viernes, 16 de octubre de 2015
Diana Nyad: Por el libro.
The New York Times. 08-10-2015.
La nadadora de larga distancia y autora de la memoria “Find a Way” (“Encuentra una manera”) escondió su afición por la literatura alemana de su madre, quien vivió la ocupación nazi de Francia: “Ella amenazó con no volverme a hablar otra vez”.
¿Cuáles libros están normalmente en su mesa de noche?
Hay una rotación continua de memorias y estado del cosmos, pero el único libro que nunca se va de la mesa de noche es “501 Verbos Españoles”. Soy una firme creyente en imbuir el cerebro antes de dormir con algunos datos empíricos, permitiéndole al hemisferio izquierdo procesar esos verbos irregulares mientras se descansa, y por tanto te levantas más fluida que cuando te fuiste a dormir.
¿Cuáles géneros en especial disfruta leer? ¿Y cuales evita?
No soy una fanática de ciencia ficción. Si la historia está anclada en una proyección creible del futuro, tal vez. Pero usualmente no es mi preferencia. Amo una buena historia. ¿No lo hacemos todos? Arrellanarse en una silla de cuero usado de un club y pasar la primera página de “The Great Gatsby” o “Cutting for Stone” es trascender a un mundo de diálogo y giros inesperados y esencia de humanidad que se siente como estar en el cielo.
Pero el género que me ha cautivado toda mi vida es la astrofísica. Cuando era joven, era Carl Sagan. Ahora Stephen Hawking y Lawrence Krauss y Brian Greene, con su sustancial “The Elegant Universe”, me tiemplan. Los hechos básicos de nuestro universe, que antes de la Gran Explosión toda la energía y materia que conocemos existía, literalmente, en un espacio del tamaño de una millonésima de millonésima de una moneda, vuela la mente de uno. Me tomó cuatro meses leer “A Universe From Nothing” de Krauss, porque la mayoría de las oraciones requerían poner el libro hacia abajo e intentar descifrar lo que había leído.
¿Cuáles son sus libros deportivos favoritos?
Más recientemente, “The Boys in the Boat” me cautivó desde el principio hasta el final. Laura Hillenbrand, primero con “Seabiscuit” y luego con “Unbroken” toma la realidad del deporte y la aventura y la supervivencia a través de los giros y vueltas de un gran cuento de ficción. Yo corro para leer lo que sea que Hillenbrand pone sobre papel. De nuevo más en el espectro aventura-supervivencia, más que el deporte puro, un libro que me tocó profundamente en ese momento, en mi adolescencia, la historia se ha quedado conmigo todos estos años, es “Endurance”. Los dramas antárticos de Ernest Shackelton, junto aquellos de Robert Falcon Scott, son el rompeolas de mi imaginación.
¿Cuál fue el mejor libro que le recomendaron? ¿El mejor libro que recibió como regalo? ¿Hay un libro que a menudo le gusta obsequiar a otros?
Hace unos 20 años, un amigo me dio como regalo “New and Selected Poems” de la poetisa Mary Oliver. Desde entonces me he convertido en una meticulosa, para leer lenta y deliberadamente cada palabra de Oliver. En ese primer grupo de poemas que recibí está “The Summer Day”. Honestamente, nunca he oído un resumen de esta vida de nosotros mejor que las líneas de Oliver en ese poema: “Dime, ¿que piensas hacer/Con tu única, preciosa y salvaje vida?”
He usado estas líneas sin avergonzarme como una afirmación punzante, en persona y en mi escritura, y tiendo a dar los libros de poesía de Oliver como regalos, ilustrando en el recipiente para leer lo que yo he leído del genio de Oliver como: “No tienes que ser bueno. / No tienes que caminar de rodillas/ por cientos de millas en el desierto, arrepentido”. Siempre he econtrado a la poesía escurridiza, abstracta, oscura. Pero con Oliver, estoy satisfecha.
¿Quién es su héroe o heroína de ficción?
Fui arrollada en un tiempo por Hans Castorp en “The Magic Mountain”. Y Addie Bundren de “As I Lay Dying”. Y por la Odisea de Homero en su viaje épico. Pero mientras deseo leer más rápido para acceder a cientos de títulos, tiendo hacia la no ficción y encuentro que los héroes de la vida real de tales libros como “Into Thin Air” de Jon Krakauer no pueden ser igualados por los héroes ficcionales.
¿Qué tipo de lectora fue usted de niña? ¿Cuáles eran sus libros y autores favoritos?
Si alguna memoria de la niñez permanece intacta, es la de las tardes en la biblioteca. La quietud, a excepción del repiqueteo de los tacones de las damas en los pisos de piedra, la reverencia de tomar mi lugar en una silla de cuero frente a una gran mesa de caoba, era escalofriante. Elegiría “Las Aventuras de Huckleberry Finn” y me deslizaría por la prosa de Mark Twain durante toda la tarde, mis ojos escrutando las letras impresas como si bebiera una poción mágica. Ahora cuando viajo, la primera para de turista que hago en cada pueblo o ciudad es la biblioteca. Desde Praga a Ipswich, es la biblioteca la que informa que clase de lugar estás visitando.
¿Alguna vez se ha metido en problemas por leer un libro?
