martes, 13 de octubre de 2015
Svetlana Alexievich, La voz Bielorrusa de los Sobrevivientes, gana el premio Nobel de literatura.
Alexandra Alter. The New York Times. 08-10-2015.
Sara Danius, la secretaria permanente de la Academia Sueca, anunció este jueves que el premio Nobel de literatura 2015 fue concedido a la escritora bielorrusa Svetlana Alexeievich.
Svetlana Alexievich, una periodista y escritora de prosa bielorrusa conocida por sus trabajos de profunda investigación acerca de las soldados rusas en la segunda guerra mundial y luego del desastre nuclear de Chernobyl, ganó el premio Nobel de literatura este jueves “por sus trabajos polifónicos, un monumento al sufrimiento y el coraje en nuestro tiempo” anunció la Academia Sueca.
Ms. Alexievich, 67, es la décimocuarta mujer que gana el premio de literatura, y una de pocos laureados en ser reconocidos por no ficción. Mientras el comité Nobel ocasionalmente ha concedido el premio a filósofos e historiadores, incluyendo a Bertrand Russell y Winston Churchill, ha pasado más de medio siglo desde que un dedicado escritor de no ficción ganara lo que muchos reconocen como el premio de literatura más prestigioso.
La selección de Ms. Alexievich fue considerada como correctivo a una vieja deuda, y como punto cumbre para el periodismo así como para el arte literario. Al colocar el trabajo de ella al lado del de esos gigantes literarios internacionales como Gabriel García Márquez, Albert Camus, Alice Munro y Toni Morrison, el comité Nobel ha suavizado a un género que a menudo es visto como un vehículo de información más que como artilugio estético.
Los trabajos de Ms. Alexievich, se mueven entre memorias colectivas e individuales, posiciones que dividen.
“Es un logro real no solo en lo material sino también en la forma”, dijo Sara Danius, la secretaria permanente de la Academia Sueca, agregando que el trabajo de Ms. Alexievich apunta a “una historia de emociones, una historia del alma, si se quiere”.
Las historias que cuenta Ms. Alexievich son dibujadas desde hechos históricos e historias orales, pero tienen una calidad lírica y un estilo y perspectiva distintos. Ella es mejor conocida por darle voz a las mujeres y hombres a través de eventos importantes como la ocupación soviética de Afganistán entre 1979 y 1989 y el desastre nuclear de Chernobyl de 1986, en el cual su hermana resultó muerta y su madre ciega.
“Lo que ella hace tiene mucho de arte”, dijo Philip Gourevitch, un escritor del The New Yorker quien ha conminado a los jueces del Nobel a reconocer la no ficción como literatura. “Ella tiene una voz que se desplaza a través de su trabajo que es mucho más que la suma de las voces que ha coleccionado”.
Muchos de sus libros están conformados por historias orales detalladas. Quizás su trabajo más aclamado es “War’s Unwomanly Face” (“El Rostro Desfeminizado de la Guerra”), 1988, basado en entrevistas con cientos de mujeres quienes participaron en la segunda guerra mundial. El libro es el primero de una serie, “Voces de Utopia”, que dibujó la vida en la Unión Soviética desde el punto de vista de los ciudadanos ordinarios.
Ms. Alexievich ha dicho que su práctica de mezclar el periodismo y chispazos literarios fue inspirada por la tradición rusa de contar historias orales.
“Decidí coleccionar las voces de la calle, el material que yacía a mi alrededor”, dijo ella en una entrevista publicada en la página web de Dalkey Archive Press, la cual publicó su libro “Voices From Chernobyl: The Oral History of a Nuclear Disaster” en inglés. “Cada persona ofrece un texto de si”.
