miércoles, 12 de agosto de 2015

Stephen King, El Arte de la Ficción No. 189

Entrevistado por Christopher Lehmann-Haupt y Nathaniel Rich. Stephen King comenzó esta entrevista en el verano de 2001, dos años después de ser arrollado por una minivan caminando cerca de su casa en Center Lovell, Maine. Tuvo suerte de haber sobrevivido el accidente, en el cual sufrió laceraciones profundas, un pulmón derecho colapsado, y múltiples fracturas en su cadera y pierna derechas. Tres kilos de metal que habían sido implantados en el cuerpo de King durante la cirugía inicial fueron removidos poco antes de que el autor hablara a The Paris Review, y todavía tenía un dolor constante. El ortopedista encontró todo ese tejido infectado y esa carne maltratada”, dijo King. “Las vejigas de líquido sinovial sobresalían hacia afuera, como ojos pequeños”. La entrevista se realizó en Boston, donde King, un ávido aficionado de los Medias Rojas, se había residenciado temporalmente para ver a su equipo pelear por el banderín. Aunque aún estaba frágil, estaba de vuelta a escribir todos los días, y en las noches se llevaba el manuscrito a Fenway Park para editarlo entre innings y durante los cambios de pitchers. Una segunda sesión de la entrevista con King se efectuó a principios de este año en su casa de invierno en Florida, la cual está a una cómoda distancia para llegar en carro al campamento primaveral de los Medias Rojas en Fort Myers. La casa descansa al final de un cayo arenoso, y luce, por virtud de un techo alto, como un velero volteado. Era una mañana caliente y soleada, King estaba sentado en las escaleras del frente en blue jeans, zapatos blancos, y una franela de salsa picante Tabasco, leía el periódico local. El día anterior, el mismo periódico había publicado en la sección de negocios la dirección de su casa, y los seguidores habían estado merodeando toda la mañana para darle un vistazo al famoso autor. “La gente olvida”, dijo él, “que soy una persona real”. King nació el 21 de septiembre de 1947, en Portland, Maine. Su padre abandonó la familia cuando King era muy pequeño, y su madre se mudó alrededor del país antes de regresar a Maine, esta vez al pequeño pueblo de Durham. La primera historia que King publicó, “I was a Teenage Grave Robber”, apareció en 1965 en una revista de aficionados llamada Comics Review. En ese tiempo él recibió una beca para asistir a la University of Maine en Orono, donde conoció a su esposa, Tabitha, una novelista con quien tiene tres hijos y con quien sigue casado. Por varios años tuvo dificultades para mantener a su familia, lavaba la lencería de un motel en la lavandería, enseñaba inglés en la escuela secundaria, y ocasionalmente vendía sus cuentos a revistas para hombres. Entonces, en 1973, vendió su novela Carrie, la cual rápidamente se convirtió en un éxito de ventas. Desde entonces, King ha vendido más de trescientos millones de libros. Además de las 43 novelas, King ha escrito ocho colecciones de cuentos, once guiones, y dos libros sobre el arte de escribir, y él es co-autor con Stewart O’Nan de Faithful, un recuento día a día de la temporada de campeonato de los Medias Rojas en 2004. Virtualmente todas sus novelas y la mayoría de sus cuentos han sido adaptados para el cine y la televisión. Aunque él fue despreciado por los críticos en buena parte de su carrera, un resumen del New York Times llamó a King “un escritor de fácil compromiso y lenguaje poco sincero”, su escritura ha recibido gran reconocimiento en años recientes, y en 2003 ganó la Medalla por Contribución Distinguida a American Letters de la National Book Foundation. King también ha sido homenajeado por sus devotos esfuerzos por promover el trabajo de otros autores. En 1997 recibió el premio Writers for Writers de la revista Poets & Writers, y recientemente fue seleccionado para editar la versión de 2007 de Best American Short Stories. En persona, King tiene una actitud graciosa, divertida y sincera y habla con gran entusiasmo y candor.. También es un anfitrión generoso. A mitad de la entrevista nos sirvió almuerzo: pollo asado, el cual procedió a despresar con un asustante cuchillo amolado, ensalada de papas, coles, ensalada de macarrones, y de postre, pastel de limón. Cunado se le preguntó en que trabajaba actualmente, se levantó i dirigió la mirada hacia la playa que está a lo largo de su propiedad. Explicó que otras dos casas habían estado alguna vez al final del cayo. Una de ellas colapsó durante una tormenta hacía cinco años, y pedazos de paredes muebles y efectos personales todavía aparecen con la marea alta. King está preparando su próxima novela con la otra casa. Todavía está en pie, aunque está abandonada e indudablemente, visitada por fantasmas. Entrevistador: ¿Cuántos años tenía cuando empezó a escribir? Stephen King: Créalo o no, tenía como seis o siete años, copiaba los parlamentos de las historietas cómicas y luego hacía mis propias historias. Puedo recordar quedarme en casa en vez de ir a la escuela por amigdalitis y escribir historias en cama para pasar el tiempo. Las películas también fueron una gran influencia. Me gustaron las películas desde el principio. Puedo recordar a mi madre llevándome a Radio City Music Hall para ver Bambi. Caramba, el tamaño del lugar, y el incendio forestal de la película, me causaron gran impresión. Cuando empecé a escribir, tenía la tendencia de escribir en imágenes porque eso era lo que conocía para ese momento. Entrevistador: ¿Cuándo empezó a leer ficción para adultos? King: Probablemente en 1959, después que regresamos a Maine. Debí haber tenido doce años, e iba a esa pequeña escuela de una habitación en la parte superior de la calle donde estaba mi casa. Todos los grados se dictaban en una habitación, y había un excusado en la parte trasera, el cual apestaba. No había biblioteca en el pueblo, pero cada semana el estado enviaba una van verde grande llamada el bibliomóvil y a ellos no les importaba que libros llevabas, no tenías que llevarte libros de niños. Hasta entonces lo que había leído era Nancy Drew, los Hardy Boys, y cosas como esas. Los primeros libros que llevé fueron estas novelas de Ed McBain 87th Precinct. En la que leí primero, lo policías interrogan a una mujer en este apartamento residencial y ella esta parada ahí en dormilona. Los policías le dicen que se ponga algo de ropa, y ella se agarra su pecho a través de la dormilona y lo aprieta hacia ellos y dice, “¡Directo a tus ojos, policía!”. Y yo dije, ¡Mierda! Inmediatamente algo hizo click en mi cabeza. Pensé, eso es real, eso pudo pasar en la realidad. Ese fue el final de los Hardy Boys. Ese fue el fin de toda la ficción juvenil para mí. Fue como, ¡Nos vemos! Entrevistador: Pero usted no leía ficción popular exclusivamente. King: No sabía lo quera ficción popular, y nadie me lo dijo en ese momento. Leía un amplio rango de libros. Leí The Call of the Wild (La Llamada de la Selva) y The Sea-Wolf (El Lobo de Mar) una semana, y luego Peyton Place la próxima semana, y una semana más tarde The Man in the Gray Flannel Suit. Caulquier cosa que me viniera a la mente, cualquier cosa que llegara a mis manos, la leía. Cuando leí The Sea-Wolf, no entendía que era una crítica de Jack London hacia Nietzsche, y cuando leí McTeague, no sabía que era naturalismo, que era Frank Norris diciendo, nunca puedes ganar, el sistema siempre te vence. Pero los entendía a otro nivel. Cuando leí Tess de los d’Urbervilles, me dije dos cosas. Número uno, si ella no se despertó cuando ese tipo la fornicó, debió haber estado bien dormida. Y número dos, una mujer no podría escapar de un momento así. Esa fue mi introducción al tema de las mujeres. Me gustí mucho ese libro, por eso leí mucho de Hardy. Pero cuando leí Jude the Obscure, eso fue el fin de mi fase Hardy. Pensé, esto es ridículo. La vida de nadie es así de mala. Dame un descanso ¿sabes? Entrevistador: En On Writing (Acerca de escribir), usted menciona como la idea de su primera novela, Carrie, llegó a usted cuando conectó dos temas no relacionados: crueldad adolescente y telekinesia. ¿Son tales conexiones extrañas siempre un punto de partida para usted? King: Si, eso ha ocurrido mucho. Cuando escribí Cujo, sobre un perro rabioso, yo tenía dificultades con mi motocicleta, y oi de un lugar donde podía repararla. Vivíamos en Bridgton, Maine, el cual es un pueblo tipo resort, una comunidad lacustre en la parte occidental del estado, pero hacia la parte norte de Bridgton, es realmente territorio rústico. Hay muchos granjeros trabajando por su cuenta al viejo estilo. El mecánico tenía una casa de campo y una tienda automotriz al otro lado de la vía. Llevé mi motocicleta allí, y cuando la llevé al patio, se apagó completamente. Y el San Bernardo más grande que haya visto salió de ese garaje, y vino hacia mí. Esos perros lucen horribles de cualquier