viernes, 20 de noviembre de 2015
Australia recurre a perros ovejeros para salvar una colonia de pingüinos.
Austin Ramzynov. The New York Times. 03-11-2015.
“Masacrados”, leía el encabezado en el periódico local, solo una palabra, como si describiera un acto de guerra. Debajo de este había una fotografía de pingüinos y otros pájaros muertos, las últimas incidencias de la prolongada historia australiana de especies animales importadas en detrimento de la vida salvaje nativa.
Los zorros mataron 180 pingüinos en ese episodio particular, en octubre de 2004. Pero las incidentes en Middle Island, en Victoria State al sur de Australia, siguieron aumentando. Para 2005, la población de pingüinos de la pequeña isla, que alguna vez llegó a ser de 800, estaba por debajo de 10.
Hoy los números están de vuelta en los tres dígitos, y mucho del crédito se debe a un granjero criador de pollos conocido como Swampy Marsh y sus voluntariosos perros ovejeros.
“La autoridades no me escucharon hasta que quedaban solo seis pingüinos”, dijo Mr. Marsh, cuyo casi nunca usado nombre de pila es Allan. “Estaban desesperados”.
La simple solución del granjero, desplegar una particular manada territorial de perros ovejeros para ahuyentar a los zorros, se convirtió en leyenda local, en septiembre, mediante el argumento de una película australiana, “Oddball”, la cual ficcionalizó la historia y convirtió en héroe adorable a uno de los perros. Ahora la estrategia se aplica en Victoria en otros lugares de Victoria, con la esperanza de proteger otras especies autóctonas de predadores no nativos.
Docenas de especie mamíferas australianas se han extinguido desde que los colonos europeos comenzaron a llegar a finales del siglo 18, trajeron gatos, zorros y otros depredadores nuevos en el ecosistema. Un plan recientemente anunciado para enjaular millones de gatos silvestres, los cuales el gobierno dice que acechan a más de 100 especies en amenaza, llamó la atención sobre el problema mientras que enfureció a algunas celebridades que abogan por los derechos de los animales.
Pingüinos pequeños, los más diminutos de la especie, fueron una vez comunes a lo largo de la costa sur de Australia. Pero cuando los zorros rojos fueron importados para la caza deportiva en el siglo 19, ellos encontraron en los pequeños pájaros no voladores, una presa fácil. (Así lo hicieron también perros y gatos). Las colonias de pingüinos empezaron a desaparecer de la costa, razón por la cual la mayoría de ellos ahora se encuentra en las islas.
Middle Island, cercana a la ciudad de Warrnambool en Victoria, fue el hogar de una ensordecedora población de aves hasta finales de los años ’90 e inicios de los 2000, cuando los patrones de mareas y el incremento de la sedimentación empezaron a hacer accesible a la pequeña e inhabitada isla desde la costa, los zorros hacían su recorrido hasta allá, y los pingüinos ofrecieron poca resistencia.
Mr. Marsh, quien vive en Warrnambool, dijo que sabía como revertir esa tendencia tan pronto como oyó de ella. Un criador de pollos de rango libre, él había pasado muchas noches largas con un rifle tratando de mantener alejados a los zorros de sus chooks, como los australianos llaman a los pollos. Fue a mitad de una de esas noches que se le ocurrió una mejor solución.
“eran las tres de la madrugada, y los vecinos tenían un condenado perro, que ladraba y ladraba”, dijo él. “Yo estaba un poco lento en comprender lo que ocurría. Me tomó unas noches notar que estaba tratando de dispararle a los ladridos”.
Pronto, él había adquirido su propio cachorro ovejero Maremma. Nombrado por la región noroeste de Roma donde se originaron, los perros fueron desarrollados para proteger y vivir entre el ganado. Ellos desarrollaron un sentido de territorialidad y son vigilantes ante los intrusos, y amigables hacia las personas y animales familiares.
El primer Maremma de la granja, Ben, se hizo cargo rápidamente de su nueva tarea, asustar a uno de los intrusas hasta alejarlo de la granja y empujarlo hacia una carretera. “Fue aplastado”, dijo Mr. Marsh. “Era pizza de zorro”.
