con arranques intermitentes de rabia y frustración por la recaida de él y su propia torpeza. El cuento es puro Carver. Establece un paradigma visual muy simple y contundente, la mujer del arroyo de pesca, lo cual es el trabajo a realizar en el resto del cuento. El centro de la narrativa es la identificación profunda y emocional de la esposa con la mujer ahogada, y también entre el esposo y la esposa. Stuart nota que su esposa de nuevo se desliza hacia la enfermedad. Ella ve el miedo de él y lo compadece. El matrimonio es la forma más compleja y característica de las extensiones imaginativas del yo que tanto preocupan a Mr. Carver. Hacer justicia a ''What We Talk About When We Talk About Love'' no es posible en un espacio pequeño. Se trata de un ejemplo extraordinario del descubrimiento del significado en sugestivas anécdotas visuales, de un suicidio con la cabeza vendada, caballeros cimbrados hasta morir por el peso de la armadura, una pareja vieja vendada, intentos y resistencia, y un apicultor con casco y guantes y ropas acolchadas. Esta serie de imágenes análogas emerge de la conversación entre dos parejas matrimoniales que beben ginebra en una mesa de cocina, las cuales saben por experiencia que el amor es homicida, auto-destructivo, simbiótico y posiblemente fugitivo. Cuando uno de los hombres, al final, se imagina asesinando a su antigua esposa, la implicación es que él aún la ama. De nuevo, la ficción ofrece patrones, parábolas, las cuales parecen cargadas de sugestión, y eluden los poderes de interpretación de aquellos quienes reconocen el significado de estos. El cuento concluye: “Podía oir mi corazón latir. Podía oir el corazón de todos. Podía oir el ruido humano que hacíamos sentados, sin movernos, ni siquiera cuando la habitación oscureció”. En ''Bicycles, Muscles, Cigarettes'', un hombre viene a defender a su joven hijo, quien tiene dificultades con los vecinos. El muchacho expresa su afecto por su padre al decirle que siempre recordará a su abuelo, y que desea poder haber conocido a su abuelo a la edad de su padre, y a su padre a su edad, ansioso por imaginarse en sus vidas, simplemente para intensificar su placer. En “Distance”, un tipo divorciado le cuenta a su hija adulta, a quien ve solo en raras ocasiones, una historia acerca de la infancia de ella, llamándose “el muchacho” y a la madre “la muchacha”. Al final de la historia ambos lamentan la pérdida de la cálida vida común que han conjurado. En “Fat”, una mesera está fascinada con un hombre tan obeso que se refiere a sí mismo en un plural melancólico y consciente. La mujer empieza a imaginarse voluminosa como él, tanto que su esposo parece “una cosa pequeña casi inexistente. Tales configuraciones de identificación, distanciamiento y desplazamiento se hacen recurrentes una y otra vez. Un cuento interesante, aunque problemático, es titulado “The Calm”. Un hombre ha violado el código de la cacería de venados, al dispararle en la panza a un venado y luego no proceder a terminar la miseria del animal. La historia de la cacería es contada por el propio hombre, quien parece inconsciente de la impresión que cause en sus oyentes. Aparentemente el hombre ni ha leído a Hemingway, ni conoce lo suficiente la ética local, aunque él es local, para entender como sus revelaciones lo afectan. Sin embargo, ningún lector sufrirá un momento de duda. La calma del título es creada por un barbero, quien tranquiliza la indignación de los otros. Al final del cuento, en una especie de conclusión, el narrador, quien ha visto todo desde la silla del barbero, dice que fue durante todo eso que decidió dejar a su esposa. Ese final parece arbitrario, pero no lo es, si dejarla es una violación del deber ser, como el miserable asunto con el venado. Mr. Carver está tan obsesionado con el matrimonio como escritor desde William Blake, y nunca trata ligeramente su disrupción. La calma generada por la neutralidad del barbero, con la cual se disipa el juicio y se disipa la fealdad, permite que el narrador tome su decisión. El barbero ve en el espejo la cara del narrador, “pero si el barbero ve algo, no ofrece ningun comentario”. Hay tal calma en la sociedad, no para degradarse, si para maravillarse mucho, aunque esto permita la mayoría de las formas de traición y auto-desgracia. Es la condición de la autonomía moral. Como en “Fat” y “Why Don’t You