manera, particularmente en verano. Ellos tienen baba en los belfos, y tienen ojos inquietos. No parece que estuviesen bien. Él empezó a gruñir, desde su garganta: arrrrrrgggggghhhhh. En ese momento yo pesaba como ciento diez kilos, por lo que superaba al perro por tal vez unos cinco kilos. El mecánico salió del garaje y me dijo, Ah, ese es Bowser, o cualquiera que haya sido el nombre del perro. No era Cujo. Dijo, no te preocupes por él. Le hace eso a todos. Entonces estiré mi mano hacia el perro, y el perro intentó morderme. El tipo tenía una de esas llaves de cruz en sus manos, y la asestó sobre los cuartos traseros del perro. Una llave de acero. Eso sonó como un tubo metálico golpeando una alfombra. El perro se quejó una vez y se sentó. Y el tipo me dijo algo como, Bowser usualmente no hace esto, a él no le debe haber gustado tu cara. Es mi culpa. Recuerdo cuan asustado estaba porque no había lugar donde esconderse. Yo estaba sobre mi moto pero esta no funcionaba, y no podía escapar de él. Si el hombre no hubiese estado ahí con la llave de cruz y el perro me hubiera atacado…Pero eso no era una historia, era solo una parte de algo. Un par de semanas después yo estaba pensando en el Ford Pinto que teníamos mi esposa y yo. Era el primer carro nuevo que teníamos. Lo compramos con el adelanto de Doubleday por Carrie, dos mil quinientos dólares. Tuvimos problemas con él debido a que había algo defectuoso en la válvula de aguja del carburador. Esta se pegaba, el carburador se inundaba y el carro no arrancaba. Yo estaba preocupado de que mi esposa se quedara varada en ese Pinto, y pensé, ¿Qué tal si ella levara a reparar el carro como yo hice con la motocicleta y la válvula de aguja se quedara atascada y ella no pudiera hacer andar el carro, pero el perro en vez de ser un perro cruel, fuese un perro de verdad loco? Entonces pensé, tal vez es un perro rabioso. Ahí es cuando algo burbujea de verdad en mi mente. Una vez que lo has considerado mucho, empiezas a ver todas las ramificaciones de la historia. Te dices, bien, ¿Por qué no viene alguien y la rescata? Hay gente viviendo ahí. Es una casa campestre. ¿Donde están? Bien, dices, no sé, esa es la historia. ¿Donde está su esposo? ¿Por qué su esposo no viene a rescatarla? No lo sé, es parte de la historia. ¿Qué pasa si el perro la muerde? Y eso iba a ser parte del libro. ¿Qué hay si ella empieza a mostrar signos de rabia? Despues que avancé unas setenta u ochenta páginas en el libro, encontré que el período de incubación de la rabia era muy largo, así que la posibilidad de que ella contrajera la rabia dejó de ser un factor. Ese es uno de los lugares donde el mundo real irrumpe en la historia. Pero siempre es de esa manera. Ves algo, luego hace click con algo más, y eso hará una historia. Pero nunca sabes cuando va a ocurrir. Entrevistador: ¿Hay otras fuentes para su material además de la experiencia? King: Algunas veces son otras historias. Hace pocos años yo estaba escuchando un libro de John Toland grabado en una cinta, llamado The Dillinger Days. Una de las historias es acerca de John Dillinger y sus amigos Homer Van Meter y Jack Hamilton escapando de Little Bohemia, y Jack Hamilton recibo un disparo en la espalda de un policía luego de atravesar el río Mississippi. Luego le ocurre todo eso en lo que Toland no entra en detalle. Y pensé, no necesito que Toland me diga lo que ocurre, y o necesito estar atado a la verdad. Estas personas han entrado legítimamente al area de la mitología estadounidense. Crearé mi propia mierda. Así que escribí una historia llamada “The Death of Jack Hamilton”. O algunas veces usaré las películas. En Wolves of the Calla, uno de los siete libros de la serie Dark Tower, decidí ver si no podía reambientar Seven Samurai, aquella película de Kurosawa, y The Magnificent Seven (Los Siete Magníficos). La historia es la misma, por supuesto, en ambos casos. Trata de unos granjeros que contratan pistoleros para defender sus cultivos de los bandidos, quienes siempre van a robarlos. Pero yo quería alterar un poco la historia. En mi versión, en vez de los cultivos, los bandidos roban niños. Entrevistador: ¿Qué ocurre cuando el mundo real irrumpe, como con el período incubación de la rabia en Cujo? ¿Se devuelve? King: Nunca se puede ajustar la realidad a la ficción. Se tiene que ajustar la ficción a la realidad cuando se encuentran esas cosas. Entrevistador: Cujo es inusual en que la novela entera tiene un solo capítulo. ¿Planeó usted eso desde el principio? King: No, Cujo era una novela normal con capítulos cuando fue creada. Pero puedo recordar haber pensado que deseaba que el libro se sintiera como un ladrillo que fuese lanzado hacia ti a través de tu ventana. Siempre he pensado que el tipo de libro que yo hago, y tengo el ego suficiente para pensar que cada novelista debe hacer esto, debe ser un tipo de asalto personal. Debe ser alguien lanzándose sobre ti a través de la mesa quien te agarra por el cuello de la camisa y te estremece. Debe incidir en tu rostro, Debe molestarte, intrigarte. Y no solo porque fuiste sacado de tus cabales. Me refiero, a que si recibes una carta de alguien quien te dice, no puedo comer mi cena, mi actitud es, ¡Maravilloso! Entrevistador: ¿Qué piensa de que es a lo que tememos? King: No pienso que no hay nada a lo que no le tema, en algún nivel. Pero si te refieres ¿A que le tememos como seres humanos? Al caos. A lo extraño. Tenemos miedo al cambio. Tememos a la disrupción, y en eso es en lo que estoy interesado. Me refiero a que hay muchas personas cuya escritura me gusta de verdad, una de ellas es el poeta estadounidense Philip Booth, quien escribe directamente de la vida ordinaria, pero yo no puedo hacer eso. Una vez escribí una novela corta llamada “The Mist” (La Niebla). Trata sobre la niebla que envuelve y cubre un pueblo, y la historia sigue a un grupo de personas quienes están atrapados en un supermercado. Hay una mujer en la cola para pagar quien tiene una bandeja de hongos. Cuando ella camina hacia la ventana para ver la niebla que se aproxima, el gerente le quita la bandeja. Y ella le dice, “Devuélvame mis honguitos”. Estamos aterrados por la disrupción. Tememos que alguien nos vaya a robar los hongos en la cola para pagar. Entrevistador: ¿Diría usted que ese miedo es el tema principal de su ficción? King: Diría que lo que hago es como una fractura en el espejo. Si usted regresa a los libros desde Carrie en adelante, lo que usted ve es una observación de la vida de la clase media estadounidense como era vivida en el momento particular cuando el libro fue escrito. En la vida de cada quien se llega a un punto donde tienes que enfrentar algo inexplicable para ti, sea el doctor diciéndote que tienes cáncer o una broma pesada mediante una llamada telefónica. Así que si hablamos de fantasmas o vampiros o criminales de guerra nazi que viven más abajo en la cuadra, hablamos de la misma cosa, la cual es la irrupción de lo extraordinario en la vida ordinaria y como lidiamos con eso. Lo que eso muestra de nuestro carácter y nuestras interacciones con otros y la sociedad en que vivimos me interesa mucho más que los monstruos y vampiros y aparecidos y fantasmas. Entrevistador: En On Writing, así es como usted define ficción popular: la ficción en la cual los lectores aspectos de su propia experiencia, conducta, lugar, relaciones, y discurso. En su trabajo, ¿Usted conscientemente busca capturar un momento específico en el tiempo? King: No, pero no trato de evitarlo. Tomemos a Cell. La idea me llegó de esta manera: yo salía de un hotel en Nueva York y vi a esta mujer hablando por su teléfono celular. Me dije, ¿Qué tal si ella recibe un mensaje en el celular que no pueda resistir, y tuviera que matar personas hasta que alguien la mate? Todas las posibles ramificaciones empezaron a rebotar en mi cabeza como pelotas de goma. Si todos recibieran el mismo mensaje, entonces cada quien que tuviera un celular se volvería loco. Las personas normales verían esto, y lo primero que harían sería llamar a sus amigos y familiares a sus celulares. La epidemia se extendería como hiedra venenosa. Entonces, después, yo caminaba por la calle y veo a un tipo aparentemente loco, gritándose. Y quiero cruzar la calle para alejarme de él. Excepto que él no es un vago; está vestido de flux. Entonces veo que tiene uno de esos audífonos en su oreja y está hablando por su teléfono celular. Y me digo que realmente quiero escribir esta historia. Fue un concepto instantáneo. Entonces leí mucho sobre el negocio de la telefonía celular y empecé a mirar las torres de telefonía celular. Así que, es un libro muy actual, pero surgió de una preocupación por la forma como nos hablamos unos a otros hoy. Entrevistador: ¿Usted piensa en Cell, debido a que por su atemporalidad, pudiera parecer vigente en diez años? King: Podría ser. Estoy