Cuando el clamor de Middle Island se hizo noticia, Mr. Marsh sugirió que los perros Maremma podían proteger a las aves, los cuales, razonó él, son simplemente “pollos con traje de cenar”.
En una asignación de clases, David Williams, estudiante universitario quien trabajaba en la granja de Mr. Marsh, escribió una propuesta para trasladar los perros a la isla, y después entregó una versión más formal en la agencia ambiental del estado. Per aun cuando la población de pingüinos seguía disminuyendo, el proceso de aprobación languidecía mientras el plan era vetado por solapar a las entidades del gobierno. “Hubo muchas conversaciones” dijo Mr. Williams.
Finalmente en 2006, el primer Maremma empezó a trabajar: Odball, una hija de Ben (y el nombre de la película nueva). Desde entonces, la población de pingüinos de Middle Island ha rebotado hasta 150, y ninguno ha desaparecido en las fauces de un zorro, dijo Mr. Williams, quien ahora trabaja para Zoos Victoria, el operador de tres zoológicos en el estado.
Los perros Maremma son autosuficientes; ellos pueden ser puestos a defender un pedazo de tierra por largos períodos de tiempo con un suplemento de comida y agua que saben administrar. Durante el verano, cuando los zorros representan el peligro más grande para los pingüinos de Middle Island debido a los patrones de marea que forman bancos de arena, los perros se quedan en la isla por varios días seguidos, vigilando a las aves desde un lugar elevado.
Entrenarlos para este trabajo implica introducirlos al olor distinto de los pingüinos. “Los pingüinos no huelen particularmente agradable”, dijo Peter Abbott, gerente de servicios de turismo para el Warrnambool City Council. “Ellos lucen bien parecidos, pero huelen a pescado muerto”. Gradualmente, los perros son enseñados a tratar a los pingüinos como cualquier otro tipo de ganado, a ser defendido y no asediado.
A pesar de su disminución en tierra firme australiana, los pingüinos pequeños no son considerados en amenaza o peligro. Pero el éxito del programa de Middle Island es significativo no solo por su pequeña población de pingüinos pequeños, sino también por el potencial de replicar el modelo con especies en mayor riesgo.
Zoos Victoria ahora trata de usar perros Maremma para reintroducir a los bosques a un pequeño animal parecido a un ratón de procedencia oriental, un marsupial no visto fuera de cautividad desde 2002. Varios intentos previos han fallado, pero Zoos Victoria, la cual se ha plegado a prevenir la extinción de cualquier vertebrado terrestre en Victoria, espera que los perros hagan la diferencia.
Una prueba de cinco años está en proceso, Mr. Williams está entrenando dos cachorros en un espacio abierto del zoológico de Werribee, un suburbio de Melbourne. Los cachorros aprenderán a vincularse con las ovejas, las cuales también estarán presente en los sitios de la prueba, y con los ratones marsupiales, los cuales son tímidas criaturas nocturnas, dijo Kimberly Polkinghorne, gerente de comunicaciones del zoológico de Werribee.
“De esta prueba depende el éxito del proyecto Middle Island”, dijo Ms. Polkinghorne. “Estamos muy emocionados acerca e su potencial no solo para ayudar a los ratones marsupiales, sino a otras especies también”.
En Middle Island, los sucesores de Oddball, Eudy y Tula (sus nombres vienen de la palabra Eudyptula, el género de los pingüinos pequeños), aún mantienen a raya a los zorros, pero a sus ocho años, están cerca del retiro. Los grupos locales que dirigen el proyecto recientemente recaudaron más de 18000 $ en línea para comprar y entrenar dos nuevos cachorros Maremma. El esfuerzo del fondo de recaudación recibió un apoyo de la película, un éxito de taquilla en Australia. “Oddball” dibuja a su héroe como una bestia que se mantiene a salvo del perrero local antes de encontrar la redención al salvar a los pingüinos.
Oddball, ahora de 14 años, está retirada y vive en la casa de Mr. Marsh. “Ella viene cuando quiere”, dijo él. “Ella no hace apariciones personales”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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