jueves, 2 de julio de 2015

Albert Camus: Spike entrevista a Catherine Camus, hija de Albert Camus: Solitario y solidario.

Russell Wilkinson habla con Catherine Camus acerca de El Primer Hombre de Albert Camus. En enero de 1960, el escritor y filosofo francés Albert Camus falleció en un accidente automovilístico junto a su amigo y editor, Michel Gallimard. De entre los restos del choque se recuperó el manuscrito incompleto de la última novela de Camus, El Primer Hombre. En 1957, Camus había sido premiado con el Premio Nobel de Literatura en reconocimientos de sus novelas más famosas, El Extranjero y La Peste. Cincuenta años después de su publicación original, El Extranjero es aun la novela más vendida en Francia este siglo. En octubre de 1995, El Primer Hombre fue publicada finalmente en inglés, treinta y cinco años después de la muerte de Camus. Su hija Catherine Camus, decidió publicar el manuscrito inédito. Las versiones habían sido organizadas en el texto completo de la novela y las notas del autor que suplementan su progreso y desarrollo. Así, El Primer Hombre muestra la rara visión del proceso de un trabajo en progreso. La novela es una profunda meditación autobiográfica sobre la niñez de pobreza de Camus y su familia sin padre en la Argelia de principio de siglo. Aunque está inacabado, mucho el texto posee la lucidez y sensualidad características de Camus, demostrando claramente que su mejor escritura estaba por venir antes de su trágica e inesperada muerte a los 47 años. Catherine Camus y su socio Robert Gallimard visitaron Londres en octubre de 1995. En el Basil Hotel, discutieron las implicaciones de El Primer Hombre para nuestra evaluación de Albert Camus como escritor y filosofo político al cierre del siglo. La entrevista se hizo en francés. R: En su nota del editor para El Primer Hombre, usted sugiere que ahora es el momento más adecuado para la recepción del trabajo de Camus. ¿Piensa usted que Camus ha sido olvidado en los años recientes? CC: Él nunca fue abandonado por sus lectores. Camus es leído enormemente. Él es el autor más vendido de toda la colección Gallimard, y lo ha sido por varios años. Las ventas nunca han parado, por lo que hablar de redescubrirlo supondría que no es leído y eso no es verdad. Es solo que al publicar El Primer Hombre, me dije, ‘esto va a ser horrible’, pero horrible desde el punto de vista de la crítica. No tengo miedo del público de Camus. Tengo miedo de lo que se escribirá en los periódicos. Sin embargo, hay indicaciones de que los intelectuales están regresando a Camus. La historia les ha dado razones para hacerlo, con la caída del comunismo. De hecho siempre fue el problema comunista el responsable de la oposición a Camus. Siempre fue sobretodo un asunto político, un tipo de malentendido. Camus había denunciado el gulag y los juicios de Stalin. Hoy podemos ver que él tenía razón. Decir que había campos de concentración en la Unión Soviética para la época era una blasfemia, algo muy serio. Hoy pensamos en la Unión Soviética con los campos en mente, pero antes no era permitido. A nadie le era permitido pensar eso o decir eso si era de izquierda. Camus siempre insistió en que el criterio histórico y el razonamiento histórico no eran las únicas cosas a tomar en cuenta, y que ellos no eran todos poderosos, que la historia siempre podía equivocarse con el hombre. Ahora empezamos a pensar así. R: ¿Piensa usted que el trabajo de Camus se está reivindicando, luego de ese período de aislamiento intelectual? RG: Todo depende del período. Justo después de la guerra, la liberación de 1945, Camus era bien conocido, muy querido por Sartre y todos los intelectuales de esa generación. Hay una entrevista de Sartre en Estados Unidos donde le preguntan por el futuro de la literatura francesa, y él replica que el próximo gran escritor del futuro es Camus. El tiempo pasa, e intervienen razones más políticas que literarias, y desde el día cuando Camus escribió El Rebelde, en 1955, empezó la ruptura, y todos, casi todos los intelectuales de izquierda le fueron hostiles. Como él ya era visto desfavorablemente por la derecha, se encontró completamente solo. Entonces, durante los ’80, aquellos que llamarías los filósofos jóvenes de Francia, tales como Bernard and Gluxman, señalaron que