seguro de que otros libros, como Firestarter por ejemplo, parece antíguo ahora. Pero eso no me molesta. Uno espera que las historias y los personajes se mantengan de pie. Y hasta las cosas antiguas tienen cierto valor. Entrevistador: ¿Usted piensa en cual de sus libros perdurará? King: Eso es una tontería. Nunca sabes quien va a ser popular en cincuenta años. Quien va a estar en la movida, en un sentido literario, y quien no. Si yo tuviera que predecir a cual de mis libros las personas tomarán dentro de cien años, si toman alguno, comenzaría con The Stand y The Shining. Y Salem’s Lot, porque a la gente le gustan las historias de vampiros, y su premisa es la clásica historia de vampiros. No tiene ningunas campanas o silbatos. No es surrealista, solo de miedo. Así que pienso que las personas tomarán ese por un rato. Entrevistador: ¿Cuándo hace una retrospectiva de sus novelas, las agrupa de alguna manera? King: Tengo dos tipos diferentes de libros. Pienso que libros como The Stand, Desperation y la serie de Dark Tower van hacia afuera. Luego hay libros como Pet Sematary, Misery, The Shining, y Dolores Claiborne que van hacia adentro. A los aficionados usualmente les gustan los externos o los internos. Pero no les gustan ambos. Entrevistador: ¿Pero aún en los libros más sobrenaturales el horror es psicológico, cierto? No se trata solo del hombre poseído saltando desde atrás en una esquina. ¿No podrían ser caracterizados todos como internos? King: Bien, mi categorización también es acerca del personaje, y el número de personajes. Los internos, tienden a ser sobre una persona y profundizan más y más en una persona. Lisey’s Story, mi nueva novela, es un interno, por cierto, porque es un libro largo y solo hay pocos personajes, pero un libro como Cell es un externo porque hay muchas personas y trata de la amistad y es un tipo de historia del camino. Gerald’s Game es el más interno de todos los libros internos. Trata de una sola persona, Jessie, quién ha estado esposada desnuda a su cama. Las cosas pequeñas se hacen todas grandes, el vaso de agua, y los intentos de ella por alcanzar la repisa sobre la cama para impulsarse y poder escapar. Regresando a ese libro, recuerdo pensar que Jessie había sido algún tipo de gimnasta en la escuela, y al final de esta ella simplemente colocaba sus pies desde atrás sobre su cabeza, sobre el jergón de la cama, y terminaba de pie. Habiendo escrito alrededor de cuarenta páginas del libro, me dije, más me vale ver si esto funciona. Así que tomé a mi hijo, pienso que fue Joe porque él es el más dócil de los dos niños, lo llevé a nuestra habitación. Lo amarré con bufandas a los postes de la cama. Mi esposa llegó y dijo, ¿Qué estás haciendo? Y dije, estoy haciendo un experimento, no te preocupes. Joe trató de hacerlo, pero no pudo. Él dijo, mis articulaciones no funcionan de esa manera. Y de nuevo, es de lo que hablaba sobre la rabia en Cujo. Me digo, ¡JesúsCristo! ¡Esto no va a funcionar! Y lo único que puedes hacer en ese momento es decir, bien, podría convertirla en doble articulada. Entonces dices, si, bien, eso no es justo. Misery era solo dos personajes en una habitación, pero Gerald’s Game va más allá, un personaje en una habitación. Estaba pensando que eventualmente habrá otro libro que será llamado “Bedroom”. No habrá personajes. Entrevistador: Mark Singer escribió en The New Yorker que usted perdió parte de su audiencia con Cujo y Pet Sematary y Gerald’s Game porque esas novelas eran muy dolorosas para los lectores. ¿Usted piensa que realmente ese es el caso? King: pienso que perdí algunos lectores en varios puntos. Fue un proceso natural de desgaste, eso es todo. La gente sigue adelante, encuentra otras cosas. Aunque yo también pienso que he cambiado como escritor a través de los años, en el sentido de que no estoy suministrando exactamente el mismo nivel de escape de Salem’s Lot, the Shining, o hasta The Stand. Hay gente que habría estado perfectamente feliz si yo hubiese muerto en 1978, las personas vienen a mí y dicen, Oh, nunca volviste a escribir un libro tan bueno como The Stand. Usualmente les digo cuan deprimente es oírlos decir que algo que escribiste hace veintiocho años fue tu mejor libro. Dylan probablemente oye la misma cosa de Blonde on Blonde. Pero tratas de crecer como escritor y no hacer la misma cosa una y otra vez, porque eso no tiene sentido. Y puedo asumir perder seguidores. Eso suena totalmente exagerado, pero no me refiero a eso de esa manera: puedo perder la mitad de mis seguidores y aun tener suficiente para vivir cómodamente. Si tuviera la libertad de seguir mi propio camino, lo cual es grandioso. Podría haber perdido algunos seguidores, pero podría haber ganado algunos también. Entrevistador: ¿Usted ha escrito mucho acerca de los niños? ¿Por qué? King: Escribí mucho acerca de los niños por un par de razones. Fui afortunado de vender mi escritura bastante joven, me casé joven y tuve hijos joven. Naomi nació en 1971, Joe nació en 1972, y Owen nació en 1977, un período de seis años entre los tres niños. Así que tuve la oportunidad de observarlos en una época cuando muchos de mis contemporáneos salían a bailar con KC and the Sunshine band. Siento que saqué la mejor parte de ese negocio. Criar a los niños fue mucho más compensatorio que la cultura popular de los años setenta. Así que no conocí a la KC and the Sunshine Band, pero conocí a mis hijos desde adentro hacia fuera. Yo estaba en contacto con la rabia y el cansancio que se puede sentir. Y esas cosas iban a los libros porque era de lo que sabía en ese momento. Lo que ha encontrado su camino en muchos de los libros recientes es el dolor, y la gente que tiene lesiones, porque de eso es de lo que sé ahora. A diez años después de ahora tal vez será algo más, si todavía ando por aquí. Entrevistador: En Pet Sematary le ocurren cosas malas a los niños. ¿De donde vino eso? King; Ese libro fue muy personal. Todo lo que hay en él, hasta el punto donde el niño pequeño es asesinado en la carretera, todo es verdad. Nos mudamos a esa casa en la carretera. Era Orrington en vez de Ludlow, pero los camiones grandes pasaban, y el tipo viejo de en frente decía, solo quieres verlos en la carretera. Salíamos al campo. Remontábamos voladores. Subíamos y mirábamos el cementerio de mascotas. Encontré el gato de mi hija, Smucky, muerto en la carretera, aplastado. Lo enterramos en el cementerio de mascotas, y oí a Naomi en el garaje la noche después que lo enterramos. Oi todos esos ruidos explosivos, ella saltaba arriba y abajo sobre el material a empacar. Ella lloraba y decía, ¡Devuélvanme mi gato! ¡Dejen que Dios tenga su propio gato! Metí eso en el libro. Y Owen salió corriendo hacia la carretera. Él era un niño pequeño, probablemente de dos años de edad. Le grito. ¡No hagas eso! Y por supuesto él corre más rápido y rie, porque eso es lo que hacen a esa edad. Corrí tras él, le di una patada voladora y lo halé por el hombrillo de la carretera, y un camión pasó muy cerca de él. Todo eso fue al libro. Y entonces te dices, tienes que ir un poco más allá. Si vas a meterte en este proceso doloroso, lo que ocurre cuando pierdes un niño, debes asumirlo completo. Y lo hice. Estoy orgulloso de eso porque atravesé todo el camino pero era tan duro el final de este, y tan feo. Me refiero a que no hay esperanza para nadie al final de ese libro. Usualmente le doy mis versiones a mi esposa Tabby para que los lea, pero no le di esta. Cuando terminé la metí en el escritorio y la dejé ahí. Trabajé en Christine, el cual me gustaba mucho más, y el cual fue publicado antes de Pet Sematary. Entrevistador: ¿Fue The Shining basado también en la experiencia personal? ¿Alguna vez se alojó en ese hotel? King: Si, el Stanley Hotel en Estes Park, Colorado. Mi esposa y yo fuimos ahí en octubre. Fue su último fin de semana de la temporada, por lo que el hotel estaba casi completamente vacío. Ellos me preguntaron si podía pagar en efectivo porque ya se habían llevado los recibos de las tarjetas de crédito de vuelta a Denver. Pasé la primera señal que decía, las carreteras pueden estar cerradas luego del 1 de noviembre, y dije, caramba, aquí hay una historia. Entrevistador: ¿Qué piensa usted de la adaptación que hizo Stanley Kubrick del libro? King: Fue muy fría. No hay sentido de inversión emocional en la familia de su parte. Sentí que el tratamiento de Shelley Duvall como Wendy, me refiero, a hablar sobre insultar a las mujeres. Ella es básicamente una máquina de gritar. No hay sentido de su conexión con la dinámica de la familia para nada. Y Kubrick no parece tener ninguna idea de que Jack Nicholson estaba interpretando al mismo psicópata motociclista que interpretó en todas esas películas de motociclistas que hizo, Hells Angels on Wheels, The Wild Ride, The Rebel Rousers, y Easy Rider. El tipo está loco. ¿Dónde