El trabajo de Ms. Alexievich encaja en una larga tradición literaria de narrativa de no ficción profundamente reportada, escrita con el estilo y el ritmo de una novela. Los practicantes incluye a luminarias como Truman Capote, Norman Mailer y Joan Didion y, mas recientemente, a escritores como Katharine Boo y Adrian Nicole LeBlanc. Los aficionados de los libros de Ms. Alexievich dicen que su calidad literaria los ayuda a trascender las particulares circunstancias históricas que ella está explorando, prestando un elemento de universalidad a sus historias.
“Si esto fuera pura literatura, más que esta mezcla de no ficción y ficción que ella trabaja tan bien, ella merecería obtener este premio porque ella está profundamente enraizada con la humanidad y el sufrimiento”, dijo John O’Brien, el editor de Dalkey Archive Press.
En una declaración publicada por su agente, Ms. Alexievich dijo que estaba “muy feliz” pero también afectada por la presión que llega con tal distinción.
“La parte más grande de mi camino ha sido transitada, pero aún queda mucho trabajo delante de mí”, dijo ella. “Ahora no me puedo dejar caer”.
El premio Nobel de literatura es otorgado en reconocimiento al cuerpo entero de trabajo de un escritor más que a un título en particular. Mientras el premio ha sido concedido a través de los años a gigantes literarios internacionales, la década pasada ha visto a la academia entregarlo regularmente a escritores europeos no leidos en inglés con amplitud, incluyendo al novelista francés J. M. G. Le Clézio (2008), la escritora rumana-alemana Herta Muller (2009), el poeta y traductor sueco Tomas Transtromer (2011) y el novelista francés Patrick Modiano (2014). Rendir honores a Ms. Alexievich continúa ese patrón, aunque como periodista, ella se diferencia de laureados recientes.
Nacida de padre bielorruso y madre ucraniana en lo que es ahora Ivano-Frankivsk, Ucrania, Ms. Alexeievich estudió periodismo en la universidad, y luego de graduarse, trabajó en un periódico en Brest, cerca de la frontera polaca. Después, ella empezó a investigar acerca de una forma literaria que le permitiera capturar las vidas y voces de los individuos en el centro de eventos históricos. Ella gravitó hacia la historia oral, la cual le permitió adoptar las voces de su tema como un camaleón y reflexionar sobre un diverso rango de experiencias.
“He estado investigando sobre el género que sería más adecuado para mi visión del mundo y así traducir como mi oído oye y como mis ojos ven la vida”, escribió ella en su página web. “Traté esto y aquello y finalmente escogí un género donde las voces humanas hablan por sí solas”.
Ella añadió, “Pero yo no solo registro una historia seca de eventos y hechos, escribo una historia de sentimientos humanos”.
Ms. Alexeievich a menudo toma riesgos al referirse a elementos contenciosos de la historia soviética y retar la narrativa oficial.
“Ella fue catalogada de traidora y apátrida”, dijo Gerald Howard, el editor ejecutivo de Doubleday. Él publicó el libro de Ms. Alexievich “Zinky Boys: Soviet Voices From a Forgotten War”, acerca de la ocupación soviética de Afganistán y el trauma experimentado por los soldados rusos y sus familias, cuando él fue editor principal en W. W. Norton. El título se refiere a las urnas de cinc en las cuales fueron enviados a casa los soldados rusos muertos. “Ella fue condenada en todo el territorio por este libro”, dijo él, “y ella no se retractó ni un segundo”.
Debido a su posición crítica hacia el gobierno de Bielorrusia, una antigua república soviética, Ms. Alexievich ha vivido periódicamente en el exterior, en Italia, Francia, Alemania y Suecia, entre otros lugares. Sin embargo ha vivido en Minsk, la capital de Bielorrusia, buena parte de su vida adulta. En una entrevista de 2013 para la televisión alemana, ella dijo que esperaba que la atención internacional le diera “un grado de protección” en Bielorrusia, donde la libertad de prensa está bajo constante amenaza.
Aún así, ella dijo que solo podía escribir en Bielorrusia, “donde puedo oir de que habla la gente en las calles, en los café o en la vecindad”.