Camus había dicho cosas que nadie en la arena política quería oir. Dijeron que Camus tenía razón, no aquellos quienes habían patinado bajo la influencia de Sartre, es decir una devoción incondicional al comunismo, como se hace en la Unión Soviética. Y desde entonces la evaluación de Camus ha seguido modificándose hasta hoy. Los intelectuales coetáneos de Camus quienes anteriormente lo habían condenado ahora lo aprecian. Y en ese punto regresamos a la literatura, y se reconoce que él siempre fue un gran escritor. R:Esto nos lleva específicamente a la publicación de El Primer Hombre. ¿Cómo alterará este libro nuestra percepción del trabajo de Camus? CC: Debemos recordar que Camus no escribió siquiera un tercio de los que hubiera deseado. El Primer Hombre es su último trabajo póstumo. Pero de hecho, de cierta manera, es su primero, porque en el se encuentran las señales de sus compromisos, y también de la manera completa de escribir. Esta mezcla de austeridad y sensualidad, la voluntad de hablar por aquellos que no pueden hacerlo por si mismos. R: Hay momentos en sus cartas a Jean Grenier (el profesor de filosofía de Camus en Argelia, publicado en Selected Notebooks) cuando él se siente infeliz con su trabajo del Primer Hombre. Después de recibir su premio Nobel, ¿se sentía él presionado a producir su trabajo más importante? CC: Él no estaba escribiendo bajo la influencia del premio Nobel. Eso era algo externo para el artista que había en él. El premio Nobel viene de afuera, es un reconocimiento social de alguna manera. Pienso que un verdadero artista se maneja por sus necesidades interiores. No podemos hablar del libro que él quería escribir porque apenas tenemos su inicio. Había escrito muy poco del libro, pero necesitaba escribirlo. Me parece que si se mira el estilo de El Primer Hombre, este refleja mucho más lo que él era como hombre, lo retrata muy de cerca. R: ¿Obtendremos una noción más clara de sus ideas mediante El Primer Hombre? CC: Quizás no, porque está en un estado crudo. Pero, en esta condición uno ve más, sin ninguno de los artificios del arte, sin nada borrado. Es, quizás, a la vez, más verdadero. Pienso que él quería escribir algo para explicar quién era, y que tan diferente era de la época que le toco vivir. Él era visto por muchos como un moralista austero, pero fue en el futbol y el teatro que aprendió su ‘moralidad’. Es algo detectado, eso no pasará solo por el pensamiento. No podría. Él empezó a pensar a través de la sensación. No podía pensar nunca con artefactos o con modelos culturales porque no había ninguno. Por lo que es válido decir que su ‘moralidad’ era extremadamente ‘vivida’ hecha de cosas muy concretas. Nunca pasó por abstracciones. Es su propia experiencia, su manera de pensar. Hay quienes encontrarán atractivas sus nociones sobre el absurdo, y otros quienes estarán impresionados por el lado solar de su trabajo, acerca de Argelia, el calor y todo eso. R: Dado que El Primer Hombre tiene que ver con el nacimiento y la niñez de Camus en Argelia, parece extraño que la profunda conexión personal de Camus con la crisis nacionalista de Argelia tienda a ser pasada por alto en el retrato tradicional de él como escritor francés. ¿Piensa usted que Él Primer Hombre reenfatizará la importancia de Argelia en nuestra consideración de Camus? CC: Así lo espero. Camus nació en Argelia con nacionalidad francesa, y fue asimilado en la colonia francesa, aunque los colonialistas franceses lo rechazaron de manera absoluta debido a su pobreza. Políticamente, él estaba a favor de una federación, y efectivamente que como Suráfrica hoy (o como tratan de hacerlo) debería existir una población mezclada con iguales derechos, los mismos derechos para las poblaciones árabe y francesa, así como para las otras razas que coexistían. R: ¿Piensa usted que él se vio a si mismo como el primer miembro de una raza de insurgentes, debido a la ausencia de su padre y a la dualidad cultural de su crianza? CC: No a un nivel político. Él es El Primer Hombre porque es pobre, lo cual nunca ha sido importante para los seres humanos. Él conocía Argelia. Era un exilado de su país, pero vivía su lenguaje. Solitario y solidario. No es como aquellos quienes están exilados en un país donde el lenguaje no es el de ellos. Él no