está la tragedia si el tipo se muestra para su entrevista de trabajo y ya está loco? No, odié lo que Kubrick hizo con eso. Entrevistador: ¿Trabajó usted con él en la película? King: No. Mi guión para The Shining se convirtió en la base para la miniserie de televisión que se hizo después. Pero dudo que Kubrick lo haya leído antes de hacer su película. Él sabía lo que quería hacer con la historia, y él empleó a la novelista Diane Johnson para escribir una versión del guión basada en lo que él quería enfatizar. Entonces, él la rehízo por su cuenta. Yo estaba realmente disgustado. Es ciertamente hermosa de mirar: escenarios esplendidos, todas esas tomas de cámara fija. Solía llamar a eso un Cadillac sin motor. No se puede hacer nada con eso excepto admirarlo como escultura. Se ha sacado su propósito principal, que es contar una historia. La diferencia básica que te dice lo que necesitas saber es el final. Cerca del final de la novela, Jack Torrance le dice a su hijo que lo ama, y entonces vuela con el hotel. Es un climax muy apasionado. En la película de Kubrick, él se congela hasta la muerte. Entrevistador: Muchos de sus primeros libros terminaron con explosiones, lo cual le permitió conectar varias tramas del argumento. Pero en cuentos y novelas recientes, como “Riding the Bullet” y Cell, usted parece haberse alejado de eso. Sus finales dejan muchas preguntas sin responder. King: Hay una gran explosión al final de Cell. Pero es verdadera, recibo muchas cartas de lectores molestos por eso. Quieren saber que pasa después.. Mi respuesta ahora es decirle a las personas, ustedes suenan como Teddy y Vern en Stand by Me, después que Gordie les cuanta la historia de Lardass y el concurso de comer pasteles y como eso fue la mejor revancha que un niño haya tenido. Teddy dice, “¿Y que pasó después?” Y gordie dice, “¿Qué quieres decir con que pasó después? Ese es el fin”. Y Teddy dice, “¿Porqué no lo cuentas de modo que Lardass va y le dispara a su padre, luego corre y escapa para unirse a los Rangers de Texas?” Gordie dice, “Ah, no sé”. Así que con Cell, el fin es el fin. Pero tantas personas me escribieron sobre eso que tuve que escribir en mi página web, “Parece muy obvio para mí que las cosas terminaron bien para el hijo de Clay, Johnny”. Realmente, nunca cruzó por mi mente que Johnny no estaría bien. Entrevistador: ¿De verdad? No estaba seguro de que el niño estuviera bien. King: Si, de verdad lo creo, hombre. Soy un jodido optimista. Entrevistador: Es sorprendente que, en la introducción o epílogo de muchos de sus libros, usted regularmente solicita retroalimentación de sus lectores. ¿Por qué pide más cartas? King: Siempre estoy interesado en lo que piensan mis lectores, y estoy consciente de que muchos de ellos quieren participar en la historia. No tengo problema con eso, mientras ellos entiendan que lo que ellos piensen no necesariamente va a cambiar lo que yo hago. Nunca voy a decir, tengo esta historia, aquí está. Ahora vamos a hacer una encuesta. ¿Como piensas que debo terminarla? Entrevistador: ¿Cuan importantes son sus alrededores cuando escribe? King: Es agradable tener un escritorio, una silla cómoda para no andar cambiando de posición a cada momento, y suficiente iluminación. Donde quiera que se escriba, eso supone algo parecido a un refugio, un lugar donde se pueda estar lejos del mundo. Mientras más aislado estés, habrá más conexión con tu imaginación. Me refiero a que si estuviera cerca de una ventana, estaría bien por un momento, pero entonces me sorprendería viendo a las chicas de la calle y quienes se están subiendo y bajando de los carros y, tú sabes, las pequeñas historias callejeras que ocurren todo el tiempo: ¿Qué va a hacer este? ¿Qué está vendiendo aquel? Mi estudio es básicamente una habitación donde trabajo. Tengo un sistema de archivo. Es muy complejo, muy ordenado. Con “Duma Key”, la novela en que estoy trabajando ahora, he codificado la notas para asegurarme de recordar las distintas subtramas del argumento. Escribo fechas de nacimiento para imaginar como son los personajes viejos en cierto momento. Recuerdo poner el tatuaje de una rosa en el pecho de esta, recuerdo darle a Edgar una buena carga de trabajo a finales de febrero. Porque si hago algo equivocado ahora, se hace muy fastidioso corregirlo después. Entrevistador: Usted mencionó que quisiera que su estudio fuese un refugio, pero ¿no le gusta también escuchar música a todo volumen cuando trabaja? King: Ya no me gusta más. Cuando me siento a escribir, mi trabajo es hacer progresar la historia. Si hay algo como el ritmo al escribir, y si la gente me lee porque consiguen una historia que de cierto modo tiene ritmo, es porque notan que quiero llegar a donde voy. No quiero vagar alrededor y mirar el escenario. Para lograr ese ritmo, yo solía escuchar música. Pero entonces era más joven, y francamente mis sesos solían trabajar mejor que ahora. Ahora solo oiré música al final de un día de trabajo, cuando regresó al principio de lo que hice ese día y lo reviso en la pantalla. Muchas veces la música enloquecerá a mi esposa porque será la misma cosa una y otra vez. Yo solía tener una mezcla bailable de esa canción “Mambo No. 5”, por Lou Bega, que dice, “A little bit of Monica in my life, a little bit of Erica”—deega, deega, deega. Es un tipo de calypso animado, y mi esposa subió un día y me dijo, ¡Steve, una vez más…y te mueres! Así que realmente no estoy escuchando música, es solo algo en el entorno. Pero aún más que el lugar, pienso que es importante tratar de trabajar cada día que se pueda. Entrevistador: ¿Escribió usted esta mañana? King: Lo hice. Escribí cuatro páginas. A eso he llegado. Yo solía escribir dos mil palabras diarias y algunas veces aún más. Pero ahora solo escasas mil palabras al día. Entrevistador: ¿Usa usted computadora? King: Si, pero ocasionalmente he regresado a escribir a mano, con Dreamcatcher y con Bag of Bones, porque quería ver que pasaría. Eso cambió algunas cosas. Más que todo, me hizo bajar la velocidad porque lleva mucho tiempo. Cada vez que empezaba a escribir algo, algún tipo de aquí, algún flojo decía, ah, ¿Tenemos que hacer eso? Todavía me queda algo de aquella protuberancia escolar que me salió en el dedo de tanto escribir a mano. Pero eso hacía el proceso de reescritura mucho más agradable. Me parecía que mi primera versión era más pulida, porque no era posible ir tan rápido. Solo puedes mover tu mano hasta cierta velocidad. Se sentía una diferencia entre digamos, pasear en una patineta a motor y recorrer la campiña a pie. Entrevistador: ¿Qué hace una vez que termina su primera versión? King: Es bueno dejar eso por lo menos seis semanas, sentarse y respirar. Pero no siempre tengo ese lujo. No lo tuve con Cell. La editorial tenía dos manuscritos míos. Uno era Lisey’s Story, en el cual había estado trabajando por largo tiempo, de manera exclusiva, y el otro era Cell, en el cual había estado pensando por largo tiempo, y se anunció a si mismo: Es hora, tienes que hacerlo ahora. Cuando eso ocurre, tienes hacerlo o dejarlo ir, así que Cell fue como mi embarazo no planificado. Entrevistador: ¿Se refiere a que escribió Cell mientras escribía Lisey’s Story? King: Las cargué a ambas a la vez por un rato. Había terminado la primera versión de Lisey, así que la revisaba por la noche y trabajaba en Cell durante el día. Solía trabajar de esa manera cuando tomaba. Durante el día trabajaba en cualquier cosa que fuese fresca y nueva, y yo era muy directo como una flecha. Enratonado buena parte del tiempo pero directo. En la noche, yo estaba doblado, entonces revisaba. Era divertido, era grandioso, y pareció funcionar para mí por mucho tiempo, pero no lo puedo hacer más. Yo quería publicar Lisey primero, pero Susan Moldow, la editora de Scribner, quería arrancar con Cell porque ella pensaba que la atracción que esta recibiría beneficiaría la venta de Lisey. Así que pusieron a Cell en el carril rápido, y tuve que trabajar de inmediato en la reescritura. Esto es algo que los editores pueden hacer ahora, lo cual no es necesariamente bueno para el libro. Entrevistador: ¿No les puede decir no? King: Si, pero en este caso eso realmente era lo acertado, y fue un gran éxito. Aunque Cell fue un caso inusual. Graham Greene solía hablar de libros que eran novelas y libros que eran entretenimientos. Cell fue un entretenimiento. No quiero decir que no me importaba, porque si lo hice, me importa todo lo que lleva mi nombre impreso. Si vas a hacer un trabajo y si alguien va a pagar por eso, pienso que debes hacer el mejor trabajo que puedas. Pero después que terminé la primera versión de Lisey, me tomé seis semanas. Cuando regresas a una novela después de esa cantidad de tiempo, parece casi como si otra persona la hubiese escrito. No estás completamente identificado con ella. Encuentras todo tipo