Mientras ella ha desarrollado una audiencia global a través de los años, en la actualidad solo tres de sus libros están disponibles en inglés, aunque hay más traducciones en curso. En Estados Unidos, Ms. Alexievih es conocida mejor por la historia oral “Voices From Chernobyl”, la caul fue publicada en 2005. El libro, el cual ganó el National Book Critics Award, es una compilación de entrevistas con sobrevivientes del accidente del reactor nuclear. Ella pasó diez años visitando la zona de Chernobyl y realizó más de 500 entrevistas.
Su libro más reciente, “Second-Hand Time” (Tiempo de Segunda-Mano”), el cual fue publicado en 2013 y en la actualidad está siendo traducido al inglés, es su trabajo más grande y ambicioso, otro esfuerzo de historia oral basado en cientos de entrevistas con rusos quienes vivieron la caída de la Unión Soviética, desde inicios de los años 1990 hasta 2012.
El alcance y consistencia de su proyecto es único, el inmenso número de personas cuyas historias ella ha sido capaz de registrar”, dijo en un correo electrónico el escritor Keith Gessen, quien tradujo su libro acerca de Chernobyl al inglés. “Y como con muchos trabajos literarios verdaderamente ingeniosos, una reacción que las personas pueden tener es, ‘¡Eso no es tan difícil! ¡Yo pude haber hecho eso!¡ Lo cual es verdad, excepto que nadie mas lo hizo”.
Alguien observa un mensaje político obvio en la decisión del comité Nobel. El premio de Ms. Alexievich llega en un momento cuando Rusia una vez más está ejercitando sus músculos militares, en Ucrania y en Siria. Al escoger a Ms. Alexievich, el comité sueco continuó una larga tradición de usar el premio para fustigar a las autoridades soviéticas y ahora post-soviéticas.
De los cinco Premios Nobel de Literatura previos concedidos a autores que escribían ruso, solo Mikhail Sholokhov estaba en suficientes buenos términos con el gobierno para recibir su galardón y seguir siendo residente de la Unión Soviética. Los otros, Ivan Bunin, Boris Pasternak, Aleksandr I. Solzhenitsyn y Joseph Brodsky, o recibieron el premio en el exilio, o les fue negada la visa para asistir a la ceremonia de Estocolmo.
Este jueves, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr G. Lukashenko, quien ha sido un blanco frecuente de la escritura de Ms. Alexievich, ofreció una tersa nota de felicitación.
En una conferencia de prensa después que su premio fue anunciado, Ms. Alexeievich señaló las acciones de Rusia en Ucrania como “ocupación”. El vocero del Presidente de Rusia,Vladimir V. Putin; Dmitri S. Peskov, desconoció la crítica de Ms. Alexievich sobre la agresión militar rusa. “Aparentemente, Svetlana no tiene suficiente información para ofrecer una evaluación clara de lo que está ocurriendo en Ucrania”, dijo Mr. Peskov, de acuerdo a Interfax.
Algunos escritores disidentes en Rusia tomaron su selección como una señal de ánimo de que los escritores de oposición estaban siendo escuchados.
Oleg Kashin, un periodista ruso de oposición quien fue golpeado tan severamente por asaltantes debido a su trabajo que los médicos tuvieron que amputarle un dedo, escribió que el premio amplificaría el criticismo de Ms. Alexievich al autoritarismo post-soviético y, en particular, al gobierno de Mr. Putin.
“Aparece una persona, cuya voz suena indudablemente más alto, que la voz de cualquier ruso”, escribió Mr. Kashin en Slon, un portal de noticias ruso. “Solo Vladimir Putin puede competir con un premio Nobel en el contexto de los medios mundiales, pero entonces, tal competición será una de pérdida para Putin. Putin dirá ‘si’ y el premio Nobel dirá ‘no’ y esa será la última palabra”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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