Dance?” nos es dado a conocer que un momento de experiencia vernácula ha sido entendido y repetido como significativo, aportando un término en una analogía. En “Why Don’t You dance?” el punto de vista en realidad oscila, pertenece al hombre divorciado al comienzo y a la mujer joven al final. Los objetos de la casa, presentada como un lugar ritual, tienen significado para ambos porque, literal y figurativamente, son una posesión común. Los últimos siete cuentos, de preparación previa, son más amargos y humoristas, escritos en una prosa más elegante y elegíaca que los primeros. En “Boxes” el debilitamiento de la conexión con la vida de una mujer vieja se manifiesta en su continuo movimiento, nunca es capaz de sentirse tranquila en casa. “Whoever Was Using This Bed” trata de una pareja, que se despierta con una llamada telefónica, quienes hablan durante la noche acerca de los dolores y ansiedades que los afectan en esos momentos, pero se pierden en la amnesia de la conciencia de la luz del día. Finalmente llegan a la pregunta de si el enchufe debe o no ser desconectado si uno de ellos estuviere gravemente enfermo. Es una conversación natural muy divertida. Su insomnio, y la ropa de dormir ajada, llevan a la mente al extremo de la intimidad que implica su matrimonio, aun hasta el punto de uno posiblemente escogiendo el final de la vida del otro. En el cuento llamado “Intimacy”, un escritor visita a su antigua esposa, una mujer furiosa de que su vida con él haya sido canibalizada para hacer ficción y de que él haya convertido en éxito publicar los pasajes más oscuros de su matrimonio. Ella está consciente de haberle dado material nuevo, aun en su amargura, y la historia, con el escritor como narrador, significa que ella ha hecho eso. Pero él se arrodilla en la sala de ella y se queda allí inmóvil hasta que ella lo disculpa. Entonces ella lo manda a volar. El divorcio nunca ocurre en los cuentos de Mr. Carver. El matrimonio es, en esencia, una amistad inocente, desesperadamente vulnerable hasta el desarreglo y la mala suerte, pero siempre precioso, sus placeres perdidos siempre son recordados lealmente. Mientras él sale de la casa, ve a los niños lanzándose una pelota. “Pero”, dice él, “ellos no son mis hijos, ni tampoco suyos”. “Menudo” trata de un hombre sorprendido miserablemente en una infidelidad, en el punto de perder a su segunda esposa cuando no se ha recuperado de la pérdida de la primera.”Elephant” es un maravilloso pequeño cuento que debería ser considerado, si alguno lo será alguna vez, ante el clamor en ciertos lugares por un cuento de Carver acerca de gracia y trascendencia. El narrador, una especie de Pere Goriot suburbano, está siendo desangrado de su sustancia por una antigua esposa, una madre quien es “pobre y codiciosa”, un hijo ineficiente, una hija ineficiente con dos hijos y una vida buena para nada, y un hermano quien cuenta historias de mala suerte. El hombre está empobrecido, consumiendo su crédito, trabajando y preocupándose, tratando de cumplir con las demandas infinitas de todos ellos. Entonces sueña que su padre lo carga de niño en los hombros. La imagen le trae un gran alivio. Piensa en su hija, “Dios la bendiga y la ampare”, y espera que su hijo sea feliz, y agradece que aun tiene a su madre, y que su antigua esposa, “la mujer que yo solía amar mucho”, esté viva en algún lugar. Entonces quizás muere. Es llevado a través del lugar donde trabaja a una velocidad sorprendente para el “carro de un gran subpagado”. Sea que la muerte ha ido a buscarlo, o sea una libertad sobrenatural, el final tiene un sentido teológico diferente. El cuento final, “Errand”, es acerca de la muerte de Chekhov, una pieza muy formal en la cual se muestra a ese estimado hombre dándose crédito en el evento de su muerte. Un escritor generalmente invoca a otro escritor cuando desea hacer una comparación. Mr. Carver, cuyas historias son ocasiones narrativas en las cuales una imagen cargada flota como un holograma, me recuerda muy poco de Chekhov, excepto en que el trabajo de Mr. Carver, como el de Chekhov, establece los términos en los cuales debería ser interpretado. Raymond Carver no es un escritor fácil de leer. Sus narrativas son a menudo comunes. A veces parece intentar probar que las personas insensibles también tienen sentimientos. Y, mientras el impulso es generoso, la experiencia