de errores horribles, pero también encuentras pasajes que te hacen decir, ¡Jesus, eso está bien! Entrevistador: ¿Siempre hace reescrituras extensas? King: Una de las formas en que la computadora ha cambiado la manera como trabajo es que tengo una tendencia más grande a editar “en la cámara”, hacer cambios en la pantalla. Eso fue lo que hice con Cell. La leí allí, hice correcciones editoriales, fui capaz de hacer mis propias correcciones, y para mí eso es como patinar sobre hielo. Es una buena forma de hacer el trabajo, pero no es óptima. Con Lisey yo tenía la copia al lado de la computadora y creé un documento desde cero y retipeé todo el texto. Para mí eso es como nadar, y es preferible. Es como si escribieras el libro de nuevo. Es literalmente una reescritura. Cada libro es diferente cada vez que lo revisas. Porque cuando terminas el libro, te dices, esto no es lo que quería escribir. En algún punto, mientras escribes el libro, te das cuenta de eso. Pero si tratas de controlarlo, eres como un pitcher tratando de manejar una recta, y echas a perder todo. Como el escritor ce ciencia ficción Alfred Bester solía decir, el libro es el jefe. Debes dejar al libro ir donde quiera ir, y tú lo sigues. Si no hace eso, es un libro malo. Y he tenido libros malos. Pienso que Rose Madder entra en esa categoría, porque nunca arrancó. Sentí que tuve que forzarlo, Entrevistador: ¿Quién edita sus novelas, y que tanto son editadas? King: Chuck Verrill ha editado muchos de los libros, y puede ser un editor muy duro. En Scribner, Nan Graham editó Lisey, y ella me dio una mirada completamente diferente, parcialmente porque trata de una mujer, y ella es mujer, y también porque ella iba al trabajo relajada. Ella abordó el libro seriamente. Hay una escena hacia el final del libro donde Lisey va a visitar a su hermana, Amanda, en un manicomio donde ha estado confinada. Originalmente había una larga escena en la cual Lisey se detiene en la casa de Amanda rumbo allí, y entonces Lisey termina regresando con su hermana. Nan dijo, Necesitas reconfigurar esta sección, necesitas quitar esta primera parada en la casa de Amanda porque adormece la narrativa y no es necesaria. No pienso que sea yo, no pienso que sea algo de éxito de ventas, pienso que es un asunto de escritor, y atraviesa la pizarra, nunca cambia, pero mi primer pensamiento fue, ella no puede decirme eso. Ella no sabe. Ella no es escritora. ¡Ella no entiende mi genio! Y entonces digo, bien, trato. Y lo digo especialmente alto, porque he alcanzado un punto de mi carrera donde puedo seguir cualquier camino que quiera, si quiero. Si te haces bastante popular, te dan toda la cuerda que quieras. Te puedes ahorcar en Times Square si quieres, y lo he hecho. Particularmente en los días cuando estaba dopado y bebiendo todo el tiempo, hice lo que quería. Y eso incluyó decirle a los editores que fueran a joderse a si mismos. Entrevistador: Si Cell es un “entretenimiento”, ¿Cuáles de sus libros pondría en la otra categoría? King: Sabes, todos deberían ser entretenimientos. Eso, de alguna manera, el meollo del problema. Si una novela no es un entretenimiento, pienso que no es un libro exitoso. Pero si hablas de novelas que funcionan en más de un nivel, diría que Misery, Dolores Claiborne, y It. Cuando empecé a trabajar en It, la cual rebota hacia atrás y adelante entre las vidas de los personajes como niños y adultos, me di cuenta que estaba escribiendo acerca de la forma como usamos nuestras imaginaciones en diferentes puntos de nuestras vidas. Amo ese libro, y es uno de esos libros que se vende de manera estable. La gente responde a él. Recibo muchas cartas de gente que dice, desearía que hubiera más de este libro. Y digo, Dios mío, ya es muy largo como está. Pienso que It es el más Dickensiano de mis libros debido a su amplio rango de personajes y de historias que se cruzan. La novela maneja mucha complejidad de una manera tan fluida que a menudo deseo que pudiese redescubrirla. Lisey’s Story es de esa manera. Es muy larga. Tiene un número de historias interconectadas que parecen estar cosidas sin esfuerzo. Pero soy tímido al hablar de esto, porque temo que la gente se ría y diga, miren a ese bárbaro pretendiendo pertenecer al palacio. Cada vez que aparece este tema, siempre lo esquivo. Entrevistador: Cuando usted aceptó el National Book Award for Distinguished Contribution to American Letters, pronunció un discurso en defense de la ficción popular, y usted citó una lista de autores que usted sentía que eran subestimados por el establecimiento literario. Entonces Shirley Hazzard, la ganadora de ese año en ficción, subió al estrado y desestimó su argumento por completo. King: Lo que Shirley Hazzard dijo fue, no pienso que necesitemos una lista de lectura de usted. Si yo tuviera la oportunidad de réplica, habría dicho, con el debido respeto, si la necesitamos. Pienso que Shirley, de alguna manera, ha probado mi punto. Los que mantienen la idea de una literatura seria tienen una lista corta de autores que serán aceptados, y muy a menudo esa lista es conformada por gente que conoce gente, quienes van a ciertas escuelas, quienes vienen a través de ciertos canales de literatura. Y esa es una idea muy mala, atenta contra el crecimiento de la literatura. Este es un tiempo crítico para las cartas estadounidenses porque están bajo el ataque de muchos medios: televisión, cine, internet, y todas las diferentes formas que tenemos de obtener información no impresa para alimentar la imaginación. Los libros, esa vieja manera de transmitir historias, están bajo ataque. Así que cuando alguien como Shirley Hazzard dice, no necesito una lista de lectura, la puerta se cierra sobre escritores como George Pelecanos o Dennis Lehane. Y cuando eso ocurre, cuando esas personas son dejadas fuera, estás perdiendo un area completa de imaginación. Esas personas, y no estoy hablando de James Patterson, entendamos eso, están haciendo un trabajo importante. Así que yo diría, si, Shirley Hazzard necesita una lista de lectura. Y la otra cosa que Shirley Hazzard necesita es alguien que le diga, ocúpate. Tiene un corto período vital. Necesitas parar esa necedad de sentarte ahí y hablar de lo que hacemos, y de verdad hacerlo. Porque Dios te dio algún talento, pero también te dio cierto número de años. Y otra cosa. Cuando le cierras la puerta a la ficción popular seria, cierras otra puerta a las personas quienes son consideradas novelistas serios. Le dices a ellos, ustedes escriben ficción popular, accesible a su riesgo. No hay muchos escritores quienes se darían la oportunidad como lo hizo Philip Roth cuando escribió The Plot Against America. Fue un riesgo para él escribir ese libro porque es una novela accesible que puede ser leida como entretenimiento. Está envuelto en un nivel narrativo. Es un libro diferente a The Great Fire de Shirley Hazzard, el cual por cierto, es un buen libro. Pero no es la misma cosa para nada. Entrevistador: ¿Hay realmente mucha diferencia, entre ficción popular seria y ficción literaria? King: El verdadero punto de inflexión llega cuando se pregunta si un libro te compromete a un nivel emocional. Y una vez que esas palancas empiezan a ser empujadas, muchos de los críticos serios empiezan a agitar sus cabezas y a decir, No. Para mí, todo regresa a la idea mantenida por muchas personas quienes analizan la literatura como profesión, quienes dicen, si dejamos que entre lo rústico, entonces verán que cualquiera puede hacer esto, que es accesible para cualquiera. Y entonces ¿Qué hacemos aquí? Entrevistador: El uso de nombres comerciales en sus novelas parece molestar a algunos críticos. King: Siempre supe que la gente tendría problemas con eso. Pero también sabía que nunca iba a dejar de hacer eso, y nadie iba a convencerme de que estaba haciendo algo equivocado. Porque cada vez que lo hacía, lo que sentía dentro era como una pequeña explosión, como Michael Jordan en un lanzamiento en salto. Algunas veces el nombre comercial es la palabra perfecta, y eso cristalizaría una escena para mí. Cuando Jack Torrance se queja de ese Excedrin en The Shining, tú sabes de que se trata. Siempre he querido preguntarle a estos críticos, algunos son novelistas, algunos de ellos son profesores universitarios de literatura. ¿Qué carajo haces? ¿Abres tu gabinete de medicinas y ves frascos grises vacíos? ¿Ves champú genérico, aspirina genérica? ¿Cuándo vas a la tienda y compras un paquete de potes, solo dice cerveza? Cuándo vas afuera y abres la puerta de tu garaje ¿qué está estacionado ahí? ¿Un carro? ¿Sólo un carro? Y entonces me digo, apuesto a que lo hacen. Algunos de estos tipos, los profesores universitarios, el tipo, dice, cuya idea de la literatura en realidad se detuvo con Henry James, pero mostrará un tipo de sonrisa congelada si hablas de Faulkner o Steinbeck, son estúpidos