lunes, 8 de agosto de 2016
Correr con dos piernas adicionales, y el doble de esfuerzo.
Lindsay Crouse. The New York Times. 29-07-2016.
Si te rompes el pie al entrenar para una media maratón y quieres correr de todas formas, en muletas, Maggie Nolting ofrece unos consejos: Envuelve los apoyos de las muletas con camisetas deportivas y masajea tus axilas con crema corporal; usa los guantes más gruesos que encuentres; y, por supuesto, optimiza tu salto.
Ella hablaba con propiedad. Cuando Nolting corrió una media maratón en Nevada en mayo, al tardar 3 horas, 32 minutos, 13 segundos, en muletas para atravesar las 13.1 millas, ella venció a 43 personas quienes corrieron con ambos pies.
Los estudios indican que moverse con muletas tradicionales como las de Nolting requiere cerca del doble de energía de una caminata regular. Pero quienes han tratado de correr de esa manera dicen que se siente que hay que dar más de eso.
“Fue la experiencia física más dura que haya hecho”, dijo Nolting, una actriz de 24 años de Los Angeles. “Una vez que empiezas, y es lento y doloroso, tu cerebro empieza a preguntar si eres insana, pero tienes que seguir intentándolo”.
El esfuerzo de ella en la media maratón fue el logro de solo una competidora en muletas en medio de una multitud de corredores a plenitud de condiciones. Cuando Nolting vuelva a correr con sus dos pies en pocas semanas, dejará si retar la marca del ascenso más rápido en muletas del Monte Kilimanjaro (4 días, 20 horas, 30 minutos). Lo mismo ocurrirá con la marca de más maratones en muletas (seis). Su intento ni siquiera rivalizará con la noticia más importante de correr en muletas del año pasado, cuando un hombre con rodilla artrítica terminó una carrera de 5 kilómetros en 44 minutos.
Pero determinada a registrar su legado, ella ha aplicado para Guinness World Records para reportar su tiempo como el mejor para una corredora con muletas en la media maratón.
Como con cualquier record, hay reglas estrictas para calificar. La misma pierna debe estar retirada del suelo todo el tiempo, sin cambiarla, por lo que algunos atletas se atan la pierna para mantenerla doblada. También hay dolores agravantes: escozor en las axilas, ampollas en las manos, vibraciones que impactan las muñecas. Los corredores que usan muletas se quejan de lo anacrónicos que pueden ser esos implementos. (Nolting usó las muletas tradicionales de apoyos axilares, muy distintas a las más prácticas muletas de antebrazos a menudo utilizadas por los atletas discapacitados). Y para rematar, los corredores no son particularmente reconocidos por la fortaleza de su tórax.
Antes de su inesperada transición a correr con muletas, Nolting había aparecido en las películas “Reels of Sewage” (2012) y “Killing Slashers” (2013), así como en algunos comerciales. Por ese mismo tiempo, ella desarrolló una pasión por correr y participó en varias medias maratones, con un mejor tiempo de 1:54:30. Ella entrenaba con un grupo de acondicionamiento físico al aire libre de 200 personas, parte de una red de trabajo llamada el November Project, y planeaba correr el Revel Mount Charleston Half Marathon a través del desierto de Nevada en mayo.
Entonces llegó una fractura en su pie izquierdo a mitad de una carrera en abril, pasó dos días en cama reflexionando en lo que había ocurrido. El médico de Nolting, quien también es parte de su grupo de acondicionamiento físico, le dijo que podía seguir ejercitándose, si podía evitar usar el pie lesionado.
“Así que hice movimientos con un pie, y supe que podía hacer cualquier actividad física que quisiera”, dijo ella. “Solo tenía que idear una estrategia”.
Su mente se enfocó en la carrera que había estado planificando correr. Basándose en su experiencia como navegante de los lagos de Minneapolis y luego en la University of Southern California, Nolting utilizó los músculos de sus brazos para convertir sus muletas en herramientas atléticas. Decidió correr la media maratón de todas formas.
Primero, corrió seis millas con muletas, dio varias vueltas alrededor de un reservorio, y la semana siguiente siguió con otros nueve intentos.
“Estaba adolorida, me dolían mucho las muñecas, y me ardían las axilas”, dijo ella. “Estaba cansada, pero sabía que podía seguir adelante”.
La carrera con muletas requiere una preparación meticulosa, particularmente en términos de método. Al mejorar durante una sesión de entrenamiento en colinas, Nolting desarrolló una técnica que llamó el “salto de muleta” al mantener sus muletas desplazándose con un movimiento apropiado con una cadencia estable, en un ritmo que ella apreciaba como de caída controlada.
“Si solo camino con mis muletas, avanzaré, moviendo mi pie bueno, pero si corro, lo haré en una secuencia de muleta, pierna y salto extra”, dijo ella. “El salto extra es nuevo. Pero funciona. Adelantas más rápido”.
A medida que entrenaba, los hombros de Nolting se fortalecían, y el músculo de la pantorrilla de su pierna buena se hizo más robusto. Pero cuando ella se acercó a ala línea de salida de su media maratón en Nevada, cuidando de arrancar desde atrás, nadie estaba impresionado.
“Muchas personas al inicio de la carrera dijeron que yo estaba loca, que yo no lo lograría”, dijo ella. “Mientras llegaba a la séptima y octava millas me decía ‘No puedo creer que haya llegado tan lejos’. En las primeras millas los policías me dijeron que los llamara cuando necesitara que me sacaran de la carrera. Pero en la octava milla, ellos dijeron, ‘Nos vemos en la meta’”.
Ahí fue cuando ella empezó a pasar corredores. Algunos celebraban, otros se lamentaban.
Ella ajustaba su música al ritmo de sus movimientos ( rock clásico para mantener la durabilidad de sus zancadas largas; country para los ajustes rápidos), y se inclinaba hacia adelante en las bajadas, mantenía las muletas adelante para que el impulso no la hiciera caer.
“Se necesita más musculatura de brazos para lograr una gran avanzada, pero fui capaz de seguir la motivación de mi música y mezclarla con mi enfoque”, dijo ella. “Aún hasta la milla final”.
Al recortar su zancada e incrementar sus ajustes en un cambio de velocidad hasta la meta, ella terminó como la atleta 1.115, y la única con muletas, en cruzar la meta.
“Cuando terminé, me dolía la pierna, muchos extraños me asediaron, estaba nerviosa y me iba a caer”, dijo ella. “Pero tenía que seguir avanzando con mis muletas”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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