de mirar el mundo a través de los ojos de un personaje tan crudo como el narrador de “Cathedral”, por ejemplo, es altamente desagradable. En “Feathers”, una historia centrada en el momento fugaz en el cual un bebe feo y un pavo real enlodado se divierten bajo la mesa del comedor, la atención del lector es desplazada hacia una molesta figura de yeso de dientes desalineados, exhibido como un trofeo en el comedor de esa extraña casa. En esta historia, como en “Cathedral”, los personajes son superados por una experiencia estética o realización. Mutatis mutandis, eso es Henry James, la belleza es el modo como el mundo dirige el alma humana. Pero hay agregado como el que deja Mr. Carver, y ese agregado es más irritante debido a que se siente intencional. Los personajes a veces parecen preparados o condescendientes. Esa es la condición desde la cual son rescatados en el curso de la historia. Mr. Carver es más como el poeta William Carlos Williams, quien declaró que “no había ideas sino cosas”, y quien vaciaba los bolsillos de la banalidad y encontraba su contenido hermoso. El proceso de la ficción de Mr. Carver es transformar nuestra percepción. Quizás lo que él hace no puede ser hecho de otra forma. Y visto desde suficiente distancia, un problema interesante puede tomar su lugar entre las cosas hermosas. Marilynne Robinson es la autora de “Housekeeping”, una novela. ‘La gracia ha llegado a mi vida’ Como un personaje de sus cuentos, Raymond Carver ha sido un “miembro a tiempo completo” de los pobres trabajadores. “Siento mucha simpatía por ellos”, dijo él. “Son mi gente. Los conozco. Nunca podría dejar de escribir de ellos”. Mr. Carver creció en una familia de clase trabajadora en la costa occidental y se casó a la edad de 19 años. Él y su esposa, Maryann, fueron de trabajo en trabajo y de pueblo en pueblo. “Siempre estábamos buscando algo mejor•, dijo él en una entrevista telefónica desde su hogar en Port Angeles, Wash. “Trabajábamos duro, pero nunca era suficiente”. El fue conserje y trabajador de un aserradero, ella era operadora telefónica y mesera, “Estábamos buscando un lugar donde yo pudiera escribir y mi esposa y nuestros dos hijos pudieran ser felices. Eso no parecía ser mucho que pedir. Pero nunca lo encontramos”. El matrimonio de Mr. Carver, el cual se disolvió en 1977, ha influido mucho en su trabajo. “Me casé muy joven, y eso afectó mucho mi vida emocional”, dijo él. Mr. Carver, quien tiene 49 años de edad, reconoció que tiene una “visión oscura de la vida”, pero no tan oscura como solía ser. “En los últimos años, alguna luz radiante y, si se quiere, la gracia ha llegado a mi vida. Yo era alcohólico y fui capaz de superar eso. Mis hijos y yo estábamos separados, pero nos hemos reencontrado de nuevo. Hubo un tiempo cuando mi antigua esposa y yo no podíamos vernos a la cara, pero las cosas están bien ahora. Y entonces llegó Tess. Mi vida cambió dramáticamente el día cuando la conocí”. Mr. Carver ha vivido con la poetisa Tess Gallagher los últimos 10 años, Tienen una casa de roble y pino en la Olympic Peninsula. Él escribe en el frente, mirando el Juan de Fuca Strait; ella escribe en la parte trasera, mirando a las Olympic Mountains. “Es agradable contar con un lector perceptivo y severo alrededor cuando se necesita uno”, dijo él. Al compilar “Where I’m Calling From”, Mr. Carver decidió no incluir todos sus cuentos. “Hay algunos con los que no me siento a gusto y no me gustaría verlos impresos otra vez. Solo escogí los que sentí que podía vivir con ellos”. Despues de escribir el cuento final del libro, acerca de Chekhov perdiendo la batalla ante la tuberculosis, Mr. Carver supo que tenía cáncer de pulmón. Tuvo una operación el otoño pasado, luego una recaída y solo terminó una ronda de radioterapia. “Cortaron dos tercios de mi pulmón izquierdo”, dijo él. “Eso me asustó mucho. Pero estaré bien. Todos tienen grandes esperanzas. Tengo libros que escribir. El próximo libro es de poemas”. Pero la radioterapia está pasando factura. “Ha sido duro escribir las últimas dos semanas. Eso te cansa mucho. No siento que pueda pelear 10 rounds con nadie. Es duro, pero voy a superar eso. Me siento el hombre más afortunado de los alrededores. He tenido muchas bendiciones”. Stewart Kellerman. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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