respecto a la ficción estadounidense y convierten su estupidez en virtud. No saben quien fue Calder Willingham, No saben quien fue Sloan Wilson. No saben quien fue Grace Metalious. No saben quienes son ninguna de estas personas, y están orgullosos de eso. Y cuando abren la puerta de su gabinete de medicina, pienso que tal vez ven frascos genéricos, y esa es una observación fallida. Y pienso que una de las cosas que me gustaría hacer es decir, ¿Está bien decir Pepsi? ¿No se debe decir gaseosa? Es una Pepsi. Una cosa específica. Hablas de lo que te refieres. Dices lo que ves. Haz una fotografía, si puedes, para el lector. Entrevistador: ¿Se ha sentido alguna vez encasillado por su reputación? King: Si te refieres a que si estoy cansado y no puedo ir a donde quiera, para nada. No, nunca lo he sentido. Hay personas que me etiquetan como el maestro del horror, el maestro de la basura, el maestro del miedo, el maestro del suspenso. Pero nunca he dicho que es lo que hago, y no escribo cartas para reclamar por esas etiquetas, porque eso sonaría como si tratara de elevarme en el aire y hacerme parecer como algo que no soy. Recuerdo haber tenido esta conversación con Bill Thompson, mi primer editor, en Doubleday. Ellos habían recién publicado Carrie, el cual fue un gran éxito, y querían el libro siguiente. Le di dos libros que había escrito: Salem’s Lot y Roadwork, el cual fue publicado después con mi pseudónimo, Richard Bachman. Le pregunté cual quería editar primero. Él dijo, no te va a gustar la respuesta. Dijo que Roadwork era una novela más honestamente concebida, la novela de un novelista, si sabes de lo que hablo, pero él quería editar Salem`s Lot, porque pensaba que tendría mayor éxito comercial. Pero me dijo, serás encasillado. Y le dije ¿Encasillado como qué? Él dijo, encasillado como un escritor de horror. Solo reí. Pensé ¿Qué? ¿Como M.R. James y Edgar Allan Poe y Mary Shelley? Dije, no me importa. Eso es nada para mí. Y ellos me encasillaron como un escritor de horror, pero he sido capaz de hacer todo tipo de cosas en ese trabajo. Solo una vez en toda mi carrera sentí que era una pieza mecánica, y eso fue cuando hice un libro llamado Needful Things. Yo estaba en una posición vulnerable, porque era la primera cosa que escribiría desde que tenía dieciséis sin haber tomado alcohol o drogas. Estaba totalmente sobrio, excepto por los cigarrillos. Cuando terminé el libro, pensé, este es bueno. Finalmente he escrito algo en realidad divertido. Pensaba que había escrito una sátira de la economía de Reagan en Estados Unidos en los ochenta. Tú sabes, la gente compraba cualquier cosa y vendía cualquier cosa, hasta sus almas. Siempre vi a Leland Gaunt, el dueño de la tienda quien compra almas, como el arquetipo de Ronal Reagan: carismático, un poco viejo, vendedor de nada que no sea basura pero luce brillante e iluminado. Entrevistador: Espere un minuto. ¿Una barajita de beisbol autografiada de Sandy Koufax, es basura? Vamos. King: Pero eso no es en realidad lo que el niño tiene en la mano, parece una barajita de Sandy Koufax, pero termina siendo completamente la barajita de alguien más. Y santa mierda, Sandy Koufax estaba molesto conmigo- Especialmente porque lo último que el niño dice es “Sandy Koufax apesta”, y entonces ¡pum!. Se vuela su cabeza. Koufax dijo que había tratado de ser un modelo para la juventud en toda su carrera como pitcher, y que estaba muy enojado de influir en el suicidio de un niño. Traté de explicar que el niño no se refería a que Sandy Koufax apestaba, se refiere a que Leland Gaunt y la tienda y todo su negocio apestan. Ves, esta es la única forma en que el personaje puede decir que todo el negocio de comprar cosas y vender tu alma está equivocado. Koufax no entendió. Cuando hicieron la película, lo cambiaron por Mickey Mantle. A Mantle no le importó. Él pensó que era divertido. Entrevistador: ¿Qué hizo con la recepción negativa de ese libro? King; Los críticos la llamaron una novela de horros sin éxito, aunque yo había asumido que todos la verían como una sátira. A través de los años he llegado a pensar que, bien, tal vez no fue un libro tan bueno. Entrevistador: ¿Piensa usted que un libro pobremente recibido obtiene una respuesta crítica más seria una vez que es llevado al cine? King: Una película tiende a generar mucha más crítica, y francamente la crítica tiende a ser más fácil. Ciertamente me ocurrió con las adaptaciones de Misery y Stand by Me, y hasta cierto grado con Dolores Claiborne. Entrevistador: Usted es un coleccionista de libros. El librero Glenn Horowitz me contó una vez que le envió algo a usted por error y que, cuando se disculpó, usted dijo que lo compraría de todas formas. King: Pienso que eso es verdad. No soy un gran coleccionista. He conseguido una docena de libros de Faulkner firmados y varios de Theodore Dreiser. Tengo Reflections in a Golden Eye de Carson McCullers. La amo. En casa tengo uno de esos antiguos estantes de tapa blandas que tenían en las farmacias. Y tengo muchos tapa blandas de los años cincuenta porque me gustan las portadas, y he coleccionado cierta cantidad e pornografía que fue hecha por gente como Donald Westlake y Lawrence Block, solo porque me divierte. Puedes ver pequeños asomos de su estilo. Entrevistador: ¿Qué aprendió usted de escritores como Faulkner, Dreiser y McCullers? King: Las voces. Estoy leyendo All the King’s Men de nuevo, pero también lo estoy escuchando en CD. Y el tipo que lo hace es un buen lector. Willie Stark dice…”Siempre hay algo…desde el hedor de los pañales hasta el tufo de la ropa interior. Siempre hay algo”. Lo oyes y te dices, ¡Hombre, esa es la voz! Hace click en tu cabeza, Entrevistador: Usted está enraizado en un tipo de idioma estadounidense. Usted es probablemente el escritor más regional que escribe ahora. King: Viví en Maine toda mi vida, y cuando escribo sobre eso, el dialecto regresa a mí. Hay un número de buenos escritores quienes escriben acerca de ese area, pero no son muy leídos. Está carlyn Chute, quien escribió The Beans of Egypt, Maine, y John Gould, quien escribió The Greenleaf Fires, pero yo soy el más leído ampliamente. En términos de regionalismo, Grisham es un escritor muy bueno, y su libro A Painted House es una tremenda historia regional sobre el sur. Entrevistador: usted parece salirse de su camino para promocionar a otros escritores, aportando comentarios favorables hacia autores nuevos y refiriéndose a otros autores contemporáneos a través de sus novelas. ¿Admira usted realmente a tantos de ellos? King: Cuando leo buenas historias, me excito. También estoy consciente de lo pequeño del mercado. He sido fantásticamente afortunado, y me gustaría esparcir algo de esa fortuna alrededor. Empecé con los cuentos. Salí del mercado de las revistas de cuentos. Los libros se han convertido en un nicho del Mercado, los cuentos un Mercado aún más pequeño, y quieres hacer que la gente este tan consciente como sea posible de que este material existe. Entrevistador: Ahora que está editando el Best American Short Stories del próximo año, ¿Está considerando historias del tipo de genero de las revistas que leía de niño? King: Si, estoy leyendo todas la publicaciones periódicas de fantasía y ciencia ficción, especialmente Ellery Queen Mystery Magazine y Alfred Hitchcock Mystery Magazine, para ver que hay ahí. Alfred Hitchcock solía ser una revista literaria de calidad, pero ha sido absorbida por la misma compañía que es dueña de Ellery Queen, y la calidad de las historias ha ido cuesta abajo. Editar Best American es un buen proyecto, pero asusta porque hay mucho material allá afuera. Lo que me preocupa es, ¿Qué estamos dejando fuera? Entrevistador: ¿Cuándo escribe sus cuentos? King: A menudo los escribo entre los proyectos de novela. Cuando Lisey y Cell estuvieron listas, yo estaba exhausto. Traté de empezar otra, pero no pude, así que escribí un par de cuentos. Entonces empecé a leer todas estas historias para Best American, una docena, dos docenas, tres docenas, un centenar, y finalmente empecé a escribir otra novela. Me refiero, a que siempre he conseguido un par de ideas para historias futuras cada vez que estoy trabajando en algo. Pero no puedes pensar en lo próximo que vas a hacer. Eres como un tipo casado quien trata de no mirar las mujeres en la calle. Entrevistador: ¿Fue alguna vez como el escritor Mike Noonan en Bag of Bones, quien terminaba una novela y la dejaba a un lado porque tenía muchas en cola? King: Pudo haber habido un tiempo en mi vida cuando yo tenía dos o tres en cola. La inspiración para ese detalle de Bag of Bones vino de un rumor que oi sobre que Danielle Steele estaba escribiendo tres libros al año y publicaba dos. Y me decía, si eso es verdad, en los últimos diez años, ella debe haber publicado muchos. Y hay otros escritores en el canon popular como