tenía muchas esperanzas de que las cosas funcionaran, pero lo deseaba. Argelia había alcanzado tal nivel de violencia y una vez que se llega a eso no hay espacio para la reflexión. Y no hay posición mediadora. Si se mira a Bosnia hoy, los croatas, bosnios y serbios, ellos han creado tanto horror que uno empieza a preguntarse como pueden vivir juntas esas personas, después de haber hecho lo que han hecho. La violencia ha alcanzado tal grado que todos el mundo vive con odio, no hay posibilidad de reflexión, ni posición mediadora. No hay nadie quien pueda decir ‘esta persona esta equivocada aquí y acertada aquí’, y que ‘uno esté acertado respecto a eso y equivocado respeto a esto’. Esto es lo que podría permitir a las poblaciones, o hasta dos seres humanos, vivir juntos. Solo resolveremos los problemas mediante la aceptación, y el enriquecimiento de nuestras diferencias. R: ¿Entonces Camus trató de vivir la paradoja de ser a la vez “solitario y solidario”? CC: Pienso que Camus se sentía muy solitario. Se puede ver en todos sus libros. El Extranjero no es Camus, pero en El Extranjero hay partes de Camus. Hay esa impresión de exilio. Pero su exilio no es específicamente en Paris o cualquier lado, sino en el mundo intelectual, debido a sus orígenes. Y ese es un exilio completo. Debido a su manera de sentir antes de pensar. Él está en un campo donde a menudo siente como si estuviese escapando. En cualquier caso, hay que saber lo que es la sangre. Todo tiene que ser racionalizado. El se siente exilado, solitario… EG: …Una cosa que es evidente es que Camus nunca podría ser un hombre ‘neutro’. Esto es debido a que se comprometía; mírese su participación física en la Resistencia. Asumió, ahí, en el combate contra el nazismo. Él siempre mantuvo un profundo compromiso, una real resistencia ante todo totalitarismo. Por ejemplo, a menudo se olvida que Camus era extremadamente hostil respecto al régimen de Franco, por completo. Él rechazó viajar a España, abandonó la UNESCO porque UNESCO aceptó a la España de Franco y le permitió un discurso. Camus era completamente intransigente, y eso no es neutralidad para nada. Es combate, es un hombre quien se involucra por si mismo, se compromete por si mismo. Por supuesto, no era un existencialista, pero si un hombre comprometido. Era un hombre de combate. Por algo dirigió el periódico de la Resistencia llamado Combate. R: ¿Qué hace su compromiso diferente del de los existencialistas? CC & RG al unísono: Él no era un existencialista RG: Siempre rechazó serlo. R: ¿Otro ejemplo de ser solitario y solidario, de ser gran amigo de Sartre pero permaneciendo alejado del credo existencialista? CC: Si, hoy, empezamos a ver como funciona esto. Pero usualmente es cuando recibes un golpe en la cara con estas cosas cuando empiezas a entenderlas. Todos tienen muchas esperanzas en una mejor humanidad, y muchos, incluyendo a Sartre, volvieron a la idea del comunismo en sus comienzos. La generosidad tenía un lugar en la esperanza de las personas. Pero Camus señala que tenemos que pasar por muchas cosas. Todo tiene que ser aceptado antes que pueda ser mejorado. Cuando le preguntaron a Sartre si viviría o no bajo un régimen comunista, dijo, “No, para otros está bien, pero para mí, no”. ¡Él dijo eso! Por lo que es difícil decir cuan intelectual es su postura. ¿Cómo puedes pensar que nunca en tu vida vivirías en un régimen comunista y aún decir que es bueno para todos? Algo muy difícil, pero Sartre lo manejó. Camus no; y hoy esto es con lo que estamos enfrentados, me refiero a lo que es pura ideología, a lo que no incide en el contexto humano. En economía es igual. La economía quería tomar en cuenta la teoría por encima del criterio humano, o el parámetro ‘hombre’. Y se termina otra vez golpeando la cabeza contra una pared, eso no funciona. No si se hace del hombre una abstracción. Por eso es que Camus está más vigente ahora, porque él dice ‘si, pero hay que tomar en cuenta al hombre’. Y eso es lo que es solidaridad. R: ¿Es El Primer Hombre entonces su ‘puente’ entre la experiencia y la filosofía? CC: Lo que los artículos que han sido escritos de El Primer Hombre proponen es humildad. La aceptación de estas contradicciones. Buscar una explicación es la muerte. La mentira es la muerte en Camus. Pore so es