lunes, 17 de agosto de 2015

Chantal Akerman toma el camino emocional en su película sobre ‘Maman’.

Nicolas Rapold. 05-08-2015. The New York Times. A los 25 años de edad, la cineasta belga Chantal Akerman hizo un trabajo distintivo de más de tres horas con su película de 1975 donde hace la crónica de las rutinas obsesivas de una esposa ama de casa. Pero eso apenas fue el comienzo. En las décadas siguientes, Ms. Akerman fue pionera de un cine de observación paciente a través de largas tomas, creo películas de ensayo de manera que atrajeron legiones de imitadores, hizo un musical o dos, realizó mediciones reflexivas de la frontera Estados Unidos-México y del bloque Oriental, diseñó instalaciones de video para grandes galerías, y filmó una película sobre chistes judíos. Pero su proyecto más reciente, “No Home Movie” una visita íntima y extensa a su madre, quién falleció a la edad de 86 años, en abril de 2014, que la llevó a lugares donde no había esperado ir. “Pienso que si hubiese sabido que esto iba a terminar así, no hubiera insistido en hacerlo”, dijo Ms. Akerman de la experiencia emocional en una entrevista telefónica la semana pasada. El lunes, “No Home Movie” tendrá su estreno mundial en la competencia internacional del Festival de Cine de Locarno, Suiza, y marca un nuevo trabajo como directora para Ms. Akerman quien tiene 65 años. Ella filmó la película en el apartamento de Bruselas de su madre, Natalia (Nelly) Akerman, con imágenes adicionales de viajes a Israel. Cándida y muy sentida, principalmente consiste de conversaciones, ya sea en persona en una cocina ordenada o a distancia por Skype, y serenas observaciones de “Maman” desde sus labores. Las crónicas cotidianas y las conversaciones de amplio rango juntas ofrecen una visión de la vida diaria de su madre y páginas desde una historia personal que llega tan lejos como a su tiempo en Auschwitz. Realizada en varios meses, “No Home Movie” es un retrato agradable de la cercanía entre madre e hija y del irreprimible amor maternal, pero también, a medida que la salud de su madre se deteriora, una estimación de la mortalidad. “La mayoría de mis películas tocaban a las personas pero no de esta forma tan directa”, dijo Ms. Akerman. “Ellas eran más implosivas que explosivas. No pienso que pueda regresar a hacer el tipo de cosas que hice antes”. “No Home Movie” se une a una filmografía que ha dejado honda huella en el cine de vanguardia, reconocida más recientemente por una retrospectiva casi completa en el Institute of Contemporary Arts en Londres (en curso hasta el 1 de octubre), extensivas restauraciones del Royal Belgian Film Archive, y un nuevo documental sobre ella, también exhibido en Locarno. Su aclamación de la crítica es afirmada por varias instancias desde los críticos principales como J. Hoberman, estudios académicos con longitud de un libro, un lugar en el “Sight & Sound” de las mejores películas, y las ediciones Criterion Collection DVD. La obra maestra de Ms. Akerman de 1975 “Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles” muestra una gran sombra con su meticulosa, distanciada observación, encuentra belleza en la banalidad pero también expresando una fiera angustia. Su trabajo pionero de no ficción y ensayo encauza la memoria y el desplazamiento con lo que podría llamarse una claridad ambigua y, siempre, un cariñoso sentido de la composición, el color y la presencia del lugar. El fermento cinemático e ideológico de los años ’70 fue crucial para Ms. Akerman, quien pasó un tiempo de formación en Nueva York, el tema de su estudio epistolar de 1977 “News from Home”, y de trabajo absorbido por los cineastas de vanguardia. Los experiemntos de las décadas por venir fueron todos propios de ella, desde el musical y los pastiches de drama y ritmo de los ’80 (“Tout Une Nuit”, “Golden Eighties”), a través de sus viajes por la Europa Oriental post-comunista (la travesía “D’Est”), Israel (Là-bas”), América del Sur (“Sud”) y donde fuera. Tambien dirigió dos retadoras adaptaciones de novelas: la magnífica, sensual “La Captive” de Proust; y su más reciente película, “Almayer’s Folly”, una saturnina reestructuración de la primera novela de Joseph Conrad, filmada en Camboya. Con “No Home Movie”, los temas de desplazamiento que drenan a través de su trabajo finalmente llegan a su destino. “Aún si tengo un hogar en Paris y algunas veces en Nueva York, donde quiera que estuviera diciendo que tengo que ir a casa, significaba que iba con mi madre”, dijo Ms. Akerman con los tonos profundos de sobrevoz familiar y monólogos que definen muchas de sus películas. “Y no hay más hogar, porque ella no está ahí, y cuando yo fui la última vez, la casa estaba vacía”. “No Home Movie” es un testamento especialmente conmovedor debido a la devastadora historia que yace enterrada en el pasado de su madre, Durante la segunda guerra mundial, luego de huir a Bélgica desde Polonia, Nelly Akerman fue enviada a Auschwitz; su esposo fue escondido en Bruselas, pero otros familiares murieron. El trauma dejó choques de ansiedad a través de la obra de la cineasta, a menudo expresados de manera oblícua. En la película más nueva (cuyo título refleja el descalabro y la devastación causados por el holocausto) Chantal Akerman trata de encauzar el tema de frente, pero la reticencia de su madre es contundente. “Ella nunca quiso hablar de Auschwitz”, dijo Chantal Akerman. “Una vez le pedí que me contara más, y ella dijo, ‘No, me volvería loca’. Así que hablábamos alrededor de ese momento, o antes, o después, pero del propio momento, nunca. No directamente”. En su lugar, en la película Ms. Akerman y su madre abarcan una variedad de tópicos grandes y pequeños: anécdotas familiares, historias de un amorío secreto, remembranzas de los días escolares, el cambiante lugar del judaísmo en sus vidas, y si la carne de la cena sabe bien. Es un ir y venir entretenido, con Chantal Akerman tomando soplos de dinamismo una y otra vez; su madre solo pierde su postura para soltar cumplidos. “Había mucho amor de parte de ella, y yo no estaba consciente de eso”, dijo Ms. Akerman. Se refería a la indisposición de su madre a dejar que una conversación de larga distancia se hiciera cercana, dijo Ms. Akerman, “Yo sabía que ella me amaba, pero cuando veo ese momento de Skype, es como si realmente hubiese un amorío entre las dos”. “No Home Movie” muestra a madre e hija más cercanas en pantalla de los que habían estado en trabajos pasados, aunque gravita la separación final de la muerte. Al encontrar la técnica fresca para expresar las circunstancias, Ms. Akerman emplea un trabajo de cámara sostenida con las manos, en vez de un trípode, ella dejaba su pequeña cámara en mesas y otras superficies, como “otro tipo de mueble”, y hasta usa un Blackberry para ambientar fotos de Israel. Los momentos más audaces podría ser el inicio de la película: casi cuatro minutos de toma de un árbol estremecido por el viento, una metáfora de fortaleza. El resultado de 40 horas de trabajo, “No Home Movie”, que tiene 115 minutos de duración, hace su debut en un festival cuyas ambiciosas selecciones a menudo tienen una deuda estilística con el trabajo del director. En su última película, Ms. Akerman sale hacia adelante otra vez. Y lejos de crear una elegía segura y estática, ella ha encontrado “un pasaje hacia algo más”, como ella deja ver, en lo que suena como términos cinemáticos y emocionales. “No estaba de duelo cuando estaba haciendo eso”, dice ella del proceso de editar la película y las muchas imágenes de su madre. “Fue todo lo contrario: Yo estaba viviendo, no en duelo”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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