esto, Nora Roberts ha publicado, Dios mío, más de ciento cincuenta libros. Y la gente piensa que soy prolífico. Entrevistador: Usted ha utilizado muchas estrategias para mercadear sus libros, seriales, libros electrónicos, mostrando un extracto de una novela próxima hacia el final de una novela nueva. ¿Hay algún tipo de estrategia más grande en juego? King: No, solo estoy curioso de ver que ocurre, como un niño con un juego de química: ¿Qué tal si pongo estos dos juntos? La publicación del experimento en internet fue probablemente una manera de decirle a las editoriales, sabes, no necesariamente tengo que hacerlo con ustedes. También quería abrir un espacio para otras personas. Y es una manera de mantener las cosas frescas. Scribner me preguntó si tenía un cuento que ellos pudiesen publicar en línea. Pero su foco no fue nunca, de hecho, la internet. Ellos estaban pensando más en estos pequeños dispositivos donde se puede leer un libro en la mano, donde se pulsa un botón para pasar la página. Nunca me gustó la idea, y tampoco a la mayoría de la gente. Ellos quieren tener páginas. Estamos como las personas quienes compraban carros en los años 1910, y se quedaban accidentados a un lado de la vía y la gente les gritaba, ¡Búsquese un caballo! Ahora la gente grita, ¡Búscate un libro! Es el mismo negocio. Pero toda la excitación de la publicación en línea era interesante para mí porque personas con las que nunca antes había hablado, tipos de negocios, de pronto lo habían notado. ¿Qué estás haciendo? ¿Puedes hacerlo todo solo? ¿Vas a ser capaz de cambiar el sistema de publicación? Siempre eran los dólares los que llamaban la atención. Nunca se trataba de las historias. Esto fue en el propio final de la burbuja punto.com, la última gran cosa excitante que ocurrió antes del colapso. Arthur C. Clarke había vendido una pieza en internet, un negocio de seis páginas de transmisiones de regreso de las estrellas, y me dije, ¡Jesus, esto es como besar a tu hermana! Era un pequeño ensayo que este tipo probablemente forjó en una tarde cuando no podía comerse su merienda. Entrevistador: Si la historia de Scribner, “Riding the Bullet”, fue un gran éxito, ¿Por qé dejó de publicar en línea? Usted terminó su próximo proyecto en línea, “The Plant”, luego de solo seis actualizaciones. King: Muchas personas pensaron que no terminé “The Plant” porque la estrategia de mercadeo no fue exitosa. Esa fue una de las pocas veces que sentí un sutil pero firme impulso de los medios hacia lo que no era verdad. De hecho, “The Plant” fue my, muy exitosa. Y la publiqué en el sistema de honor. Con “Riding the Bullet” hubo todos esos rumores sobre gente tratando de intervenir el sistema para conseguirla gratis. Y yo pensaba, bien, si, esto es lo que hace esta gente de internet. Ellos no lo hacen porque quieran robarla, ellos lo hacen porque quieren ver si pueden robarla. Es un juego. Así que pensé, bien, si solo dices, miren, aquí está, es como la tabla de honor de un periódico. ¡Si quieren dárselas de que se las saben todas, échenle piernas y róbensela! ¡Espero que se sientan bien con ustedes, pavos! Y la mayoría de la gente pagó por lo que tomaron. Pienso que alguna gente aun quería ver si podían robarla, y después pagaron. Hice casi doscientos mil dólares, sin superávit. Era increíble cuando piensas en eso. Todo lo que hice fue escribir las historias y habilitamos un servidor. Era como una licencia para acuñar dinero, si puedo ser vulgar sobre eso. Pero la historia estuvo bien, y se me agotó la inspiración. Permanece sin terminar. Entrevistador: La relación de su escritura con el dinero está ahora, asumo, más allá de un sentido de supervivencia. ¿Eso todavía significa algo para usted? King: Pienso que te deben pagar por lo que haces. Cada mañana, me levanto con la alarma del reloj, hago mis ejercicios de piernas, y entonces me siento frente al procesador de palabras. Para mediodía la espalda me duele y estoy cansado. Trabajo tan duro o más duro de lo que solía, así que quiero que me paguen. Pero básicamente, en este punto, se trata de cómo haces las anotaciones. Una cosa que no quiero hacer más es tomar otro adelanto monstruoso. He tomado un par de ellos, Ciertamente Tom Clancy ha conseguido su ración de esos. Él alardea con eso. John Grisham ha conseguido algunos adelantos grandes también. El gran adelanto es la manera del escritor para decir, quiero todo el dinero adelante y nunca voy a regresar ni un centavo cuando esos libros terminen en el estante de los remanentes. Y las editoriales aceptan porque quieren tener un Stephen King o un Tom Clancy o un John Grisham. Eso llama la atención hacia l resto de su lista. Ciertamente los tipos de las librerías quieren a esos escritores ahí porque ellos aumentan el tráfico de clientes en la tienda. Los libreros se arrodillan y reverencian ante John Grisham, no solo porque vende tanto, si no porque él vende cuando lo hace: él publica en febrero, después de la avalancha decembrina, cuando las ventas de las librerías tienen tendencia a estar totalmente muertas. Yo podría obtener esos grandes adelantos, pero estoy bien sin ellos. Tomé una decisión cuando salí de Viking, que preguntaría para hacerme socio de la editorial. Denme una modesta cantidad para cerrar el negocio, y entonces dividiremos las ganancias. ¿Por qué no? Aún es un buen negocio para ellos. Pero si lo estuviera haciendo solo por el dinero, renunciaría, porque tengo suficiente. Entrevistador: Per ¿alguna vez sintió que tenía que hacer una anotación tan grande como Clancy o Danielle Steel? King: Somos una sociedad competitiva, y pienso que tengo la tendencia a medir si soy tan exitoso como uno de estos tipos basado en la cantidad de dinero que puedo conseguir. Pero al final siempre se trata de ventas, y estos tipos venden más que yo. Grisham vende cuatro veces más que yo. No es una gran cosa para mí. A veces miras a la lista de los grandes vendedores en el New York Times, ¿de verdad quiero reventarme el culo para estar en esta lista con Danielle Steel y David Baldacci y los revitalizados libros? Entrevistador: Han pasado siete años desde el accidente. ¿Todavía está adolorido? King: Si. Todo el tiempo. Pero no lo relaciono con eso. Tuve que ser hospitalizado con pneumonía hace un par de años, otra operación, y después de eso llegué a un punto donde me di cuenta que no podía seguir tomando medicamentos por siempre, porque tendría que estar reponiéndolos. Para ese momento habría estado tomando calmantes por cinco años. Percocet, OxyContin, y todo eso. Sería un adicto. Si los usas para el dolor y no para drogarte, no es terriblemente dificil renunciar. El problema es, que tienes que acostumbrarte a vivir sin ellos. Pasas por esa abstemia. Principalmente insomne. Pero despues de un tiempo tu cuerpo dice, ¡Oh, todo está bien! Entrevistador: ¿Fuma aún usted cigarrillos? King: Tres al día y ninguno cuando escribo. Pero cuando solo hay tres, saben muy bien. Mi doctor dice, si vas a fumar tres, podrías fumar treinta, pero no lo hago. Salí del alcohol, el valium, la cocaína. Esas eran todas las cosas en las que estaba atascado. Lo único que no me pude quitar de encima fueron los cigarrillos. Usualmente fumo uno en la mañana, uno en la noche, uno en la tarde. Disfruto mis cigarrillos. Y no debería. Lo sé, lo sé. ¡Fumar es malo! ¡La salud es buena! Pero a mi de seguro me gustaría volver atras con un buen libro y un cigarrillo. Estaba pensando en eso la otra noche. Regresé del juego de pelota; los medias Rojas ganaron. Y estaba acostado en la cama leyendo The Quiet American de Graham Greene. Es un libro magnífico, magnífico. Me fumo un cigarrillo, y pienso, ¿Quién está mejor que yo? Los cigarrillos, todas esas sustancias adictivas son parte del lado malo de lo que hacemos. Pienso que es parte de ese obsesivo negocio que te hace escritor en primer lugar, que te hace querer escribirlo todo. Alcohol, cigarrillos, droga. Entrevistador: ¿Significa eso que escribir es un tipo de adicción? King: Pienso que si. Para mí, aun cuando la escritura no vaya bien, si no lo hago, el hecho de que no lo hago me afecta. Escribir es algo maravilloso de ser capaz de hacer. Cuando sale bien, es fantástica, y cuando no sale tan bien, es solo buena, pero todavía es una gran forma de pasar el tiempo. Y tienes todas estas novelas que mostrar. Entrevistador: ¿Aún va a Alcohólicos Anónimos? King: Si. Trato de ir regularmente. Entrevistador: ¿Cómo se siente acerca del aspecto religioso de esto? King: No tengo problema con eso para nada. En el programa dice que si no crees, pretende que si lo haces. Simúlalo hasta que lo hagas, dicen ellos. Y sé que muchas personas tienen problemas con eso, pero yo sigo el programa. Así que me arrodillo en la mañana y digo, Dios ayúdame a no pensar en beber ni en drogas. Y me arrodillo en la noche y digo, gracias