qué en la obra de Camus El Malentendido, el hijo muere asesinado por su hermana y su madre, porque mintió. Él nunca les dijo quién era. Ellas lo mataron porque no lo reconocieron. Pero Camus también dice que nada es verdad cuando implica exclusión. Desde ahí, eres obligado a aceptar las contradicciones si no quieres rechazar ciertas cosas obvias de la vida, ciertas evidencias. Si creas un sistema, y dices ‘aquí está la verdad’, en ese tipo de camino, entonces evacuarás todos los otros caminos y matarás la vida. Depende de cada individuo. No fue exactamente al establecimiento lo que él atacó. Él dijo, “si es bueno, debe ser el mejor. Su enfoque era ayudar a las personas a vivir. Eso es lo más importante. Pienso que para un artista lo más importante es tocar tantos corazones como sea posible. R: Al ser escrito para su madre, ¿Piensa usted que El Primer Hombre ofrece una imagen más clara de sus ideas acerca de la femineidad? CC: Es verdad que las mujeres aparecen muy poco en sus otros trabajos. Ellas tiene un lugar muy marginal. Pero efectivamente si hay más femineidad en El Primer Hombre, no solo en términos de mujeres sino estilísticamente, en sus elementos, las notas que escribió. Se puede ver una real historia de amor en el texto, una historia de amor en la niñez, la primera de Camus. Mersault (protagonista de El Extranjero) y Marie en realidad nunca tuvieron mucho. Está Dora en El Justo y otras en sus obras de teatro, pero no son bien conocidas. Pienso que para Camus su madre era más que solo eso. Ella es amor, amor absoluto. Por eso lo escribió para ella, dedicado a ‘ti quien nunca será capaz de leer de leer este libro’. Y el amor es muy importante en El Primer Hombre, en que Camus ama estas cosas que nunca escogió, ama la experiencia de su niñez de forma muy real. Su pobreza significó que no había nada más en lo que pudiesen pensar, sino en lo que comerían, en como se vestirían. No había espacio para otras cosas en su familia. Es difícil para otros imaginar la posición en la cual él se encontraba. No hay existencia imaginaria en sus vidas. Los intelectuales franceses son mayormente pequeños burgueses, y es dificil decir si eso hace más valioso el trabajo de Camus. Yo preferiría decir que es diferente. Necesariamente. Sus posiciones son sensoriales. Tan naturales, que aquellos intelectuales que no tienen esa experiencia tienen dificultad en comprenderlas. Pero pienso que eso hizo a Camus más tolerante porque él había visto ambos lados de las cosas cuando los otros habían visto solo uno. Ellos imaginan la pobreza, pero no saben lo que es. De hecho, ellos tienen una especie de mala consciencia acerca de las clases obreras. Es la perspectiva que nunca podrán adoptar, no de la forma como quiere Sartre, porque ellos no estaban familiarizados con esas clases. Ellos nunca podrían dirigirse a las clases trabajadoras. No saben lo que significa, y eso les da una mala consciencia de ello. Camus tiene una proximidad mayor con aquellos que viven la pobreza. R: ¿Y esta proximidad resulta de su humildad, la cual puede ser vista en las cartas al final de El Primer Hombre a Monsieur Germain, su viejo maestro de escuela? CC: Eso es debido a que su maestro en El Primer Hombre tiene un lugar importante. Camus nos muestra a este maestro exactamente como él era. El Primer Hombre es completamente autobiográfico. La madre que él describe es la mujer que conocí, y ella era exactamente como el la describe. Y este maestro existió de verdad. Pero esto es también para mostrar que las personas conceden mucha importancia a la celebridad, y Camus escribe su discurso de aceptación del premio Nobel para agradecer a su maestro. El reconocimiento y el agradecimiento existen. Esto es para mostrar que esto es lo que ha llegado de lo que su maestro hizo por él. Y también a través del mundo hay Monsieur Germains en todas partes. Por eso publiqué las cartas, para que él pudiera tener un lugar en el trabajo. Pero yo nunca podría actuar o pensar en nombre de lo que mi padre hubiera dicho o hecho. Él es un artista, él se considera un artista, y por eso asume la responsabilidad de hablar por aquellos quienes no tienen los medios o la oportunidad. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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