miércoles, 11 de julio de 2012

Episodios Olímpicos (XXXIII) Bernardo Piñango. Moscú 1980.

Antes de debutar el 23 de agosto de 1980 ante el nicaraguense Ernesto Alguera, el delegado León Hidalgo le recordó a Piñango que habían caído Nelson Trujillo, Armando Guevara, Elio Díaz y Antonio Esparragoza. “Eres nuestra última esperanza”. Conocía a su contrincante por un intercambio que realizó la selección nacional en Nicaragua. “En Moscú me confié y me tumbó en el primer round, luego me recuperé y lo envié a la lona en el mismo round. Los siguientes dos asaltos fueron de feroz intercambio. La decisión 4-1 me favoreció. Fue el combate más duro que tuve en los Juegos Olímpicos”. En esa pelea Bernardo se lastimó la mano derecha. El 27 de agosto enfrentó al finlandés Veli Koota y se impuso por descalificación. Aquí sufrió una partidura en la ceja izquierda producto de un cabezazo sin intención. Gracias a la intervención del médico Hernando Escobar, Piñango pudo seguir compitiendo. Escobar le practicó una pequeña cirugía en el arco superciliar izquierdo y le aplicó un camuflaje en el derecho, donde tenía una leve cortadura, así buscaba engañar a los supervisores de las peleas y los contrarios. Enfrentó al ugandés John Syriakibbe por la medalla de bronce. El africano dominó el asalto inicial, Piñango tenía temor por las heridas. En el segundo descargó todos sus recursos y noqueó al rival. “Luego de la pelea tuve que entrenar y darme baños de vapor para poder dar el peso porque estaba en el límite”. Dumitru Cipere de Rumania, fue el próximo oponente, venía de vencer al campeón mundial, el soviético Samson. Ángel Edecio Escobar y Eleazar Castillo aconsejaron a Piñango pelear de contragolpe debido a las lesiones y la calidad del rumano. Cipere nunca atacó, Piñango se le fue encima. Fueron tres rounds con Piñango a la caza de Cipere y este practicando la esgrima. En el segundo round Piñango fue a la lona. Se levantó y atacó con mucha continuidad, esto le valió que al terminar la refriega le levantaran la mano. Las condiciones físicas de Piñango eran muy precarias. Ante Juan Bautista Hernández en la pelea por la medalla de oro, se vio muy disminuido en sus condiciones físicas y Hernández lo lleno de impactos para llevarse el galardón dorado. Alfonso L. Tusa C.

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