Mi madre era una francesa quien sufrió la ocupación nazi en Paris. Ella nunca superó su miedo a los nazis, lo cual desafortunadamente amplió en su mente el miedo hacia todos los alemanes, y todas las cosas alemanas. Lucy estaba de verdad muy enojada conmigo cuando, en los últimos años de la secundaria y la universidad, yo admiraba a Thomas Mann y harmenn Hesse y Rainer Maria Rilke. Ella amenazó con no hablarme nunca más, especialmente si persistía en estudiar el idioma alemán. Así que escondí el disfrute del lenguaje y la riqueza de la escritura de los alemanes de esa época de mi mamá.
¿Cuál libro que no haya sido escrito le gustaría leer?
Mi fantasía es la gran suma, libro a libro, desde cada campo de la ciencia. Aunque hay libros de esta naturaleza, me gustaría leer la palabra definitiva en antropología, la cronología de Homo sapiens a través de cada fase de nuestra evolución. El nuevo “Sapiens: A Brief history of Humankind” le llega cerca. Podría ser los misterios del cerebro ( de nuevo “The 3-Pound Univers” llega cerca) o el cosmos, me gustaría ver una serie comprensible, inteligente que capture todo lo que nos gustaría saber acerca de todas estas facetas de la vida humana y el universo que habitamos, que continuaremos habitando por lo menos un poco más.
¿Qué libro sentiste que te iba a gustar y no fue así?
Escogí “The Paris Wife” con grandes expectativas. ¿La intelectualidad de París en los años ’20? Ahora hay un ambiente de eso a mi alrededor. Pero no podía convivir con eso. Claramente, estoy en la minoría. Y tal vez no era la historia en sí, sino mi aversión por Ernest Hemingway. De nuevo, aún más en la minoría aquí, simplemente nunca admiré a Hemingway y solo terminé sus libros en mi juventud porque pensé que debía. Honestamente, pude haber dejado de lado “A Farewell to Arms”, “The Sun Also Rises” y más especialmente, “The Old Man and the Sea” en cualquier punto antes de la última página.
Es anfitriona de una cena literaria ¿Cuáles tres escritores son invitados?
Bien, asumiré que son escritores de mi época. Supongo que una noche con provocadores extraños sería más divertida. Dorothy Parker. Mark Twain. Oscar Wilde.
Si tuviera que nombrar un libro que la convirtió en quien es usted hoy, ¿Cuál sería?
En la universidad leí “À la Recherche du Temps Perdu” en francés. En iglés fue llamado “Remenbrance of Things Past” (“Remembranza de Cosas Pasadas”) pero luego, más acertadamente, fue cambiado a “In Search of Lost Time” (“En busca del tiempo perdido”). No eran tanto las historias lo que me impactaba. Era la inmensa naturaleza del trabajo, algunas 4000 páginas, 2000 personajes, escritos en más de 13 años. Me llevó dos años asimilarlo.
Había temas, las famosas galletas madeleine develaban memorias sinestésicas, que me impresionaban. Pero leí la obra maestra de Proust en un momento formativo, cuando estaba descubriendo que simplemente no era una persona sutil y retraída. Pienso en grande. La épica es lo que me llama la atención, y el trabajo épico de Proust me impresionó profundamente. Hasta su nombre, Valentin Louis Georges Eugène Marcel Proust, es épico. En varias ocasiones de Halloween me presenté como Proust e insistí en que todos me llamaran por mi nombre completo proustiano. A menudo he dicho de proyectos a través de los años, cuando estos eran ambiciosos, altamente imprácticos, ideas improbables, que “este es mi ‘À la Recherche du Temps Perdu.’ ”
¿De cuales libros se avergüenza por no haberlos leido?
Me duele admitir el vacío que es mi lectura de ficción moderna. Todos mis amigos me recomiendan título tras título, y aún así mi experiencia con la ficción actual es cercana a la nulidad. He leído solo muy poco el último par de décadas. “A Confederacy of Dunces”, por cierto. Leo los clásicos de vez en cuando. La mayoría de los clásicos, hasta la mitad del siglo 20, digamos hasta Flannery O’Connor. Pero me he dedicado casi exclusivamente a la no ficción y por lo tanto me estoy perdiendo de la pléyade de escritores talentosos de la actualidad. Yo leo muy lentamente, enunciando cada sílaba como si leyera en Broadway en voz alta. Si solo pudiera leer más, más, más.
¿Qué es lo próximo que piensa leer?
Mientras leo exclusivamente memorias al escribir la mía, ahora estoy empezando con libros acerca de caminatas, como preparación para la prueba de campo traviesa EverWalk, 2016. Bonnie Stoll, mi mejor amiga y principal asesora de mi natación con snorkel, y yo vamos a caminar desde Los Angeles hasta Washington D.C., y vamos a conseguir que se nos una un millón de personas, una misión para revertir el estilo sedentario de los estadounidenses. En mi lista de libros por leer, en este momento aparece “Wanderlust”, una historia acerca de caminar, regresar a nuestra evolución anatómica hasta pararnos de pie, y una visión poética de nuestra naturaleza cálida mientras nos desplazamos, de Henry David Thoreau, llamada “Caminar”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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