porque no tuve que beber o usar drogas. Cada vez que hablo de esto, le cuento a la gente la historia de esa película Pink Flamingos que John Waters hizo con Divine, la personificación de una mujer gorda. Hay una escena en Pink Flamingos donde Divine se come un pedazo de excremento de perro en la acera. A Waters siempre le preguntaron por esa escena en particular. Finalmente, él explotó y dijo, ¡oigan fue solo un pequeño pedazo de mierda de perro y eso la hizo una estrella! ¿Ok? En cuanto a lo que me compete, el asunto completo de Dios es un pequeño pedazo de mierda de perro. Pero si puedes tragar esa parte del programa de AA, no tendrás que beber ni consumir drogas otra vez. Entrevistador: ¿Ha estado usted alguna vez en terapia de cualquier tipo? King: Cuando yo estaba abandonando las drogas y el alcohol, fui por un tiempo a un consejero para ver si yo podía encontrar una forma de sobreponerme a esa ausencia en mi vida. Pero si hablas de psicoterapia real, temería que eso abriría un hueco en el fondo de mi cubo, y entonces todo podría salir de la manera equivocada. No sé si eso exactamente me destruiría como escritor, pero pienso que eso se habría llevado mucho del buen material. Entrevistador: ¿Alguna vez piensa acerca de donde vienen sus creaciones mientras está en el proceso de escribir? King: De vez en cuando, algo se declara tan obviamente que es inescapable. Toma a la enfermera psicótica de Misery, la cual escribí cuando tenía momentos muy rudos con la droga. Sabía de lo que estaba escribiendo. Nunca hubo ninguna pregunta, Annie era mi problema de drogas, y ella era mi fanática número no. Dios, ella nunca se quería ir. Y al mismo tiempo, había un lado divertido de todo eso. Muchas veces aparecerán esas cosas. Recuerdo trabajar en el final de Black House, el libro que escribí con Peter Straub, y llegar a una escena donde uno de los personajes habla sobre nunca haber sido capaz de regresar a este plano de existencia, vida estadounidense en el año 2001 y 2002, porque esta persona enfermaría y moriría si eso ocurriera. Y yo estaba pensando que esa era una manera elegante de describir de donde venía yo en ese momento. Yo tenía dolor buena parte del tiempo, pero cuando estaba escribiendo, me sentía bien, porque estaría a donde quiera que vas cuando haces estas cosas. Cuando voy allí, no estoy consciente físicamente de mi cuerpo. Y yo estaba pensando, esta es una buena analogía del estado creativo. Es un lugar donde se puede ir y sentirse bien. Entrevistador: ¿En que punto del proceso de escribir una historia usted sabe si aparecerán algunos elementos fantásticos? King: Eso no llega porque yo quiera. Yo no fuerzo eso a través de la puerta. Solo llega. La cosa es, que me gusta. “Duma Key” la novela que estoy escribiendo, trata de un tipo llamado Edgar Freemantle quien tiene un accidente y pierde un brazo. Así que me pongo a pensar que tal vez hay alguna sintomatología paranormal relacionada con perder una extremidad. Sabía que las personas quienes pierden extremidades tienen sensaciones fantasmas mucho después del accidente. Así que fui a Google y busqué “extremidades fantasmas” para ver que tan largo duran las sensaciones. Me gusta mucho Google. Resulta que hay miles de instancias registradas, y la mejor, y la coloco en el libro, es la de un tipo quien perdió su mano en un proceso de embalaje. Y el recogió la mano, la envolvió en un pañuelo, la llevó a casa, y la colocó en un recipiente lleno de alcohol. Llevó el recipiente al sótano. Pasan dos años. El tipo está bien. Y entonces un día, en el invierno, siente un frío congelante en el extremo de su brazo, donde solía estar su mano. Llama al doctor. Le dice, la mano ya no la tengo ahí, pero siento un frío endemoniado en el extremo del brazo. El doctor dice, ¿Qué hiciste con la mano? Él dice, la puse en un recipiente, está abajo en el sóltano. El doctor dice, anda abajo y revísala. Así que el tipo va abajo. El recipiente estaba en un estante y la ventana se había roto y el viento frío estaba soplando sobre la mano. Así que él llevó el recipiente cerca de la estufa y estuvo muy bien. Esta es una historia verdadera, aparentemente. Entrevistador: Recientemente, y especialmente en Lisey’s Story, parece como si empezara con un personaje en vez de una situación. ¿Usted piensa que está haciendo algo diferente? King: Podría haber un cambio. Ciertamente no fue el caso con Cell, pero Cell fue una idea vieja. Lisey, por otro lado, trata del personaje. Tuve la idea tres o cuatro años después de mi accidente. Yo pensaba que estaba mucho mejor, pero resultó que la parte del fondo de mi pulmón aún estaba afectada. Me dio pneumonía, y ellos terminaron sacando mi pulmón derecho de mi tórax para repararlo. Casi fallecí. Estuvo muy cerca. Durante este periodo mi esposa decidió que iba a rehacer mi estudio. Cuando regresé del hospital, todo había sido modificado y me sentía como un fantasma. Pensé, tal vez fallecí. Así era como lucía el estudio después de morir. Así que empecé a escribir esta historia sobre un famoso escritor que falleció, y sobre su esposa, quién trata de recuperar su vida dos años después. Lisey arrancó y siguió por su cuenta. En algún punto dejó de ser un libro específicamente sobre el proceso de dolor de esta mujer y empezó a ser un libro acerca de la manera como escondemos las cosas. Desde ahí esto saltó a la idea de que represión es creación, porque cuando reprimimos hacemos historias para reemplazar el pasado. Entrevistador: ¿Qué piensa su esposa del libro? King: Ella nunca dijo mucho sobre Lisey’s Story, pero entonces muchas veces decía algo. Muchas veces ella solo dirá, Bien. Pienso que cualquiera quiere que su esposa diga, ¡Oh, cariño! ¡Esto es maravilloso! ¡Y amo esta parte, y amo esa parte! Pero ella no es ese tipo de persona, Bien, es suficiente. Entrevistador: ¿Siente que Lisey’s Story es una partida para usted? King: Bien, soy la persona menos indicada para preguntarle. Estoy dentro de esto, y para mí se siente como un libro muy especial. Hasta el punto que no lo quiero exponer al mundo. Este es el único libro que he escrito donde no quiero leer los resúmenes, porque habrá algunas personas quienes van a ser duras con este libro. No podría soportar eso, la manera como odias a la gente por ser dura con alguien que amas. Y yo amo este libro. Entrevistador: ¿Por qué piensa que ellos serán particularmente duros? King: Porque este trata de ser más que una novela popular. Este quiere, a un nivel, ser tomado en cuenta más en serio que, digamos, uno de Mary Higgins Clark o uno de Jonathan Kellerman. Cuando un escritor pasa una parte de su vida con un libro, tiene la obligación de preguntarse, ¿Por qué es importante? Y cuando terminé ese libro me decía, bien, hasta cierto punto este es un libro sobre mito, depresión, hacer una historia, pero también es sobre el matrimonio y sobre la fe. Entrevistador: Ahora que usted ha sido publicado en The New Yorker y ha recibido honores con un premio National Book y otros premios internacionales, parece muy claro que usted es tomado en cuenta más en serio de lo que era en los primeros años de su carrera. ¿Siente aún un fuerte sentido de exclusión del establecimiento literario? King: Eso ha cambiado mucho. ¿Sabes lo que pasa? Si tienes un talento pequeño y tratas de maximizarlo y no te duermes o estableces, entonces eres tomado en cuenta más seriamente. La gente que ha crecido leyéndote se convierte en parte del establecimiento. Ellos te toman como parte del paisaje que estaba ahí cuando llegaron. De alguna manera te dan una sacudida más cuadrada. Cuando Martin Levin de The New York Times revisó The Stand, dijo que era “la novela plaga que va al demonio” y la llamó “la hija de Rosemary’s Baby”. Pensé, Dios mío, trabajé tres años en este libro para que este tipo venga a decir eso. Como escritor, siempre he sido muy consciente de cual es mi lugar. Nunca he tratado de dármelas de lo que no soy y ponerme en el nivel de quienes son mejores que yo. Soy serio en lo que hago, pero nunca quise indicarle a nadie que yo era mejor de lo que era. La otra cosa importante es que te pones viejo. Ahora estoy llegando a los sesenta. Pudieran quedarme otros diez años creativos, tal vez quince. Me digo, he tenido todo este tiempo, ¿Puedo hacer algo que sea aún mejor? No necesito el dinero. No necesito otra película basada en uno de mis libros. No necesito escribir otro guión. No necesito otra grande y espantosa casa donde vivir, tengo esta. Me gustaría escribir un libro que sea mejor que Lisey’s Story, pero no sé si lo haré. Caramba, no me gustaría repetirme. No me gustaría hacer trabajos imitativos. Pero me gustaría seguir trabajando. Rechazo la idea de que he explorado todo lo que hay en la habitación. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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